El desencuentro entre los dos países se produce tras la retirada del visado al senador Ronald dela Rosa, cerebro de la guerra emprendida por Duterte contra el narcotráfico

Filipinas anula formalmente acuerdo militar de visita de tropas con EEUU

PHOTO/BULLIT MARQUEZ via REUTERS - El presidente filipino Rodrigo Duterte y el Secretario de Estado de los Estados Unidos Mike Pompeo, en la Base Aérea de Villamor en Pasay City, cerca de Manila

El Gobierno de Filipinas ha anulado formalmente el acuerdo militar de visita de tropas (VFA, por sus siglas en inglés) con EEUU, en represalia por la cancelación del visado al senador Ronald dela Rosa, aliado político del presidente Rodrigo Duterte. El secretario de Exteriores, Teodore Locsin, ha anunciado en su cuenta de Twitter que el número dos de la embajada estadounidense en Manila ya ha recibido la notificación formal para anular ese tratado, por orden del mandatario.

La decisión de Duterte es “consecuencia de una serie de medidas legislativas y ejecutivas del Gobierno estadounidense que suponen un asalto a nuestra soberanía y una falta de respeto a nuestro sistema judicial”, ha aclarado el portavoz presidencial Salvador Panelo. Por su parte, la embajada de EEUU en Manila ha señalado que el fin del tratado es “un paso serio con significativas implicaciones en la alianza bilateral” y apuntó que el Gobierno estadounidense “reflexionará detenidamente sobre cuál es la mejor manera de avanzar en los intereses comunes”.

El acuerdo anulado, que entró en vigor en 1999, proporcionaba la cobertura legal para que las tropas estadounidenses entren en Filipinas para maniobras conjuntas, aunque se mantienen otros tratados en materia de seguridad de mayor calado, como el Acuerdo de Defensa Mutua que data de 1951.

El presidente filipino Rodrigo Duterte sostiene un rifle de francotirador Galil junto al senador, Ronald Dela Rosa

A pesar de la postura crítica de Duterte con respecto a EEUU -mientras ha virado su política exterior hacia China y Rusia-, la cooperación militar entre las dos naciones se ha mantenido sólida, especialmente en contraterrorismo, y los entrenamientos militares conjuntos han aumentado en los últimos años. De hecho, tanto los ministros de Defensa y Exteriores, como altos rangos militares de Filipinas, han advertido del riesgo de suspender la cooperación en materia de seguridad con EEUU, su mayor y más antiguo aliado militar.

Duterte ya amenazó el pasado 24 de enero con suspender este acuerdo tras conocerse que EEUU había revocado el visado de diez años del senador Dela Rosa, jefe de la Policía entre julio de 2016 y abril de 2018 y cerebro de la guerra contra las drogas. El presidente dio un plazo de un mes a EEUU para “corregir ese error” o cancelaría el VFA, decisión que se hizo efectiva hoy.
Dela Rosa ha sido acusado por varias organizaciones de perpetrar violaciones de derechos humanos por los abusos de esa campaña cuando dirigía la Policía Nacional, designado por Duterte.

El Senado de EEUU aprobó el 9 de enero una resolución en la que pide sanciones para los funcionarios filipinos implicados en violaciones de derechos humanos, como la detención “arbitraria” de la senadora Leila de Lima -una de las mayores críticas de Duterte, a punto de cumplir tres años en prisión sin juicio- y los abusos en la guerra contra las drogas. Sin embargo, EEUU no ha hecho pública la lista de castigados -la revocación de la visa de Dela Rosa la anunció él mismo- y en Filipinas se especula con la posibilidad de que las sanciones puedan alcanzar al propio mandatario o su círculo más cercano, lo que ha tensado la relación de la administración Duterte con EEUU.

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