El secretario general de la organización político-militar saharaui necesitará el respaldo de Argel para mantener el cargo que ostenta desde 2016

Ghali mira a Argelia para revalidar el liderazgo del Frente Polisario en su decimosexto congreso

AFP/FETHI BELAID - El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali

El decimosexto congreso del Frente Polisario dará comienzo el próximo 13 de enero en un ambiente enrarecido. La organización político-militar saharaui, que atraviesa sus horas más bajas en décadas, deberá concluir el acto con el nombramiento de un nuevo secretario general que hará las veces de presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática (RASD, por sus siglas), un puesto que ocupa desde su reelección en 2016 uno de los fundadores del grupo, Brahim Ghali. 

El proceso político se prolongará durante cuatro días y servirá para definir la cuestionada hoja de ruta de una organización que viene sufriendo en los últimos meses una pérdida significativa de apoyos a su causa, la independencia de un Sáhara Occidental hoy controlado de facto por Marruecos. 

Los sucesivos reveses diplomáticos han colocado en una posición de debilidad interna al propio Ghali, que tratará de revalidar el liderazgo hasta el próximo congreso. 

Reelegido secretario general hace siete años, casi medio siglo después de dejar el cargo en manos del desaparecido El Uali Mustafa Sayed, el primer líder histórico del Frente Polisario necesitará una vez más el respaldo de Argelia para mantenerse al frente de la organización mientras crecen las voces internas que le exigen dar un paso al lado. El inmovilismo en que está sumido el grupo ha provocado una fuga de cuadros que denuncian la falta de transparencia y pluralismo en su seno

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Ghali ha querido rodearse de fieles para supervisar la organización del congreso y que nada escape de su control. El entorno del líder saharaui que ha llevado a cabo los preparativos lo conforma el diplomático Mohamed Salem Ould Salek, quien hace las veces de ministro de Exteriores del Polisario, Mohamed Yeslem Beissat, máximo representante de la organización en Sudáfrica, Jira Bulahi Abad, ministra de Salud, y el que fuera representante del grupo ante la Unión Europea, Mohamed Sedati. 

Nada esconde, sin embargo, el descontento en el seno del Polisario y las corrientes de renovación internas y externas. 

El segundo periodo de Ghali al frente de la organización, iniciado en un congreso extraordinario con motivo del fallecimiento de su predecesor, Mohamed Abdelaziz, ha estado marcado por el reinicio de las hostilidades con el Ejército marroquí después de tres décadas de alto el fuego en el Sáhara. Pero la guerra de baja intensidad que viene produciéndose desde noviembre de 2020 no ha sido el único elemento de desgaste. 

El reconocimiento unilateral de la soberanía marroquí del Sáhara Occidental formalizado por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, o los apoyos de Países Bajos, Alemania y España a la propuesta de autonomía bajo soberanía marroquí presentada por el Reino alauí en 2007 rompieron la baraja en favor de Rabat. 

Factores a los que se suma la aparición del Movimiento Saharauis por la Paz (MSP), una plataforma saharaui disidente encabezada por el exmiembro del Frente Polisario, Hach Ahmed Bericalla, que denuncia la deriva de la organización. Así como la reciente dimisión del hasta ahora representante del Polisario en Bruselas, Oubi Bouchraya Bachir, por discrepancias manifiestas con el propio Ghali. 

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En manos de Argelia 

La acción exterior del Frente Polisario depende única y exclusivamente de Brahim Ghali, que ha erosionado la transparencia del grupo en la toma de decisiones. Aunque el veterano líder, que cumplirá 74 años en agosto, atiende a las peticiones de Argelia, un aliado histórico de la causa saharaui que busca tener salida al Atlántico y, de paso, desestabilizar a su vecino del Magreb, con quien se disputa la hegemonía regional. 

Es la plana mayor del régimen quien históricamente ha desnivelado la balanza en favor de uno u otro candidato. 

El control del grupo se ha visto especialmente reforzado tras la llegada al Gobierno presidido por Abdelmadjid Tebboune del experimentado diplomático Ramtane Lamamra. El ministro de Exteriores argelino quiere jugar un papel determinante en la sucesión del liderazgo del Frente Polisario y el hombre fuerte del Ejército, Saïd Chengriha, jefe del Estado Mayor, también tiene voz y voto. 

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