Se celebrarían el 15 de diciembre, si se convoca el cuerpo electoral para el 15 de septiembre

El jefe del Ejército de Argelia propone elecciones antes de final de año

AP/ANIS BELGHOUL - El teniente general Ahmed Gaid Salah, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Argelia

El comandante en jefe del Ejército de Argelia, el general Ahmed Gaid Salah, propuso la celebración de elecciones para finales de 2019 de cara a elegir un presidente después de las masivas protestas que terminaron provocando la renuncia del veteranísimo líder Abdelaziz Buteflika. 

La televisión estatal argelina recogió afirmaciones de Gaid Salah señalando que la Comisión Electoral “debería emitir una convocatoria el 15 de septiembre”. Así, según el plazo dispuesto por la legislación, esto supondría 90 días antes de los próximos comicios, que tendrían lugar el próximo 15 de diciembre.

"En una intervención anterior había mencionado la prioridad de comenzar seriamente con los preparativos para las presidenciales y confirmo que consideramos apropiado convocar al cuerpo electoral el 15 de septiembre para que las elecciones pueden celebrarse dentro de los plazos establecidos por la ley", afirmó Salah. "Plazos razonables y aceptables que responden a una demanda popular insistente ", explicó el general durante una visita de trabajo e inspección a la 4ª Región Militar en la provincia de Ouargla, a 800 kilómetros de Argel, que engloba parte de la frontera este con Túnez.

El también viceministro de Defensa solicitó el "establecimiento rápido de un organismo nacional independiente para la preparación, organización y seguimiento de las elecciones, que supervisará todas las etapas del proceso electoral". En esta línea, recomendó a las partes interesadas que revisen "algunos textos de la ley electoral para adaptarlos a los requisitos de la situación actual".

Ya, anteriormente, se había establecido un proceso electoral para el mes de julio, pero este tuvo que ser cancelado ante la falta de candidatos; algo a reseñar ya que provocó una situación en la que Argelia se sitúa en un escenario de desgobierno después de que en junio pasado expirara el plazo de 90 días concedido por la Constitución al presidente interino, Abdelkader Bensalah, para la convocatoria de las elecciones.

Bensalah, que accedió a su cargo como presidente del Senado al inicio de la segunda legislatura de Buteflika (2004-2009), se ha mantenido al frente de la jefatura del Estado, pese a las dudas legales que suscita esto. 

Hay voces que denuncian que es la esfera militar la que sigue dominando el país. De hecho, en Argelia los jefes militares han ostentado el verdadero mando durante los últimos años, tras la independencia de Francia de 1962, salvo en el periodo de 20 años en el poder de Buteflika. Pero Gaid Salah ha criticado estas opiniones que denuncian el monopolio de poder por parte del ámbito castrense: "Han omitido, a sabiendas, que Argelia, con su ilustre historia, su gente valiente y sus posiciones de liderazgo, es el ejemplo para seguir y no al contrario. Este es otro intento inútil de meter al Ejército en el atolladero de la política". 

En este punto, Argelia alberga manifestaciones populares masivas todos los viernes y martes desde que el pasado 22 de febrero un grupo de jóvenes desafiaran a las Fuerzas de Seguridad del Estado y salieran a las calles para oponerse a un quinto mandato de Buteflika, gravemente enfermo desde 2013, y denunciando la corrupción establecida. 

El mandatario, de 81 años, renunció a su puesto a principios de abril forzado por las protestas y por la presión del propio Salah, al que Buteflika nombró jefe del Ejército en 2004 y que siempre formó parte de su círculo. Pese a su renuncia, las manifestaciones masivas han continuado en el país para exigir la caída de todo el régimen argelino, incluido el propio jefe del Ejército. Para este mismo martes y el próximo viernes están convocadas nuevas movilizaciones masivas; los manifestantes instan a la marcha del presidente provisional Bensalah y del Gobierno del primer ministro Noureddine Bedoui, a los que acusan de pertenecer al régimen del presidente depuesto.

Tras la renuncia, Gaid Salah ha impulsado una campaña de "manos limpias" que ha llevado a la cárcel a militares, políticos, ministros y empresarios próximos al clan Buteflika, entre ellos su hermano Said y el general Mohamad Mediane ‘Tawfik’, jefe de los servicios secretos al que se consideraba su sucesor. Todos ellos han sido acusados de delitos de corrupción, principal denuncia de los manifestantes contra el régimen. 

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