La formación islamista, que lidera la asamblea con 54 escaños, necesitará el apoyo de otros partidos

Ennahdha presentará una moción de censura que podría derribar el Gobierno tunecino

photo_camera REUTERS/ZOUBEIR SOUISSI - El primer ministro designado de Túnez, Elyes Fakhfakh, habla en la Asamblea de Representantes del Pueblo en Túnez, Túnez, el 26 de febrero de 2020

El partido conservador de tendencia islamista Ennahdha, primera fuerza en el Parlamento, presentará una moción de censura contra el primer ministro y su socio en el Gobierno, Elyes Fakhfakh, cuestionado desde hace semanas por no haber declarado su participación accionarial en empresas privadas contratadas por la administración. La decisión, que podría hacer caer al Ejecutivo, fue adoptada este domingo por el Consejo de la Shura, máximo órgano directivo del movimiento, que autorizó a su líder, Rachid Ghannouchi, a iniciar el procedimiento en la Cámara de Representantes.

Para que la iniciativa tenga éxito, la formación islamista, que lidera la asamblea con 54 escaños, necesitará el apoyo de otros partidos, entre ellos Corazón de Túnez, dirigido por el polémico magnate de la comunicación, Nabil Karoui, y segunda fuerza en la Cámara, y la Coalición Dignidad, de tendencia salafista. 

Según la ley, la moción de censura precisa del voto favorable de 109 de los 217 diputados que integran la Asamblea y obliga al partido o los partidos que la presentan a proponer un candidato alternativo a la jefatura del Gobierno, que igualmente necesitará ser aceptado por una mayoría absoluta.

Sin embargo, en caso de que Fakhfakh presentara su renuncia, lo que implica la dimisión de todo el Ejecutivo, sería el presidente de la República, Kaies Said, quien tendría que designar a un sustituto, que asimismo debería obtener un apoyo mayoritario en una Cámara muy fragmentada, con una veintena de partidos representados y numerosos independientes, cada uno con agenda propia.

La denuncia contra Fakhfakh, sostenida por la Instancia Nacional de la Lucha contra la Corrupción (INLUCC) y de la que el primer ministro se declara inocente, es el nuevo golpe para una débil coalición gubernamental forjada en febrero bajo la amenaza de la repetición electoral, tras cuatro meses de complejas y fallidas negociaciones. 

El presidente del partido islamista Ennahda y presidente de la asamblea de Túnez

Ennahdha, que fracasó en el primer intento, aceptó finalmente gobernar junto a cinco formaciones de tendencias políticas muy diferentes: el socialdemócrata Attayar, el panarabista Echaab, el exgobernante Nidaa Tounes y los partidos de los ex primer ministros, Mehdi Jomaa (Al Badil) y Youssef Chahed, (Viva Túnez). Los islamistas quisieron desde el principio sumar a Corazón de Túnez, segunda fuerza con 39 diputados, un deseo el actual jefe de Gobierno declaró una “línea roja”. 

La decisión del Consejo de Shura se produce escasas horas después de que un bloque formado por 75 diputados revelara su intención de presentar también una moción de censura para retirar la confianza al propio Ghannouchi, actual presidente del Parlamento, por haber presuntamente violado el reglamento interior de la Cámara. 

Y días después de que el Partido Desturiano Libre (PDL), formado por los nostálgicos del antiguo régimen dictatorial de Zinedin el Abedin Ben Ali, derrocado en 2011, acusara a Ennahda de haber falsificado los documentos para su legalización, un presunto delito que de ser cierto devolvería a la formación a los tiempos de la clandestinidad en la que vivió durante tres décadas.

Según la abogada Abir Moussi, que lidera una formación con 16 diputados, dicho expediente habría sido firmado dos días antes del regreso al país de Ghannouchi, quien vivió refugiado en Londres hasta el triunfo de la revolución que acabó con la tiranía y supuso el inicio de las ahora marchitadas primaveras árabes.  

Desde que se sentara en su escaño, Moussi ha reiterado sus ataques contra el líder islamista y Ennahdha, aunque sin éxito: primero al acusarle de injerencia diplomática en el conflicto libio y, más tarde, al proponer una moción para clasificar a los Hermanos Musulmanes como organización terrorista- cuyo brazo político en Túnez, asegura, está representado por Ennahdha.

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