El que fuera JEMAD alerta que los verdaderos enemigos de España no son las fuerzas incontroladas de la naturaleza, sino que tienen ojos, empuñan un fusil, disparan misiles y disponen de voluntad férrea

General Alejandre (1): “La razón última de nuestras Fuerzas Armadas es defender a España y a los españoles con las armas”

photo_camera PHOTO/FAM - El JEMAD Fernando Alejandre explica el desarrollo de una operación militar a la ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada por el jefe del Estado Mayor del Aire, general Javier Salto

El general de Ejército Fernando Alejandre ha asumido durante 2 años y 9 meses el más alto mando que un militar pueda desempeñar en la España actual, el de jefe del Estado Mayor de la Defensa, JEMAD. Fue elegido para el cargo por la ministra María Dolores de Cospedal y nombrado en marzo de 2017 por el presidente Mariano Rajoy. Fue cesado en enero de 2020 por el presidente Pedro Sánchez y relevado por la actual titular, Margarita Robles.

La presente entrevista obedece a que a sus 66 años acaba de publicar un libro titulado “Rey servido y patria honrada”, volumen que quiere ser su legado y que está basado en su experiencia castrense nacional e internacional, en paz y operaciones en el exterior, durante más de 46 años de servicio. Expone con frases medidas, prudentes y educadas sus coincidencias y discrepancias en el ejercicio de la máxima responsabilidad militar de España.

PHOTO/FAM - Quienes le conocen destacan del general Alejandre su humanidad, preocupación y calidez de trato, en especial con sus subordinados. También su habilidad para arrancar las sonrisas de sus interlocutores en conversaciones a corta distancia

Personas de uno y otro signo y edad que le conocen bien expresan su punto de vista sobre sus rasgos personales y de tipo profesional. Como es evidente, cada uno de los consultados aporta su parecer con distintas palabras y comentarios. En general lo califican como un militar nato “entregado en cuerpo y alma a su profesión”, un hombre “activo, de mentalidad abierta y firmeza de carácter”, que se ha “ocupado por aumentar sus conocimientos” en muy diversas disciplinas del saber militar, humanístico y científico.

En el plano personal, hay quien destaca su “humanidad, preocupación y calidez de  trato, en especial con sus subordinados”. Otro resalta su “sentido del humor y finezza”, que le hace arrancar las sonrisas a sus interlocutores en conversaciones a corta distancia. Un tercero subraya su “arte para captar la atención de los auditorios a los que se dirige”. ¿Su secreto? Preparar de forma concienzuda sus intervenciones.

Algo que resulta conveniente poner de relieve es la “fortaleza y buen anclaje intelectual y profesional de sus convicciones” asegura un militar con el que ha compartido años de misiones y destinos. Pero hay más. Lo anterior va unido a que goza del valor necesario para defender sus planteamientos y llevarlos hasta sus últimas consecuencias. No muchos están dispuestos a hacerlo.

PHOTO/AP - Su amplio conocimiento geoestratégico le hace percibir que la solución del conflicto en el Este de Europa será una salida negociada en la que Ucrania se verá obligada a ceder territorio a cambio de alcanzar la paz

Pero no es un ‘superman’. Es tan sólo un oficial español con espíritu de servicio, satisfecho de formar parte de la XXXIV promoción de la Academia General Militar de Zaragoza, perteneciente al Arma de Ingenieros, cuyas virtudes castrenses se desarrollaron en la escuela de mandos que es la Brigada Paracaidista y a quien su trayectoria y capacidades le llevaron a ser elegido para regir a los que visten uniforme caqui, azul cielo o azul marino. 

Por mucho que lo llegó a intentar, una persona como la descrita era complicado que pudiera encontrar acomodo en un entorno gubernamental donde los sistemas de armas, por arte de birli birloque, pasaban a denominarse bajo el eufemismo de “material ofensivo”. En resumen, un líder de cuyos hechos y dichos se desprende el amor a su patria, algo que algunos no alcanzan a comprender porque están en dimensiones localistas, globalistas o sectarias.

PHOTO/FAM - El general Alejandre muestra en 2017 al recién nombrado presidente del Comité Militar de la OTAN, mariscal del Aire británico Stuart Peach, la dimensión y alcance del imperio español en siglos pasados

¿La situación de tensión que se ha generado entre Madrid y Argel por el asunto del Sáhara va a tener alguna repercusión a corto plazo en las Fuerzas Armadas españolas?

A mi modo de ver no debería haber cambios. No obstante, la falta de entendimiento entre nuestros dos vecinos y la ausencia de una exquisita relación con el sur siempre dificulta nuestro grado de conocimiento y, con ello, nuestra capacidad de vigilancia, lo que es fundamental para mantener nuestra seguridad nacional.

Argelia y Marruecos llevan décadas de disputas y, además, están en órbitas completamente distintas desde el punto de vista geoestratégico. Por eso reclamo en mi libro que tenemos que mirar más hacia el norte de África, lo que supone establecer medidas de confianza con nuestros vecinos del sur sin las cuales la disuasión no funciona. Valga el dato de que nunca hemos llevado a cabo maniobras militares con Argelia, ni apenas tampoco con Marruecos en los últimos 20 años. 

Desde su conocimiento de la evolución de la campaña militar en Ucrania, ¿qué salidas contempla para poner fin al conflicto armado?

Tengo claro que no hay otra salida que la negociación, llegar a un acuerdo entre las partes. Percibo que Ucrania se verá obligada a ceder territorio a cambio de alcanzar la paz, lo cual es un mal negocio, porque indica que Rusia, en una siguiente ocasión, podría demandar más territorio. Las alternativas son la caída de Kiev, que claramente hay que evitar, o la guerra nuclear, que es muchísimo peor y desencadenaría una guerra mundial. Reitero. La solución que veo más plausible es un acuerdo lo menos lesivo para ambas partes.

PHOTO/EA - Durante su etapa al frente de los Ejércitos de Tierra, Aire y Armada, uno de sus principales retos consistió en intentar paliar las graves carencias en inteligencia, guerra híbrida y mando y control

¿España dispone del potencial militar y los sistemas de armas adecuados para ejercer la disuasión frente a las amenazas a las que se enfrenta? ¿Cuáles son los que más echa en falta?

Ahora mismo todavía tenemos ese potencial militar. Desde mi punto de vista, nuestras carencias más graves se producen en el campo de la inteligencia, el mando y control y la guerra híbrida, entendida como ciberdefensa y ciberataque. Ahora mismo deberíamos estar muy preocupados sobre lo que podemos hacer o no hacer en determinadas zonas geográficas para neutralizar o bloquear posibles acciones de fuerzas contrarias. Esas son las capacidades que, por ser conjuntas, me afectaban de forma más directa mientras era JEMAD.

Hasta la guerra en Ucrania, la percepción de muchas de nuestra altas autoridades y de una gran mayoría de españoles era la de estar en un entorno buenista, bajo un paraguas de seguridad invisible y sin amenazas directas. Pero la situación ha cambiado en menos de 30 días. Es la oportunidad ¿para qué?

Sin lugar a dudas es la oportunidad para cambiar nuestra percepción. Para dejarnos ya de adorar un planteamiento de sociedad tipo Hare Krishna y tener la plena conciencia de que el malo está al acecho, esperando a que nos equivoquemos, a que fallemos, para saltar sobre nosotros. Confiar no significa dejar de vigilar.

​  PHOTO/ET - Desde su conocimiento y perspectiva, ahora existe la oportunidad para cambiar nuestra percepción y tener plena conciencia de que el malo está al acecho, esperando a que nos equivoquemos, a que fallemos, para saltar sobre nosotros, asegura  ​

Contar con una Ley que regule a medio y largo plazo las adquisiciones de sistemas de armas y material es una asignatura pendiente. Vd. asegura que la postura de los partidos políticos es de apoyo o rechazo, de manera directamente proporcional a si están en el Gobierno o en la oposición. ¿Es optimista sobre que, al contemplar las consecuencias de la guerra de Ucrania, esa ansiada ley se hará realidad?

Soy optimista, pero tengo muchas dudas ¿Ahora es la oportunidad? Pues sí, porque si no lo es, ya me dirán cuándo es el momento. Hay grandes políticas de Estado que, además de las de Educación e Interior, son las vinculadas por los Asuntos Exteriores y la Defensa, que por ese motivo deben trascender a los gobiernos, estar consensuadas y ser revisadas de forma periódica para ajustarse a los tiempos. Esa ley de alcance plurianual resulta imprescindible para saber lo que hay que hacer, en qué plazos de tiempo y con qué recursos. Nuestros vecinos europeos más próximos, Francia y Portugal, cuentan con ellas desde hace décadas y también muchos otros países. 

Habla que el derecho a disentir o discrepar pasa por tres estadios: tratar de enriquecer los elementos de juicio de quien debe tomar la decisión; en su caso, expresar la oposición o rechazo de forma educada y disciplinada; y en último lugar, evitar poner en riesgo la disciplina y la subordinación y, en consecuencia, solicitar el relevo. ¿Son criterios en los que también coinciden las autoridades políticas españolas que ha conocido?

En términos generales, su experiencia vital se ha formado con arreglo a otros parámetros, que no son ni mejores ni peores, sencillamente distintos. Si han fallado los dos primeros estadios, lo que yo reclamo es tener capacidad para, sin malentendidos, ser relevado.

PHOTO/MDE - La sociedad española debe saber de la razón de ser de sus Fuerzas Armadas, al igual que las francesas, australianas, chinas, argentinas, etc. es entrenar soldados para combatir, causar bajas al enemigo y morir si es necesario

¿Qué aspira a dejar meridianamente claro al publicar “Rey servido y patria honrada”?

Que la sociedad española sepa que la razón de ser de las Fuerzas Armadas españolas, al igual que las francesas, australianas, chinas, argentinas, etc. es entrenar soldados para combatir, causar bajas al enemigo y morir si es necesario. Suena muy fuerte, pero es así y no podemos ni debemos ocultarlo. ¡Que se lo pregunten a los ucranianos! Hasta que no nos demos cuenta de esto, estaremos poniendo en riesgo el cumplimiento de la misión encomendada a los militares. Y eso, nuestra cúpula política, sea del color que sea, no lo tiene claro.

Estamos para disuadir y, cuando eso no se consigue, para defender. Es así de simple. Los volcanes no son nuestros enemigos, son fuerzas desbocadas de la naturaleza ante las que hay que responder y frente a las que los militares, de manera temporal, pueden tener que ocupar un lugar en vanguardia. Sin embargo, los verdaderos enemigos de España tienen ojos, empuñan un fusil, disparan misiles y disponen de voluntad férrea. Y contra ellos no hay otra herramienta que las Fuerzas Armadas.

Los volcanes no tienen voluntad, ni tampoco la tuvo la tormenta Filomena. Con ello quiero decir que la razón última de nuestras Fuerzas Armadas es defender con las armas a España y los españoles. Lo hicieron nuestros antepasados y ahora nos corresponde a nosotros para traspasar una España libre y próspera a las futuras generaciones.