El Pontífice visibiliza la grave crisis del África subsahariana en una visita de seis días por la República Democrática del Congo y Sudán del Sur

El Papa, en África: “Se ha desatado un colonialismo económico igualmente esclavizante”

AP/JEROME DELAY - Papa Francisco llega al aeropuerto de Ndolo para celebrar la Santa Misa en Kinshasa, Congo, el miércoles 1 de febrero de 2023

Era día festivo en la República Democrática del Congo. Centenares de miles de personas se apilaban a uno y otro lado del arcén de la carretera que conduce del aeropuerto secundario de N’Dolo hasta el Palais de la Nation de Kinsasa, la residencia presidencial construida a orillas del río Congo. Querían ser testigos directos de la llegada del Papa Francisco. Era la primera toma de contacto del Pontífice con el país, no así con el continente. Y es que, en casi una década de papado, Francisco ha visitado África hasta en cinco ocasiones. En 2015 estuvo en República Centroafricana, y cuatro años después pasó por Madagascar, Mauricio y Mozambique. Recorrerá esta vez la RD Congo y Sudán del Sur en un desplazamiento histórico de seis días. 

Francisco es el primer Papa que visita la República Democrática del Congo en 38 años. Juan Pablo II lo hizo por última vez en 1985, cuando el país era aún conocido como Zaire. El Pontífice ha mostrado un gran interés por África, en absoluto comparable con el de su difunto predecesor, Benedicto XVI. Eso le ha llevado a escoger el continente como destino de sus primeras salidas anuales al extranjero, con la mira puesta en visibilizar la situación insostenible que atraviesan desde hace décadas dos países que registran los índices de desarrollo humano más bajos del planeta. 

“¡Manos fuera de la República Democrática del Congo! ¡Manos fuera de África!”, exigió el Papa Francisco en un discurso trufado de reivindicaciones que apenas sobrepasó los 20 minutos. “Dejen de asfixiar a África: no es una mina que hay que explotar ni un terreno que hay que saquear. Que África sea la protagonista de su propio destino”, insistió, consciente de la importancia que tiene para la Iglesia un país que acoge a casi 50 millones de católicos. La institución ha interpretado un papel crucial en la historia reciente del país, interviniendo en aquellas áreas donde no aparecen las redes del Estado. 

Papa Francisco Félix Tshisekedi

La Iglesia católica ha participado activamente en la política nacional, especialmente desde la década de los 90. Sus miembros han exigido rendición de cuentas a una clase política que ha rapiñado los vastos recursos del país. En 2016, cuando expiró el mandato del entonces presidente Joseph Kabila y este decidió aplazar sine die las elecciones, la Conferencia Episcopal del Congo no se plegó a sus intereses y denunció sus intenciones, organizando protestas en varias partes del país y elevando la cuestión a instancias internacionales. Kabila acabaría renunciando a optar a un tercer mandato, que le hubiera permitido eternizarse en el poder, en parte gracias a la acción de la Iglesia. 

La Conferencia Episcopal del Congo desplegó unos 40.000 observadores para vigilar los comicios de 2018, en los que ganó el actual presidente Félix Tshisekedi. El candidato de la Unión por la Democracia y el Progreso Social (UDPS), firme opositor al régimen de Kabila, tumbó en las urnas al también opositor Martin Fayulu, aunque la votación no estuvo exenta de controversia. “El sistema político de la República Democrática del Congo se ha visto paralizado en los últimos años por la manipulación del proceso electoral por parte de las élites políticas”, recoge Freedom House en su último informe. Los resultados, sin embargo, dieron paso al primer traspaso de poder pacífico —y aparentemente democrático— del país desde su independencia de Bélgica en 1960. 

Papa Francisco RD Congo

Tshisekedi protagonizó junto al Papa la ceremonia de bienvenida en el extenso jardín del Palacio de la Nación, copado por miembros destacados de la sociedad civil, el estamento eclesiástico y de los cuerpos diplomáticos. Ambos se conocieron cuando Tshisekedi visitó la Santa Sede a principios de 2020, y Francisco aprovechó la ocasión para pedirle públicamente “favorecer la celebración de elecciones libres, transparentes y creíbles”. En diciembre, los congoleños volverán a las urnas. El escenario más probable es que el actual mandatario y Fayulu vuelvan a verse las caras en unos comicios determinantes para el futuro del país. 

La situación de la República Democrática del Congo es crítica. El este del país ha escapado del control del Estado y ha caído prácticamente en manos de los grupos rebeldes. La región, azotada desde 1994 por los efectos del genocidio de Ruanda, que se materializaron en forma de millones de refugiados entre los que se contaban hutus implicados en la masacre conta los tutsis, vive una escalada de la violencia como consecuencia de la reaparición del Movimiento 23 de Marzo, más conocido como el M23. La milicia de mayoría tutsi, vinculada a los intereses del autócrata ruandés Paul Kagame, y otro centenar de grupos armados combaten por los recursos en las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, Ituri y Tanganica para financiar su guerra. Por el camino, saquean aldeas, roban ganado, asesinan a civiles y violan a mujeres. 

La inseguridad de la zona impidió que el Papa visitara la ciudad de Goma, la más importante de Kivu del Norte. En febrero de 2021 murieron asesinados en esta localidad el embajador italiano Luca Attanasio y el carabiniere que le acompañaba mientras dirigía una delegación del Programa Mundial de Alimentos. A mediados de enero, un grupo rebelde afiliado a Dáesh atentó en una iglesia pentecostal en la localidad de Kasindi, no muy lejos de allí. Hubo 12 víctimas mortales. 

Papa Francisco RD Congo

“No podemos acostumbrarnos al derramamiento de sangre que ha marcado este país durante décadas, causando millones de muertes que siguen siendo en su mayoría desconocidas en otros lugares”, subrayó el Papa en su discurso. “Es necesario que se sepa lo que está ocurriendo aquí”. Existen indicios de que el Gobierno de Tshisekedi ha contratado los servicios del Grupo Wagner, algo que el presidente ha rechazado insistentemente para no perder apoyos en Occidente. Es sabido que hay mercenarios procedentes de Europa del Este desplegados en el país, pero pertenecen en su mayoría a las compañías militares privadas Potra y Agemira, de origen rumano y búlgaro, respectivamente. 

Un colonialismo económico “igualmente esclavizante” 

La República Democrática del Congo no solo podría ser el motor económico de África, sino también una potencia mundial por sus ingentes reservas minerales, tierras fértiles, volumen de población y tamaño. Alberga en su territorio oro, cobre, diamantes, coltán y dos tercios de las reservas mundiales de cobalto. Pero la devastadora herencia colonial, las guerras y la sucesión de regímenes represivos y disfuncionales han lastrado su crecimiento. “Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos: se ha llegado a la paradoja de que los frutos de su propia tierra lo conviertan en ‘extranjero’ para sus habitantes”, dijo el Papa. 

Papa Francisco Sudán del Sur

“El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes”, remató Francisco, que denunció la existencia de un “colonialismo económico” tras el colonialismo político que es “igualmente esclavizante”. En la actualidad, Estados Unidos y China compiten en el país por controlar las reservas de cobalto. Según el Departamento del Tesoro estadounidense, la mayor parte del oro de la República Democrática del Congo cae en manos de Ruanda y Uganda, vecinos hostiles que lo extraen de forma ilegal, lo refinan y exportan a los mercados internacionales. 

Sudán del Sur, la siguiente parada 

El Pontífice puso después rumbo a Juba, la capital de Sudán del Sur, donde la Iglesia intenta ganar peso en las conversaciones de paz y conducir el país por la senda del aperturismo democrático. En esta ocasión no viajó solo, sino que lo hizo acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, la cabeza de la Iglesia anglicana, que cuenta cada vez con más fieles en el África subsahariana. Iain Greenshields, el ministro de la Iglesia de Escocia, también forma parte de la delegación. 

Papa Francisco Sudán del Sur

El país más joven del mundo, nacido vía referéndum en 2011 tras más de dos décadas en guerra con Sudán, sufre desde 2013 una cruenta guerra civil que finalizó nominalmente en 2020. Un año antes del cese oficial de las hostilidades, el Papa Francisco invitó al presidente Salva Kiir y al entonces líder rebelde Riek Machar a un retiro espiritual en el Vaticano que sirvió, al menos en parte, para destensar el conflicto. El Pontífice les besó los pies. Sin embargo, el acuerdo de paz que integró en el Gobierno a Machar de Kiir no ha conseguido poner fin a la violencia. El país está sumido en el caos. 

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