El ministro de Exteriores, Yair Lapid, asumirá la jefatura del Ejecutivo hasta los comicios, previstos para octubre

El Gobierno israelí decide disolver el Parlamento y adelantar elecciones

AP/GIL COHEN-HAGEN - El hasta ahora primer ministro, Naftali Bennett, a la derecha, habla con el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, en una reunión semanal del gabinete

El Gobierno israelí, encabezado por el primer ministro Naftali Bennett y compuesto por ocho formaciones políticas, ha decidido disolver la Knesset y convocar elecciones anticipadas, según avanzan medios israelíes, tras perder la mayoría en la Cámara. Se rompe de esta forma la coalición rubricada hace un año para apear del poder al ex primer ministro Benjamín Netanyahu.

Está previsto que Bennett y su socio de Gobierno, el ministro de Exteriores Yair Lapid, anuncien a las 20.00 hora local (18.00 GMT) su decisión de presentar una ley la semana que viene para disolver el Parlamento. La dimisión de dos diputados derechistas y las habituales insubordinaciones de otros tres han imposibilitado la continuidad del Ejecutivo.

Según la prensa israelí, Lapid asumirá la jefatura transitoria del Ejecutivo hasta la formación de un nuevo Gobierno tras los comicios adelantados, previsiblemente en octubre, tal y como contempla el acuerdo de Gobierno. El líder centrista tendrá unos meses para gobernar en solitario, con lo que podría fortalecer su candidatura.

Serán las quintas elecciones que celebra Israel desde 2019. En estos últimos tres años y medio, el país ha vivido un periodo de fuerte inestabilidad marcado por la figura de ‘Bibi’ Netanyahu. El primer ministro más longevo en la historia de Israel ha estado envuelto en numerosas polémicas por sus casos de corrupción.

El arco parlamentario, de izquierda a derecha, pasando por la formación árabe islamista Raam pactó en junio de 2021 con la intención de apear del poder a Netanyahu. Pero la sombra del líder derechista vuelve a planear sobre el tablero político. Su formación podría ganar las elecciones, pero tendría problemas para tejer una mayoría, según las primeras proyecciones.

El Gobierno de coalición cumplió la semana pasada su primer aniversario, encadenando crisis tras crisis, especialmente desde abril, cuando perdió su mayoría parlamentaria tras la deserción de Idit Silman, una diputada de Yamina, el partido de ultraderecha de Bennett. En las últimas semanas, se ha especulado mucho con la posibilidad de que otro diputado de Yamina, Nir Orbach, abandonara la coalición y se uniera a la oposición liderada por el partido Likud del ex primer ministro.

En partido árabe islamista Raam también congeló a finales de abril durante tres semanas su participación en el Gobierno a raíz de los disturbios violentos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén durante el mes sagrado de Ramadán, pero luego decidió reintegrarse a un Ejecutivo que lleva más de dos meses en la cuerda floja.

La coalición conformada por el equilibrista Lapid consiguió aprobar los presupuestos generales, los primeros en Israel en más de tres años, pero las disputas recurrentes acerca de los derechos de la minoría árabe de Israel, la relación entre la religión y el Estado y la política de asentamientos en la Cisjordania ocupada deshicieron la alianza.

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