El desempleo y la desigualdad merman el horizonte de oportunidades de los jóvenes marroquíes, que representan el 18% de la población total

El gran desafío de Marruecos: la juventud

photo_camera AFP/FADEL SENNA - Un joven marroquí sin hogar mira hacia el puerto de la ciudad española de Melilla

El desempleo, el abandono escolar y la emigración definen el escenario de los jóvenes.

El desempleo juvenil, el abandono del proceso formativo o la emigración -bien sea precaria o la denominada fuga de cerebros- son algunas de las lacras que coartan las posibilidades de desarrollo de la economía de Marruecos. Así, resolver los problemas que afronta la juventud en el país norteafricano se ha erigido como el gran desafío pendiente del reinado de Mohamed VI.

En cuanto a los datos que ilustran este escenario, cabe destacar, en primer lugar, que el 24,1% de los jóvenes en Marruecos de entre 15 y 24 años están en paro, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Alto Comisionado de Planificación (HCP, por sus siglas en francés). Esta cifra representa una tendencia a la baja en el último año, pues en la primera mitad de 2018, se alcanzó uno de los mayores picos registrados, un 25,7%, lo que implicaba que uno de cada cuatro jóvenes se encontraba en situación de desempleo. 

En segundo lugar, cabe explicar que este fenómeno está intrínsecamente relacionado con los desafíos abiertos en materia educativa: según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) de Marruecos, 30.000 menores han abandonado el proceso formativo, por diversas razones. Entre ellas, destaca que esta retirada de la educación se produce, en muchas ocasiones, por decisión de los padres, “que no ven futuro en una educación que sirve de poco dada la precariedad del empleo ofertado”, como explica a Atalayar el experto en cooperación institucional y desarrollo, Nourdine Mouati.

Este escenario deriva en los siguientes datos, según el HCP: el 11% no tiene ningún graduado escolar y el 56% ha completado la escuela primaria y secundaria. El 26,4% tiene un nivel secundario cualificado y solo el 6% termina la educación superior, véase, formación universitaria.

A esto se le suma, además, que “aquellas familias que sí que hacen un esfuerzo -a veces, descomunal- para invertir en la educación de sus hijos, tienen que afrontar un futuro incierto dadas las pocas perspectivas que existen para los jóvenes diplomados en el país, por lo que muchos optan por emigrar”, expone Mouati. “La débil correlación entre la evolución del desempleo de los jóvenes graduados y el crecimiento económico puede explicarse por el predominio de ramas como la agricultura (casi el 40% del empleo), y el comercio (15% del empleo), que utiliza, en su mayor parte, una fuerza laboral poco cualificada”, indica al respecto la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD, por sus siglas en francés), en el informe donde presenta su Estrategia para Marruecos 2017-2021.

Jóvenes migrantes marroquíes sin hogar intentan viajar a Europa saltando en la parte trasera de un vehículo en la ciudad portuaria de Nador en Marruecos, con la esperanza de encontrar un mejor nivel de vida

Cabe destacar, en este punto, que el flujo migratorio que parte de Marruecos se vertebra en dos categorías: por un lado, la emigración ilegal, en condiciones precarias; y, por otro lado, la denominada fuga de cerebros, es decir, de capital humano cualificado. En el primer caso, como expone el analista Mohamed Khachani, “en la imaginación de la juventud marroquí, emigrar es sinónimo de liberación”. “Muchos son los que viven con la esperanza de cruzar el mar en busca de ese El Dorado que fascina y hechiza los sueños […] Pero, como los sueños y las pesadillas están hechas del mismo material, este sueño se rompe unas veces en manos de la Guardia Civil española y otras, de manera trágica, en el fondo de las hostiles aguas del estrecho de Gibraltar”, explica Khachani. Según los últimos datos oficiales, fechados en el mes de agosto, las autoridades marroquíes han abortado 57.000 intentos de inmigración ilegal, muchos de ellos con presencia marroquí.

Uno de los últimos episodios trágicos de esta crisis tuvo lugar el pasado 28 de septiembre, cuando una embarcación naufragó en las costas marroquíes occidentales de Mohammedia, causando la muerte de, al menos, 18 nacionales del reino, cuyos cadáveres aparecieron en una playa ubicada entre la capital, Rabat, y Casablanca. De acuerdo con las primeras investigaciones, en la patera viajaban hasta 50 personas. Otra imagen que se ha vuelto viral recientemente está protagonizada por Anuar Bujarsa, un deportista de élite marroquí de la especialidad de taekwondo que llegó a Lanzarote en patera. Cuando divisó tierra, lanzó sus medallas al mar. “De todos modos, las medallas no sirven para nada. Las medallas no se comen”, decía en el vídeo que él mismo publicó.

“Para estos jóvenes, el estatuto de parado frustrado es una muerte lenta. Lo que explica con qué determinación se encomiendan al azar de la travesía: ‘Poco importa que muera, lo fundamental es tratar de cruzar’, aseveraba un joven ante la cámara de la segunda cadena marroquí”, recoge Khachani.

En el segundo caso relativo a la fuga de capital humano cualificado, es necesario hacer referencia al último estudio publicado por el centro de estudios EM Lyon Maroc, que confirma que las empresas internacionales se configuran como la primera elección de los jóvenes graduados marroquíes. De este modo, el 41% de las personas con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años que participaron en la investigación, prefieren, como opción principal, unirse a una compañía multinacional, frente al 38% que se decanta por trabajar en empresas nacionales, como Royal Air Maroc o la Oficina Nacional de Ferrocarriles. 

El informe arroja, en este punto, una primera conclusión, que a su vez se constituye como un desafío, pues a pesar de los jóvenes eligen las grandes compañías, son las PYMES -Pequeñas y Medianas empresas- las que más contratan y las que más puestos de trabajo generan. “El tejido económico del reino está compuesto en un 98% por PYMES y empresas más pequeñas”, explica en esta línea el director del centro de estudios, Tawhid Chtioui.
Asimismo, del informe se puede extraer una segunda conclusión, que establece que existe una gran disparidad entre los títulos que obtienen los jóvenes marroquíes y la demanda de las empresas dentro del mercado de trabajo. Si los estudiantes optan más por carreras relacionadas con el márketing (33%), las tecnologías (24%) y las actividades comerciales (22%), las compañías contratan a titulados en puestos comerciales (32%), en comunicación (31%) y en sistemas informáticos (26%).

El estudio también aborda la cuestión del emprendimiento, de la que se desprende un dato muy significativo: el 90% de los encuestados tiene la aspiración de lanzar su propio negocio, y el 40% asegura que lo hará una vez acabe su carrera en la universidad. “Esta cifra es muy reveladora del importante potencial de desarrollo del emprendimiento en Marruecos. Es responsabilidad de todos los protagonistas”, declara Chtioui. Por ello, uno de los principales planes que se han orquestado recientemente, a instancias de la Casa Real marroquí, es fomentar la iniciativa de los jóvenes para que puedan desarrollar sus propios negocios.

Los jóvenes marroquíes caminando en una calle de la capital Rabat el 12 de septiembre de 2018
El mandato de Mohamed VI

“La nueva etapa que arranca desde estos momentos, requiere la implicación de todos […] y ha de colocar, al frente de sus prioridades, la puesta en marcha de las reformas, la implementación de las decisiones y la ejecución de los proyectos”. Con este mensaje, el rey Mohamed VI introducía su discurso con motivo de la apertura de la primera sesión del cuarto año legislativo de la décima legislatura, el pasado 11 de octubre. El foco de su intervención, que estuvo centralizado en los jóvenes, se basó en la exhortación al Gobierno y al sector bancario a que cooperaran de forma conjunta para desarrollar un programa dirigido a los recién graduados.

En concreto, el objetivo establecido es “financiar los pequeños proyectos de autoempleo, tomando ejemplo de la exitosa experiencia llevada a cabo por varias instituciones en el dominio de la financiación de proyectos de jóvenes, facilitando su integración profesional y social”, puesto todo ello permite la generación de “unos resultados positivos sobre sí mismos, sobre sus familias y sobre el conjunto de la sociedad”. En este contexto, una de las directrices que comunicó explícitamente el mandatario fue la de “permitir la obtención de créditos bancarios al mayor número posible de jóvenes preparados, portadores de un proyecto y procedentes de las distintas categorías sociales, a fin de apoyarles en el lanzamiento de sus proyectos para garantizar una elevada tasa de éxito”.

Como explica el responsable de la Oficina de Turismo de Marruecos con sede en Torremolinos, Bijjou Azzedine, a Atalayar, “los proyectos de los jóvenes pueden crear puestos de trabajo para el resto de la población”, por lo que resulta imprescindible que se adopte de inmediato esta “hoja de ruta” emitida desde la Casa Real. “El rey mandó un mensaje claro a la banca marroquí, insistiendo sobre la obligatoriedad de que se destinen fondos a la financiación de los proyectos de emprendimiento”, postula Mouati.

Ya Mohamed VI quiso anunciar, durante el discurso que ofreció con motivo de la Fiesta del Trono que, además, conmemoraba el 20 aniversario de su entronización el pasado 30 de julio, el lanzamiento de un nuevo modelo de desarrollo y, con ello, la creación de una Comisión Especial para la instauración de este programa durante el próximo curso político. En este contexto, la estrategia que persigue el mandatario desde entonces y que le ha sido transmitida al Ejecutivo -recientemente reformado- está basada en la actualización y la revisión de las políticas ejercidas en los diferentes ámbitos que rigen el país: sanidad, agricultura, inversión, sistema tributario y, fundamentalmente, la educación y el mercado laboral.  “La desigualdad es acuciante y es hora de tomar decisiones firmes”, apremia Moauti.

Jóvenes marroquíes sin hogar se calientan alrededor de una hoguera en la ciudad costera de Tánger, al noreste del país

Las acciones reales en este sentido se llevan desarrollando desde hace varios años. Uno de los programas más importantes aprobados recientemente es el denominado ‘Child to Child’, organizado entre el Ministerio de Educación Nacional, Formación Profesional, Educación Superior e Investigación Científica de Marruecos y la sede del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) de Marruecos, con apoyo financiero del Estado de Canadá. El proyecto persigue dos metas complementarias: por un lado, prevenir el abandono escolar y, por otro lado, proporcionar a los jóvenes que nunca han estado escolarizados o que han abandonado el proceso formativo nuevas oportunidades para que completen tanto su educación como su formación profesional.

El lema de ‘Child to Child’, ‘Actuemos todos juntos para garantizar el derecho a la escolarización’, engloba la esencia de los valores que el reino y UNICEF pretenden transmitir a la sociedad marroquí: integración, participación social, sentido de la responsabilidad y la concesión de segundas oportunidades, específicamente, a aquellos menores que abandonasen el proceso formativo por diferentes motivos, un colectivo que abarca a más de 30.000 niños y niñas. 

Cabe destacar, en este punto, que la operación se enmarca en la ‘Visión Estratégica de la Reforma del Ministerio de Educación marroquí 2015-2030’, que persigue los siguientes objetivos: reducir las diferencias de equidad en materia de acceso, mejorar la calidad del aprendizaje y abordar el problema de la transición de la escuela al trabajo. Todo ello se orienta, a su vez, a la consecución del Objetivo nº4 de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que estipula el requerimiento de “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. 

“El Consejo considera que un período de 15 años es suficiente para implementar la visión estratégica, evaluarla, medir el logro de objetivos y proporcionar correcciones donde sea necesario y por lo tanto suficiente para construir una nueva escuela, que responderá a expectativas de la sociedad”, recoge el informe de presentación de la Visión elaborado por el Consejo Superior de la Educación, de la Formación y de la Investigación Científica.

Del mismo modo, en Marruecos también se lanzó, en el año 2014, el instrumento ‘Estrategia Nacional Integrada de la Juventud 2015-2030’, por la misma extensión de tiempo de 15 años. El lema es muy representativo del espíritu de estas herramientas: “Por una juventud ciudadana, emprendedora, feliz y realizada”. “La Estrategia propone una visión según la cual la juventud marroquí podrá alcanzar su máximo potencial como jugador clave y dinámico en la construcción y desarrollo del país”, se puede leer en el documento oficial. En esta línea, “la juventud debe ser tratada como una fuerza de dinamización del desarrollo”, declaró Mohamed VI con motivo de la presentación de la Estrategia.

Este tipo de proyectos sui generis estarán apoyados, en este camino del que quedan por recorrer 11 años, por el nuevo modelo de desarrollo, que tratará de conformarse como un marco donde tengan cabida todas las iniciativas encaminadas a la misión de impulsar las oportunidades formativas y laborales de los jóvenes. 

Escuela informal dirigida por la diseñadora de moda marroquí Fadila El Gadi, en Sale, cerca de Rabat

Sin embargo, como explica Nourdine Mouati, es necesario que confluyan dos vertientes para que la aspiración real tenga éxito, una vez superada la fase de la escuela primaria: por un lado, “una vinculada a los programas de formación y capacitación centrada en los oficios del futuro ligados a nuevas tecnologías, bioingeniería y energías renovables”. Por otro lado, “una ligada al impulso de la inversión y emprendimiento nacional, a través de la facilitación de créditos e incentivos de la economía social”. “La sensibilización es necesaria; el Estado debe demostrar que apuesta firmemente por el emprendimiento como estrategia global de lucha contra la desigualdad y el desempleo. Debe generar ilusión para los jóvenes que tienen formación universitaria y para los que no, que apuesten por quedarse y generen riqueza en el país”, apunta Mouati. 

Para que esto último sea posible, el reino está trabajando en la creación de doce ciudades de oficios y competencias, una en cada una de las regiones de Marruecos. Estas ciudades tendrán una capacidad de 34.000 personas y ocho sucursales estarán adscritas a ellas, entre las que se encontrarán los dos Institutos de Formación en Oficios de la Salud de Rabat y Casablanca, los cinco polos de “agricultura” en las regiones Oriental, Souss-Massa, Fez-Mequínez, Beni Mellal-Khenifra y Rabat-Salé-Kenitra, y el Instituto de Turismo que se está construyendo en Dakhla.

Para la directora general de la Oficina de Formación Profesional y Promoción del Trabajo (OFPPT), Loubna Tricha, los espacios pedagógicos modernos, la ingeniería de formación actualizada y la valorización del capital humano son los tres pilares fundamentales sobre los que se asienta el concepto de Ciudad de Oficio. Tricha añadió que las ciudades se entregarán en tres tandas, recordando que la formación empezará entre los años 2021 y 2023.

Todos estos esfuerzos nacionales están siendo acompañados por entidades internacionales, como el Banco Mundial. Su índice de Proyecto de Capital Humano ha revelado “el potencial sin explotar de la población marroquí”. Ya en el año 2012, el BM emitió un informe titulado ‘Reino de Marruecos: promoción de oportunidades y participación juvenil’, en el que se exhortaba a las autoridades marroquíes a la introducción indispensable de programas adaptados a los perfiles de los jóvenes NEET (ni en el trabajo, ni en la escuela, ni en formación), que representan un tercio de la juventud. En el terreno práctico, el BM ha lanzado recientemente, en el mes de mayo, un programa para apoyar la inclusión económica de los jóvenes, en la región de Marrakech-Safi con tres líneas de actuación: ofrecer servicios de orientación y formación profesional a jóvenes con bajas calificaciones, desarrollar el ecosistema emprendedor para los aspirantes a empresarios y fortalecer la capacidad de las autoridades regionales para crear sinergias y mejorar los programas locales de inclusión juvenil.

Junto a ello, cabe recordar que, en virtud de una ley aprobada en 2018, el servicio militar obligatorio entró en vigor en el mes de agosto de este año, algo que, para muchos jóvenes, es visto como una “oportunidad”, como recoge L’Obs, “las víctimas del abandono escolar o las víctimas del desempleo”. En el mes de septiembre, fueron reclutados los 15.000 primeros hombres y mujeres que pasarán a formar parte del Ejército durante un año. Al proceso de selección se presentaron más de 25.000 candidatos. En las Fuerzas Armadas, “el futuro está asegurado y se dan beneficios médicos gratuitos”, declaraban los solicitantes entusiasmados a L’Obs.

Jóvenes marroquíes participan en un proceso de reclutamiento para el servicio militar en una base de la fuerza aérea en la ciudad de Kenitra, el 19 de agosto de 2019

De esta forma, apostar por la generación de puestos de trabajo sigue siendo capital, bien sea a través de las empresas, incluyendo a las PYMES; bien sea a través de relanzar la Formación Profesional; o bien sea a través del Ejército. Como concluye el estudio ‘Les enjeux du marché du travail’ del OCP Policy Center, “el empleo sigue siendo el determinante más importante para reducir la pobreza y fortalecer la cohesión y la estabilidad social”.

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