La llegada de una unidad flotante de producción, almacenamiento y descarga (FPSO, por sus siglas en inglés) de la empresa Energean Power al campo gasístico israelí Karish ha reavivado las tensiones con el Líbano. Este yacimiento se encuentra en unas aguas que Tel Aviv considera dentro de su Zona Económica Exclusiva (ZEE), pero que son disputadas por Beirut.
“Acojo con beneplácito la llegada de la plataforma a Israel y espero que su conexión y las pruebas requeridas se realicen con rapidez y éxito […] continuaremos trabajando por la diversificación del sector energético y preservando su estabilidad y confiabilidad”, afirmó en un comunicado Karine Elharrar, la ministra de Energía israelí.
An ongoing maritime dispute between #Lebanon ?? and #Israel ?? has re-entered the spotlight after an Israeli production vessel docked in an offshore gas field on Sunday.
— FRANCE 24 English (@France24_en) June 9, 2022
The Lebanese claim the ship is in disputed territorial waters, but the Israelis refute this pic.twitter.com/WvIJCkScYx
Tel Aviv y Beirut no cuentan con relaciones diplomáticas y, como tal, nunca han delimitado sus fronteras marítimas. En cuanto empezaron a descubrirse nuevos recursos gasísticos en el Mediterráneo oriental, las disputas a este respecto fueron en aumento. En 2011, el Líbano, a través del conocido como Decreto 6433, presentó ante Naciones Unidas un mapa marítimo que incluía en sus aguas un área de 860 kilómetros cuadrados reclamada por ambos países entre las conocidas como líneas 1 y 23.
Estados Unidos trató de mediar entre ambas partes para lograr un acuerdo, pero las negociaciones no llegaron a buen puerto, y pasaron a congelarse en diciembre de 2020, cuando el equipo negociador libanés aumentó la reclamación hasta la conocida como línea 29, aumentando las pretensiones en 1.430 kilómetros cuadrados, en una zona en la que se encuentra parcialmente el yacimiento de Karish.
Sin embargo, pese a que desde entonces Beirut ha reclamado sistemáticamente este territorio, el Ejecutivo de Michel Aoun no ha presentado aún una enmienda al Decreto 6433, por lo que esta reclamación nunca ha quedado oficializada, sino que de momento solo ha representado una posición negociadora. Y, en un contexto de aumento de la demanda de gas natural en Europa para reducir las importaciones de Rusia, Tel Aviv ha movido ficha primero.
Los movimientos israelíes han despertado condenas en todo el espectro político libanés. “Las negociaciones sobre la delimitación de la frontera marítima están todavía en curso, y toda actividad u operación en la zona disputada constituye por lo tanto una provocación y un acto hostil”, declaró el presidente Aoun, quien solicitó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reclamar a Israel que detuviese la explotación del yacimiento.
Por su parte, el primer ministro en funciones, Najib Mikati, condenó la actuación israelí, acusando a Tel Aviv de buscar imponer un hecho consumado. “Esto es extremadamente peligroso y podría crear tensiones con unas consecuencias imprevisibles”, avisó el político suní. “Llamamos a la ONU y a todas las partes implicadas a comprender la situación y obligar al enemigo israelí [sic] a detener sus provocaciones”, concluyó Mikati.
En comunicado conjunto, Aoun y Mikati, además, anunciaron que invitarán al emisario estadounidense encargado de la intermediación entre Israel y el Líbano, Amos Hochstein, a Beirut para “discutir la continuación de las negociaciones para la delimitación de la frontera marítima sur […] a fin de evitar cualquier escalada que vaya en detrimento de la estabilidad de la región”.
#Lebanon has warned #Israel against any ‘aggressive action’ in disputed waters, after the arrival of a drill ship, in the eastern Mediterranean https://t.co/ChFIgihM7q pic.twitter.com/pOlDlZQEkf
— Arab News (@arabnews) June 5, 2022
El presidente del Parlamento, Nabih Berri, ha precisado, por su parte, que “si [Amos] Hochstein no se muestra cooperativo o no obtiene resultados, el Gobierno libanés debe reunirse y decidir por unanimidad modificar el Decreto 6433 y enviarlo a la ONU”.
Varios de los diputados de la contestación, políticos reformistas que lograron entrar en el Parlamento en las pasadas elecciones con el objetivo declarado de renovar la política del país, también han condenado la llegada del buque a aguas disputadas, como Ibrahim Mneimné, que en declaraciones al medio local L’Orient-le Jour afirmó que “queremos, al menos, hacer valer y proteger nuestros derechos en el plano legal y diplomático”.
Pero la condena más enérgica ha provenido del gran enemigo israelí en el país, Hizbulá. “Cuando el Estado libanés diga que los israelíes están atacando nuestras aguas y nuestro petróleo, estaremos listos para hacer nuestra parte en términos de presión, disuasión y uso de los medios apropiados, incluida la fuerza”, afirmó a Reuters Naim Kassem, secretario general adjunto de Hizbulá, quien afirmó la resolución del partido a actuar incluso si eso supusiera el inicio de un conflicto.
Anteriormente, Hassan Nasrallah, el líder del partido, afirmó que Hizbulá tenía la capacidad de evitar la explotación de los yacimientos en disputa por parte de Israel y advirtió que “las negociaciones, especialmente a través de los conspiradores, colaboradores y deshonestos intermediarios estadounidenses que apoyan a Israel no nos llevarán a ningún resultado”.
Hizbulá, aliado de Irán y ampliamente considerado como su grupo proxy en el país de los cedros, se ha enfrentado a Israel en multitud de ocasiones, y el grupo ahora amenaza con atacar la embarcación israelí. Esta escalada retórica se produce pocos días después de que el partido chií sufriera un retroceso parlamentario al ver cómo su coalición perdía la mayoría en el Parlamento en las pasadas elecciones legislativas.
A pesar de las condenas del país árabe, Israel, que aspira a convertirse en una potencia energética, planea que el FPSO comience con la extracción de gas natural cuanto antes. Según declaró la portavoz del Ministerio de Energía de Israel a AFP, los trabajos de perforación ya han sido completados y esperan que los envíos de gas al continente empiecen en septiembre.
Elharrar, por su parte, ha afirmado que Tel Aviv no está preocupado por las amenazas desde el Líbano, considerando que la retórica libanesa se encuentra muy lejos de la realidad. “No estamos en absoluto en esa situación”, sostuvo la ministra quien, no obstante, avisó que “Israel se está preparando […] recomiendo que nadie [nos] intente sorprender”.
Además, para el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, “la diferencia [marítima] se resolverá en el contexto de las negociaciones entre nosotros y el Líbano, a través de la mediación de Estados Unidos”.
Mientras Israel atrae la ira en el Líbano, particularmente entre Hizbulá, en Palestina el tema de los últimos días dista de Tel Aviv, y apunta al aumento del precio de los alimentos y de otros productos necesarios, con la mirada puesta en la Autoridad Palestina.
En estos últimos días, se han producido varias protestas en Hebrón, la principal ciudad de Cisjordania, de la que un 80% está administrada por la Autoridad Palestina y un 20% ocupada por Israel. Los manifestantes palestinos, organizados bajo el eslogan “Queremos Vivir”, protestaron el rápido y gran aumento de los precios de los productos alimentarios y energéticos, reclamando que la Autoridad Palestina tome medidas al respecto.
El Gobierno palestino, que ejerce una autonomía limitada en Cisjordania, ya eximió el trigo del aumento impositivo que estableció el pasado febrero, pero los manifestantes reclaman que esta exención sea aplicada a otros productos, a la vez que someten a las autoridades locales a un escrutinio cada vez más fuerte.
Este descontento se produce en el contexto del impago de parte de los salarios públicos por parte de la Autoridad Palestina desde noviembre, culpando la retención de ingresos impositivos de Israel y unas menores donaciones internacionales.