Estados Unidos ante la llegada masiva de migrantes: “Si viene ilegalmente, será devuelto”
Estados Unidos ha tomado la decisión de cerrar sus fronteras con la región de Del Río, al sur de Texas, con el fin de evitar la llegada de más inmigrantes haitianos a tierras norteamericanas.
Junto a esta medida, el Gobierno de Joe Biden ha adoptado la determinación de deportar a sus países de origen a los inmigrantes ilegales que tratan de traspasar sus fronteras. “Si viene a Estados Unidos ilegalmente, será expulsado. Su viaje no va a tener éxito y habrá puesto en peligro su vida y la de su familia”, así lo confirmó el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, durante una rueda de prensa en Del Río.
El cierre fronterizo pretende evitar situaciones como las acontecidas tras el cruce masivo de más de 14.000 migrantes en los últimos días. Este importante grupo de migrantes, mayoritariamente de origen haitiano, logró traspasar la frontera con Estados Unidos el pasado jueves y actualmente se han instalado en un campamento localizado en el límite con México, una situación que pone en evidencia la realidad de la crisis migratoria.
El Gobierno estadounidense comenzó a efectuar, el domingo, las primeras deportaciones de decenas de haitianos que habían sido retenidos en la frontera, y se comenzó a reubicar a las 14.000 personas del campamento en otras ciudades de Texas, como El Paso, según informó la agencia Reuters.
Como apoyo a las unidades fronterizas, la Oficina de Protección y Aduanas de EEUU ha desplazado cerca de 600 agentes adicionales a la zona de Del Río para agilizar las repatriaciones y controlar la entrada de nuevos migrantes reforzando los puntos de principal acceso con oficiales a caballo, según el medio El País.
Con el cambio de presidencia, la postura de Estados Unidos ante la inmigración ilegal mantiene el camino que comenzó el expresidente Donald Trump. La prioridad del Gobierno es, según Marsha Espinosa, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, “garantizar que los migrantes irregulares sean detenidos, procesados y sacados rápidamente de EEUU”.
Según datos de la Oficina de Aduanas estadounidense, las autoridades norteamericanas arrestaron durante el mes de agosto a 209.000 migrantes, un 2% menos que en julio, cifras que no se habían presenciado desde el año 2000. Bajo el pretexto de la norma “Título 42”, una excepción en la Ley de Salud, el Gobierno de Biden ha deportado a migrantes indocumentados y solicitantes de asilo.
Como ha ocurrido en otras ocasiones, las diferencias entre México y Estados Unidos en cuestiones migratorias ha desatado debates a raíz de esta nueva ola de inmigración. El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador exige a la Administración estadounidense soluciones que no solo impliquen la “contención”.
Durante la conferencia del mandatario mexicano, ha insistido en la propuesta de crear programas sociales y ayudas laborales en los países de origen, apostando por la capacitación y formación laboral. Con ello, López Obrador reclama a EEUU la colaboración presupuestaria para cumplir sus objetivos, así como una mayor oferta de visas temporales de trabajo, afirmando que “se podría mantener en sus países de origen a 90.000 personas de todas las que emigran por falta de trabajo”.
Coordinador de América Latina: José Antonio Sierra
