El diplomático español pasó por los micrófonos del programa ‘De cara al mundo’ de Onda Madrid y señaló que “el plan de autonomía marroquí no está en absoluto reñido con las resoluciones de la ONU”

Gustavo de Arístegui: “El Frente Polisario no es el único representante de los saharauis”

photo_camera Gustavo de Arístegui

En la última entrega de “De Cara al Mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de Gustavo de Arístegui, diplomático y analista internacional, que habló sobre la nueva posición que ha tomado Argelia con España tras la aprobación del Gobierno español del plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara. 

¿Por qué Argelia reacciona ahora de manera tan agresiva?

Conviene hacer un poco de historia de cómo se ha gestado el cambio de actitud de España, que es más supuesto que real, en privado todos los Gobiernos de España decían lo mismo que se ha dicho en público con la ya tan famosa carta pesimamente redactada y torpemente hecha pública. Todo esto se gestó de manera secreta, no confidencial, no discreta; estas cosas deben hacerse con la discreción necesaria, pero había cinco contactos esenciales que el Gobierno de España debió mantener. El primero, la propia Argelia y con el Frente Polisario; tenía que haberles informado antes que a la opinión pública, de la misma manera que cuando trajeron a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, a España para curarse de la COVID-19 se debió avisar a las autoridades marroquíes y con eso se hubiera evitado la crisis con Marruecos, también se habría podido mitigar la ira de los argelinos de haber iniciado un largo proceso diplomático, que no hubiese evitado una reacción airada, pero que hubiese sido más corta en el tiempo. De la misma manera, deberían haber contactado con la oposición del país, el otro partido que llegadas las circunstancias puede gobernar el país, para explicarle las razones profundas que no se pueden decir en público, muchas veces la política exterior está conformada por cuestiones de la geopolítica y es un arcano para la opinión pública, además la conformación de los acuerdos internacionales requiere de esa discreción. El cuarto contacto, debió ser con sus propios socios parlamentarios que lo están bloqueando constantemente y, por último, también se tuvo que informar a sus socios de Gobierno, que se sientan en la mesa de los consejos de ministros y que también han sido frontalmente contrarios en cualquier tipo de evolución en la postura de España. 

¿Nos podríamos haber coordinado con el resto de las potencias?

Aquí hay que dar un salto cualitativo nuevo, de haber hecho esto de manera gradual se hubiese podido avanzar en la coordinación con países que han seguido esta misma línea, como EE. UU. o Francia, y de aquellos que estaban a punto de hacerlo, Países Bajos o Alemania, y no se hizo nada de esto. Lo que pudo haber sido una magnífica oportunidad, un salto cualitativo en la política exterior de España sin pisarle los pies a nadie, ni a Argelia ni al Polisario, no se hizo y todo lo que pudo hacerse mal se hizo peor. Por otro lado, un cambio de opinión pública tan radical obviamente no hubiese alegrado a los argelinos o al Polisario, pero de hacerse las cosas bien la reacción habría sido mucho más ponderada y no habría tenido estos efectos tan graves. Hay que recordar que España en los peores momentos del terrorismo en Argelia, con el esfuerzo de los argelinos en la lucha contra la lacra que supone el terrorismo yihadista, ayudó de manera muy intensa a los argelinos en la lucha contra el terrorismo. España formó a artificieros que redujeron dramáticamente el número de bajas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y de los militares argelinos en su lucha contra el terrorismo en aquellos años dramáticos que se vivieron en Argelia y que sufrió todo el pueblo. En consecuencia, francamente la torpeza del Gobierno, su falta de previsión, de mano izquierda y de diplomacia están en la base de esta reacción tan airada de Argelia. De igual forma, aclaremos que tampoco se ha avanzado tanto en la normalización de las relaciones con Marruecos, si vamos a tener que pagar este precio tan alto, como es la ruptura con Argelia, y hemos avanzado tan poco en la normalización de las relaciones con Marruecos pues para ese viaje no hacían falta estas alforjas. 

Gustavo de Arístegui

Sin duda hay que poner en valor una decisión que es correcta, pero que hay que explicarla bien, ¿usted hubiese cogido un avión para explicarle a las autoridades argelinas lo que está ocurriendo? Los argelinos en noviembre nos cerraron la mitad del gas que nos suministraban porque no renovaron el contrato y cerraron el gasoducto con Marruecos y nosotros no tuvimos esta reacción tan airada. 

Nuevamente aquí hay dos partes, la primera es que es una decisión correcta y ahí estamos de acuerdo, además, en geopolítica la moralidad y la ética de las decisiones que son verdaderamente importantes están presididas por la defensa de los intereses, es decir, la decisión está en línea con los intereses de estabilidad y la paz en la región según lo ven las grandes geopolíticas del planeta, no es una cuestión menor. Tampoco es una cuestión menor que la mayoría de los miembros del G-7 estén en esta línea, EE. UU., Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, hablamos de una decisión que los grandes actores internacionales comparten porque entienden que estamos ante una necesidad de promover la paz, la seguridad y la estabilidad. Estamos hablando de una región extraordinariamente volátil, el Sahel tiene una salida natural que es el Sáhara, en frente está Canarias y a pocos días de navegación Estados Unidos y América Latina no se puede dejar caer en la inestabilidad. Por último, una cuestión evidente, los analistas que muchas veces se refieren al Frente Polisario como si del pueblo saharaui se tratase, entendamos que el Polisario no es el único representante del pueblo saharaui, no todos los saharauis son pro-polisarios, es más bien una minoría, la mayoría es o puramente neutra o favorable a Marruecos. La mayoría de los saharauis viven en Europa o en Marruecos, por tanto, hay que ser cuidadoso con las palabras que se emplean. 

En referencia a si hubiese cogido un avión, ¿qué habría hecho?

Si la segunda cuestión que planteábamos si hubiese cogido un avión, pues hubiese tenido que hablar con todo el mundo y movilizar a mucha gente de mucho nivel del Gobierno o de los partidos del Gobierno, obviamente uno de ellos no lo hubiera hecho, el otro sí que debería haberlo hecho. Cuantas veces se nos ha dicho que el PSOE tenía una excelente relación con los partidos de Gobierno de Argelia y Marruecos, pues era el momento de demostrarlo y no solo que el Gobierno se moviese, sino que para eso también somos una democracia con poder legislativo y poder ejecutivo y los unos y los otros hubiesen hecho lo que tenían que hacer. Es evidente que el ministro no se enteró de lo que estaba pasando en Marruecos y tampoco de lo que sucedía en Argelia y es lamentable porque francamente creo que la medida era la adecuada y había que haber tenido una diplomacia mucho más activa y mucho más intensa, no solo el ministro de Exteriores, sino por parte del propio presidente del Gobierno. 

Gustavo de Arístegui

Hemos tenido la oportunidad de hablar con muchos saharauis y siguen manteniendo ese deseo de reagrupación familiar, reencontrarse con los familiares que están malviviendo en Tinduf, y con el compromiso de que Marruecos pueda ofrecerle el acceso a una vivienda digna, sanidad, etc., y se consiga normalizar una situación que además de los intereses geopolíticos que usted ha expuesto tiene un lado humano fundamental. 

Las explicaciones, en alguno de los argumentos dados, eran de cajón de madera de pino, decir simplemente que un conflicto estancado desde hace casi 50 años necesita una solución, las personas que malviven en Tinduf necesitan una salida digna, porque muchos de ellos quieren ir a Marruecos o a cualquier otro país del mundo para empezar una vida diferente a la de refugiados malviviendo en Tinduf. Obviamente, no tenemos todos los elementos de información porque tampoco se han dado, en mi opinión, las explicaciones que deberían haber sido más profundas. Cuando uno toma una decisión de este calado, previamente ha tomado las medidas necesarias para tratar de paliar la reacción previsible de la otra parte. En todo caso, la diplomacia me atrevería a decir que es un arte en el que los Estados tratan de arreglar los diferendos de la manera más eficaz y que cueste menos plumas a las partes. En diplomacia no se puede aspirar a ganar 10-0, quien se siente en una negociación pensando que el resultado será 10-0 o 9-1 se está equivocando de raíz, siempre hay que ceder para llegar a un consenso. Repito que tanto en política como en diplomacia el consenso no es un objetivo, sino un medio, por tanto, si el objetivo del Gobierno de España era tomar esta decisión, correcta y necesaria, en la línea de las grandes potencias del mundo sí era necesario adoptarlas con el consenso en casa en materia política y con los acuerdos necesarios con las otras partes implicadas. 

El plan de autonomía marroquí es una solución creíble y duradera...

El plan de autonomía marroquí con respecto al Sáhara no está en absoluto reñido con las resoluciones de Naciones Unidas, está presentado en la ONU y desde hace años Naciones Unidos toma nota sobre el plan de autonomía marroquí y está puesto encima de la mesa para que sea discutido por todas las partes concernidas. No se ha llegado todavía a un acuerdo sobre la misma porque no se ha discutido en profundidad y, en consecuencia, lo que no pueden hacer las partes no concernidas es rechazar un plan de autonomía como contrario a las resoluciones Naciones Unidas cuando la ONU lo acepta como una posible negociación dentro de su marco, y las partes concernidas no han llegado a un acuerdo o desacuerdo completo sobre el plan, por tanto, no nos podemos adelantar a las resoluciones por muy concernidos que nos entendamos en este conflicto que dura casi cincuenta años. El conflicto tiene una carga jurídica internacional, emocional, en España la cuestión del Sáhara es una cuestión de política interior y así debe ser, y es un poco el caso de otros conflictos internacionales, este, sobre todo, que no llega nunca a las portadas de los grandes periódicos a menos que se comentan errores. En todo caso, quisiera reiterar, soy de los pocos que le dio el beneficio de la duda al Gobierno al principio de esta crisis, cuando todos los que conocemos esta región del mundo sabemos que era una decisión necesaria y casi imposible de evitar porque no hay otra posible, es la única que puede desbloquear esta situación y sacar adelante la vida de los que malviven en Tinduf. Es importante que todas estas medias: los contactos dentro del Gobierno; contactos con los socios parlamentarios, que eran necesarios en las ultimas instancias del cambio de postura pública por parte del Gobierno; los contactos con la oposición; con el Frente Polisario; y, por último, con Argelia; era algo evidente que no se hizo, y, lo que es más importante, que se dijo que se hizo cuando no se hizo, algo que irritó más si cabe a nuestros vecinos argelinos. Argelia no es cualquier país, es esencial no solamente para el Magreb y África, es esencial para el mundo energético, en el mundo de la seguridad, culturalmente, en la lucha contra el terrorismo y el tráfico de seres humanos, y es un país fundamental en el ámbito y el contexto regional del Magreb y de Oriente Medio. Estamos hablando de un país que contribuye de manera fundamental en la seguridad del Mediterráneo, no es solo el gas, Argelia es mucho más. Argelia es una potencia cultural en el mundo magrebí, la música argelina se escucha en todo el mundo árabe y tiene enormes aficionados incluso en Marruecos. No se puede olvidar la contribución que Argelia ha hecho a la paz y a la seguridad del Mediterráneo y en el Magreb y por eso tenemos que insistir en que Argelia no es solo gas. 

Gustavo de Arístegui

Más allá del Sáhara... ¿la relación con Rusia y con Putin por parte de Argelia, más ahora tras la invasión de Ucrania, tiene que ver con lo que está haciendo ahora el Gobierno argelino?

Cada país elige a sus aliados y hay que entenderlo, a veces se eligen bien y otras no. Las declaraciones de Maduro en Argel no ayudan nada al país, ni a la imagen del país, ni a la resolución de conflictos, ni a la credibilidad de Argelia. Maduro es un paria internacional, el hecho de que le hayan levantado las sanciones para que pueda vender un poco de petróleo y así conseguir tratar de bajar los precios del crudo en el mercado internacional es solamente una cuestión coyuntural, no cambia la naturaleza del régimen. Tampoco cambia la naturaleza de la agresión de Putin en Ucrania y el riesgo que supone para la paz mundial, desde 1962 con la crisis de los misiles en Cuba no habíamos estado tan cerca de un conflicto nuclear si las cosas escalan. Por tanto, los mensajes de amistad que en su política exterior hace Argelia son sumamente preocupantes para países como Estados Unidos o los miembros de la OTAN e incluso los países de Oriente demócratas. En opinión de todos los analistas sensatos del planeta deben ser rectificados este tipo de mensajes, mientras más se mande el mensaje de que se privilegia a Rusia sobre Estados Unidos o a China sobre la OTAN o Europa, más preocupantes serán los mensajes para la comunidad internacional. 

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