El príncipe Husein de Jordania renuncia a su título por discrepancias con el rey jordano

“Por honestidad a Dios y a la conciencia, no veo otra opción que la renuncia y el abandono del título de príncipe”. Con esta afirmación el príncipe Hamza bin Husein, hermanastro del rey Abdalá III de Jordania declinaba su título real, justo después de haberse cumplido un año del complot liderado por Husein contra su hermano. La razón de esta renuncia, señalaba, es debido a que sus valores “no están en consonancia con los enfoques, tendencias y métodos modernos de las instituciones” del país.

En esta línea, el ahora expríncipe declaraba que después de lo que había presenciado en los últimos años, había “llegado a la conclusión de que mis convicciones personales y las constantes que mi padre me inculcó, y a las que me esforcé mucho en mi vida para adherirme, no están en línea con los enfoques, tendencias y métodos modernos de nuestras instituciones. Tuve el gran honor de servir a mi amado país y a mi querida gente en esta capacidad durante los años de mi vida y permaneceré como siempre he sido y mientras viva leal a nuestra amada Jordania”. 

Esta abdicación por parte del expríncipe se produce en un momento convulso para la familia real del reino hachemí. El pasado marzo, Husein volvía a pedir perdón por el motín que había organizado contra el monarca hace ya un año, hecho que le llevó a sufrir un arresto domiciliario, según informó la Casa Real jordana.

En este contexto, a principios de abril del 2020, el expríncipe heredero fue detenido después de que varias denuncias procedentes del extranjero le acusasen de realizar un “complot” que pretendía desestabilizar el mandato de Abdulá III. Tras su detención, Husein fue puesto bajo arresto domiciliario y el mismo llegó a afirmar en un vídeo que no se le tenía permitido “salir comunicarse o reunirse con gente porque en algunas reuniones donde había estado presente había habido críticas al Gobierno o al rey”. 

En este momento, el ministro de Relaciones Exteriores, Ayman Safadi, indicó que el príncipe Hamza “no representaba una amenaza inmediata, sino que participaba en los esfuerzos para alimentar el descontento popular con el deterioro de la economía jordana y trató de presentarse como un gobernante alternativo”, algo que fracasó tras la detención de los responsables.

Y es que, además de “no coincidir con los mismos valores”, el rey Abdalá III retiró en el año 2004 el título de príncipe heredero a su hermanastro para nombrar a su hijo, el príncipe Husein bin Abdullá, como heredero al trono cuatro años después.

Sin embargo, los procedimientos legales contra él finalizaron cuando este juró lealtad tanto a su hermano como a los valores defendidos por la constitución jordana. Sin embargo, con la renuncia de Husein ahora queda reflejado que la disculpa ofrecida por este fue impulsada por motivos políticos más que por un sentimiento real. En este momento, el rey jordano declaró que esta crisis suponía “la más dolorosa de sus 22 años de gobierno”, lo que puso en clara evidencia la crisis interna que azotaba a la familia real. 

Así, en una nueva misiva dirigida al rey Abdalá III, el expríncipe Husein reconocía que había cometido un “error” y asumía “la responsabilidad de sus acciones y ofensas hacia Jordania y el rey” entre los que ha incluido “los incidentes” derivados del caso de sedición”. Aun así, este hecho no ha afectado a su “fidelidad” a Jordania y así lo ha puesto de manifiesto en la carta.

A la detención de Husein le sucedieron una serie de arrestos a 16 personas que habrían participado en el caso. Semanas después de producirse los arrestos, la Casa Real anunció la liberación de este tras “una petición de perdón de varios de los detenidos”. Sin embargo, el director de la Casa Real jordana, Basem Ibrahim y al miembro de la familia real, Sharif Zaid Husein, fueron condenados a 15 años de prisión, una condena que no se ha revocado.