La mediación de la Unión Africana ha alcanzado esta paz entre los dos contendientes en el Cuerno de África

Gobierno de Etiopía y rebeldes de Tigray acuerdan el cese de las hostilidades

PHOTO/Agencia de Noticias Etíope vía AP - Militares etíopes en una zona cercana a la frontera de las regiones de Tigray y Amhara de Etiopía

El Gobierno de Etiopía y los rebeldes de la región norteña etíope de Tigray, en guerra desde 2020, han acordado el fin de las hostilidades, informó hoy el alto representante de la Unión Africana (UA) para el Cuerno de África, el expresidente nigeriano Olusegun Obasanjo.

"Las dos partes en el conflicto etíope han acordado formalmente un cese de las hostilidades", anunció Obasanjo en una comparecencia en Pretoria, donde empezó el diálogo de paz entre los dos bandos, bajo el auspicio de la UA, el pasado 25 de octubre.

En un acto celebrado en el centro de conferencias del Ministerio de Relaciones Internacionales y Cooperación de Sudáfrica, el alto representante señaló que ambas partes han alcanzado un acuerdo de paz que también implica un "desarme sistemático, ordenado, suave y coordinado".

El Gobierno etíope y el Frente Popular de Liberación de Tigré (TPLF) se comprometieron, asimismo, al "restablecimiento de los servicios, el acceso sin trabas a los suministros humanitarios", así como a la "protección de los civiles, especialmente mujeres y niños", en Tigray.

"Hoy es el comienzo de un nuevo amanecer para Etiopía", subrayó Obasanjo. Además, el exmandatario nigeriano indicó que la UA asumirá "el monitoreo, la supervisión y la verificación de la implementación" del acuerdo.

"Este no es el final del proceso de paz, es su comienzo", advirtió Obasanjo, flanqueado por los otros dos miembros del equipo de mediación de la UA: la exvicepresidenta de Sudáfrica Phumzile Mlambo-Ngcuka y el expresidente keniano Uhuru Kenyatta.

Tras las declaraciones del alto representante, el viceministro etíope de Asuntos exteriores, Redwan Hussien, asesor de Seguridad Nacional del primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed; y el representante del TPLF, Getachew Reda, firmaron el acuerdo de paz.

Redwan y Getachew saludaron la firma con un apretón de manos al que siguió un aplauso en la sala. "El nivel de destrucción es masivo. Agradecemos a nuestros hermanos del otro lado por dejar atrás este período. El pueblo de Etiopía exige paz y armonía, desea desarrollo", afirmó el viceministro etíope.

"Ahora hemos firmado un acuerdo. Dejaremos atrás el pasado. Lograr la paz ha resultado difícil. Cientos de miles han muerto", apuntó, por su parte, Getachew, quien manifestó su esperanza de que "ambas partes respeten este acuerdo". En una entrevista con medios estatales chinos publicada este lunes, Abiy Ahmed expresó su esperanza de lograr la paz, sin hacer ninguna referencia directa a las conversaciones en Pretoria.

"Estamos trabajando por la paz, estamos tratando de convencer al TPLF de que respete la ley del país, respete la Constitución y actúe como un estado en Etiopía", dijo Abiy a la televisión china CGTN. El Ejecutivo etíope y el TPLF, que gobernaba la región antes de estallar la guerra, aceptaron a principios de octubre una invitación de la UA para un diálogo de paz previsto en Sudáfrica para el día 8 de ese mes, que se pospuso por motivos logísticos.

Hasta entonces, los rebeldes habían sido reacios a un proceso auspiciado por la UA por su desconfianza hacia Obasanjo, a quien consideraban próximo a Abiy, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2019. Pese a la disposición de los dos bandos a negociar, la situación sobre el terreno se ha visto marcada en las últimas semanas por un recrudecimiento del conflicto, en el que Etiopía, apoyada por tropas de Eritrea, ha tomado el control de varias ciudades de Tigray. El Gobierno de Etiopía había responsabilizado a los rebeldes de la intensificación de la contienda desde el pasado 24 de agosto. Ese día, ambos bandos se culparon mutuamente de reanudar las hostilidades y romper la "tregua humanitaria indefinida" vigente desde marzo pasado.

Desde el fin de la tregua, la ONU, la UA, la Unión Europea y Estados Unidos han alertado sobre el aumento de los combates en la región, que ha resultado en la muerte de civiles y de trabajadores humanitarios, y han exigido el cese inmediato de las hostilidades. La guerra empezó el 4 de noviembre de 2020, cuando Abiy ordenó una ofensiva contra el TPLF en respuesta a un ataque a una base militar federal y tras una escalada de tensiones políticas. Miles de personas han muerto y unos dos millones se han visto desplazadas debido al conflicto.

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