El líder de la Unión Africana, Macky Sall, se desplazó hasta Sochi para convencer al presidente ruso de desbloquear los puertos ucranianos en el mar Negro

El presidente de Senegal se reúne con Putin para frenar la crisis alimentaria en África

PHOTO/African Union - El presidente ruso Vladímir Putin recibe en Sochi al presidente de Senegal y líder de la Unión Africana, Macky Sall

La guerra en Ucrania provocada por la invasión del presidente ruso Vladímir Putin ha provocado el mayor encarecimiento de alimentos en África. La subida de precios supera ya la registrada durante la crisis financiera de 2008 y las Primaveras Árabes de 2011, cifras que han llevado a más de 80 millones de personas a experimentar inseguridad alimentaria aguda, según los datos de Naciones Unidas. Al menos 30 millones más que hace un año.

En un intento desesperado por frenar la crisis, el presidente de Senegal y líder de la Unión Africana (UA), Macky Sall, se desplazó el viernes hasta Rusia en compañía del presidente de la Comisión y ex primer ministro de Chad, Moussa Faki. En la ciudad balneario de Sochi les esperaba Putin, quien les recibió en su lujosa residencia a orillas del mar Negro para “desbloquear las reservas de cereales y fertilizantes, cuyo bloqueo afecta especialmente a los países africanos”, según la oficina de Sall.

El Kremlin, por su parte, omitió el motivo de la reunión y justificó el encuentro alegando que los líderes discutirían “cuestiones de la interacción de Rusia con la Unión Africana, incluida la ampliación del diálogo político y la cooperación económica y humanitaria”. Aunque la visita del carismático presidente senegalés solo buscaba aliviar una crisis que ha puesto a millones de personas en manos del hambre y ha provocado, entre otras reacciones, que Chad declarara el estado de emergencia nacional por esta cuestión.

Sall trató de abrir los ojos al presidente ruso acerca de las implicaciones globales de su sangrienta campaña en Ucrania. “He venido a verle para pedirle que sea consciente de que nuestros países, incluso lejos del escenario de la guerra, son víctimas de esta crisis económica”, trasladó el presidente de la UA, quien aseguró además haber defendido las posiciones de otras regiones que, como África, atraviesan una situación crítica.

Sall Putin

“El presidente Putin nos ha expresado su voluntad de facilitar la exportación de cereales ucranianos”, tuiteó Sall al término del encuentro. El mandatario africano aseguró que Putin se había comprometido a permitir los envíos de cereales y fertilizantes, pero no dio más detalles sobre el contenido de la reunión, ni adelantó si el autócrata ruso había puesto condiciones sobre la mesa para dar luz verde a su petición.

El Kremlin hizo pública la semana pasada su disposición a facilitar que los buques que transportan alimentos salieran desde Ucrania a cambio del levantamiento de algunas sanciones impuestas por los aliados occidentales, una condición percibida como un “chantaje”. Aunque Putin mantiene la contradicción e insiste al mismo tiempo en que Rusia no es responsable del bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro.

Antes de la invasión, Ucrania era uno de los principales exportadores de maíz y trigo, y representaba la mitad del comercio mundial de semillas de girasol y aceite. Pero, desde entonces, los puertos han permanecido inutilizados y han sido minados por parte de la resistencia ucraniana para evitar un asalto anfibio del Ejército ruso. Kiev señala que, con sus agresiones, Moscú ha impedido el uso de los puertos, pero el presidente ruso ha asegurado que el país podría exportar grano si antes desminaba el terreno.

Sall Putin

Antes de reunirse con Putin, el presidente senegalés mantuvo un encuentro por videoconferencia con los líderes europeos que permanecían reunidos en Bruselas para negociar la sexta ronda de sanciones contra Rusia, a quien les trasladó que su país evitaba tomar partido. Sall expuso entonces las múltiples problemáticas que atravesaba el continente como consecuencia de la guerra en Ucrania y exigió a los representantes de los 27 Estados miembros que trabajaran para poner fin al conflicto.

“En el futuro inmediato, nos gustaría que se hiciera todo lo posible para liberar las reservas de grano disponibles y asegurar el transporte y el acceso al mercado, para evitar un escenario catastrófico de escasez y precios altos generalizados”, concluyó el máximo representante africano. El 44% del trigo que se consume en el continente procede de Rusia y Ucrania, una cifra que pone de relieve lo importante que es para África la reapertura de los puertos.

Después del encuentro, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, descargó responsabilidad a la UE y señaló a Rusia por utilizar los alimentos “como arma de guerra. Destruyendo cosechas, bloqueando toneladas de grano, arriesgando la hambruna mundial”. “La Unión Europea no escatima esfuerzos para liberar las exportaciones de Ucrania por tierra y explorar rutas marítimas alternativas”, sentenció.

Sall Putin

La crisis de suministro afectaría, según el coordinador de crisis de la ONU, Amin Awad, a unas 1.400 millones de personas en todo el mundo. En este sentido, algunos analistas advierten de que los planes de Rusia pasan por provocar nuevos flujos migratorios masivos hacia Europa como resultado de la crisis alimentaria en el continente africano y en otras regiones como Oriente Medio.

África, en la mira del Kremlin

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha redoblado sus esfuerzos en materia económica, diplomática y, sobre todo, militar para consolidar sus intereses estratégicos en África. En 2019, el exagente del KGB organizó en Sochi la primera Cumbre Rusia-África con el objetivo de fortalecer sus apoyos en el continente. Hasta 43 jefes de Estado o de Gobierno acudieron a la cita, entre los que se encontraba el ahora líder de la Unión Africana, Macky Sall, quien llevaba entonces siete años en el poder. 

Esto explica, quizá, por qué 17 de los 35 Estados que decidieron abstenerse en la votación de la Asamblea General de la ONU en la que se condenaba la agresión de Rusia sobre Ucrania eran africanos. Y el número podría haber sido incluso mayor si no llega a ser por las presiones diplomáticas de las potencias occidentales. Finalmente, una mayoría de Estados africanos acabó denunciando con su voto la invasión de Putin, pero una gran parte ha permanecido en silencio hasta la fecha por las posibles represalias.

Uno de los países que se abstuvo de condenar a Rusia fue la Senegal de Macky Sall, paradójicamente cercano a Occidente. El líder senegalés tuvo la oportunidad de justificarse ante el canciller alemán Olaf Sholz durante una visita reciente a Dakar. “Los Estados africanos quieren alinearse en este conflicto, muy claramente, queremos la paz. Aunque condenamos la invasión, trabajamos por una desescalada, trabajamos por un alto el fuego, por el diálogo... esa es la posición africana”, subrayó.

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