El Daesh ha vuelto a lanzar un ataque contra una cárcel del norte de Siria para tratar de liberar a combatientes. Si a principios de año lo intentó en Hasakah, esta vez ha sido contra un complejo de seguridad próximo a una prisión de Raqqa, la antigua capital de la organización terrorista en Siria.
No obstante, el Daesh “no pudo atacar la prisión” porque las fuerzas kurdas “frustraron el asalto”, tal y como informó a AFP Farhad Shami, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF, por sus siglas en inglés). Shami también confirmó la muerte de seis miembros de las fuerzas kurdas y de un militante yihadista que llevaba un cinturón de explosivos.
#IS has launched an attack on the headquarters of the #SDF/#PKK Asayish (internal intelligence agency/police) in Raqqa in northern #Syria. pic.twitter.com/IgALNyCHhR
— Kyle Orton (@KyleWOrton) December 26, 2022
Por otra parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) informó de la muerte de dos miembros del Daesh durante los enfrentamientos. “Los militantes tenían como objetivo la prisión de inteligencia militar”, señaló Rami Abdel Rahman, director del SOHR. La cárcel que trataron de asaltar alberga a cientos de yihadistas, incluidos 200 combatientes de alto nivel.
La situación en Raqqa es de máxima alerta. Las autoridades de la ciudad han decretado el estado de emergencia y han ordenado su cierre hasta nuevo aviso. Las fuerzas de seguridad todavía están registrando la zona para arrestar a más yihadistas, tal y como señaló Shami.
“La información que tenemos de Raqqa indica que las células del Daesh están preparando planes peligrosos”, indicó el comandante de las SDF, Mazoum Abdi, en un comunicado.
The Syrian Democratic Forces reveal the record of two of its fighters who were martyred as a result of an attack by cells of the terrorist organization ISIS yesterday in the city of Raqqa pic.twitter.com/sV64hCoMZw
— ضابط || Rojava security (@DalgashRasoul5) December 27, 2022
El grupo terrorista, por su parte, ya se ha atribuido la responsabilidad del ataque, asegurando que se llevó a cabo para “vengar a los prisioneros musulmanes” y a las mujeres de los combatientes que viven en el campamento Al-Hol, administrado por las autoridades kurdas. Al-Hol alberga a más de 50.000 personas, entre ellas, numerosos familiares de combatientes del Daesh y extranjeros de diferentes nacionalidades.
Tanto en Siria como en Irak se está experimentando un peligroso regreso del Daesh. La semana pasada, nueve policías murieron en un ataque perpetrado por el Daesh en la provincia iraquí de Kirkuk. Igualmente, el SOHR ha informado acerca de 16 operaciones del grupo terrorista contra miembros de las SDF en Deir Ezzor y Hasakah desde principios de diciembre.
El Daesh fue derrotado en 2019, cuando perdió sus últimos territorios en Siria. No obstante, desde entonces, las células se han estado organizado para realizar nuevos ataques en ambos países. El último ataque más relevante se vivió el pasado mes de enero en la ciudad de Hasakah. Al igual que ha ocurrido en Raqqa, las células yihadistas fijaron como objetivo una cárcel con numerosos combatientes del Daesh. Como resultado, cientos de personas murieron en el asalto a la prisión que duró una semana.