El Parlamento de Irak ante la búsqueda de un nuevo presidente del Gobierno
El Parlamento iraquí y todo su cuerpo legislativo han programado una reunión para el 7 de febrero, con el objetivo de realizar una votación y elegir al nuevo presidente de la República de Irak. Este acto de formación gubernamental es muy simbólico e importante, sobre todo, tras las elecciones generales del pasado 10 de octubre, las cuales fueron demandadas ante el Tribunal Supremo Federal de Irak por una coalición de partidos chiíes debido a un supuesto fraude, pero el máximo tribunal iraquí desestimó la demanda y ratificó los resultados de las elecciones legislativas. El fallo va a permitir la búsqueda de un nuevo presidente del Estado.
Irak tiene como objetivo principal la formación de un Gobierno y, por tanto, la búsqueda y elección de un presidente gubernamental. Debido a ello, el Parlamento ha aprobado una lista de un total de 25 candidatos postulantes al puesto de presidente del Gobierno, sus nombres fueron a anunciados el 31 de enero. La pasada votación del 10 de octubre fue la quinta encuesta electoral que se realizaba desde la invasión de 2003. La primera sesión del Parlamento tuvo lugar el 9 de enero, en la cual se eligió al presidente del Parlamento iraquí, Mohamad al-Halbusi, aunque su puesto quedó suspendido de manera provisional a raíz de la demanda interpuesta por los chiíes ante el Tribunal Supremo.
De acuerdo con la alianza de carácter no oficial establecida entre los partidos políticos de Irak, el cargo de presidente del Gobierno pertenece a un miembro de la comunidad kurda, mientras que el puesto de primer ministro corresponde a un miembro de la etnia chií, así como la Presidencia del Parlamento pertenece a la etnia suní. Asimismo, los demás puestos gubernamentales, también, se encuentran divididos entre los partidos políticos teniendo en cuenta el origen étnico y religioso.
Muchas veces esta división de poderes trae desacuerdos como es el caso de los kurdos en relación con el cargo de la Presidencia del Gobierno. Tanto el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) como el Partido de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) no han logrado alcanzar un acuerdo sobre el futuro candidato presidencial a consecuencia de las grandes divisiones existentes entre ambos partidos. Es verdad que, hay un acuerdo histórico entre la comunidad kurda donde se estableció que el puesto de presidente del Gobierno va ligado al PUK, mientras que, el liderazgo de la región autónoma kurda de Irak corresponde al KDP.
Sin embargo, este acuerdo cambió en el momento que el Partido Democrático del Kurdistán se hizo con el control de 329 escaños del Parlamento iraquí, mientras que la Alianza del Kurdistán, liderada por el Partido de la Unión Patriótica del Kurdistán, solo ganaron un total de 17 escaños. Este último partido ha nombrado a Barham Salih, como candidato posible al puesto de presidente, y a su vez, el KDP ha nombrado candidato a Hoshyar Zebari, exministro de Relaciones Exteriores y Finanzas. Ambos candidatos son políticos kurdos de alto rango y desempeñaron un papel clave en la República de Irak posterior al derrocamiento de Saddam Hussein, también fueron figuras importantes de la oposición iraquí antes de que se produjese la invasión liderada por Estados Unidos en territorio iraquí.
Barham Salih estuvo en el cargo de viceprimer ministro durante dos mandatos, también fue ministro de Planificación, así como primer ministro del Gobierno Regional del Kurdistán. Hoshyar Zebari ejerció como ministro de Finanzas en 2016, mientras estaba en el puesto se enfrentó a una moción de censura en el Parlamento por supuestos casos de corrupción y acusaciones del mal uso de los fondos, finamente, fue destituido de su cargo, aunque siempre negó cualquier irregularidad. Además de estos dos candidatos presidenciales, se encuentran otros candidatos como Abdul-Latif Jamal Rasheed, exministro de Recursos Hídricos, y Rizgar Mohammed Amin, el juez principal en uno de los juicios de Saddam.
Una vez que el presidente sea elegido, tendrá 15 días para encargar formalmente al candidato del bloque parlamentario más grande que forme un Gobierno, de acuerdo con la Constitución. De esta manera, el primer ministro tendrá 30 días para presentar su gabinete al Parlamento para su aprobación.
