El internacional marroquí vive en Palma su mejor etapa como jugador profesional de fútbol sala

Hamza, jugador de Palma Futsal: “No dudé en jugar con Marruecos por lo bien que se están haciendo las cosas allí”

photo_camera Moroccan player Hamza Maimon Amessaud

Hamza Maimón Amessaud (Ceuta, 1991) se ha convertido en un referente del fútbol sala marroquí. Desde que dio sus primeras patadas al balón en Ceuta hasta su fichaje por Palma Futsal ha desarrollado su carrera en la mejor liga de fútbol sala del mundo. Eso le ha ayudado a ser campeón de África con una selección que estará también en el Mundial de Lituania de 2021. Ahora es un jugador importante de uno de los mejores equipos de la Liga Nacional de Fútbol Sala. Palma crece en las pistas y en las gradas. Su inmersión en la sociedad balear le ha convertido en una potencia deportiva de la isla.  

Dicen que Farhana proviene del árabe y se puede traducir como “felices”. Así es el pueblo de unos abuelos que le han dado la oportunidad de crecer profesionalmente y ser la imagen para muchos chavales de Ceuta y de Marruecos que se quieren dedicar al deporte profesional. Hamza atiende a Atalayar desde Palma donde prepara la incierta nueva temporada con su equipo mientras espera otra inminente llamada de su selección. 

¿Cómo empiezas a jugar al fútbol sala?

Empiezo con 5 o 6 años en Ceuta en un club que pertenecía a una peña del Barcelona. Allí hasta la edad de Cadete puedes alternar el fútbol con el fútbol sala. En juvenil ya tienes que elegir uno de los dos deportes. Siempre se me ha dado bien el fútbol sala, pero me gustaba mucho el fútbol incluso pensé en dedicarle más tiempo, pero a esas edades necesitas tener mucha estatura y envergadura. En el fútbol pasaba mucho tiempo corriendo sin tocar el balón y a mi me gustaba tenerlo en el pie el máximo tiempo posible. Al final, en Juvenil decidí jugar el fútbol sala y estoy muy contento por esa decisión. Nunca me esperaba que pudiera llegar donde estoy.

Hasta que te consolidas como jugador de Primera División en la LNFS, ¿qué etapa ha sido la más dura?

La etapa más complicada fue desde segundo año de Infantil hasta primer año de Cadete porque estaba jugando en un club en el que pensaba que se me daba bastante bien el fútbol sala, pero no tenía posibilidad de demostrarlo porque no me daban los minutos que necesitaba. Dudé si valía para este deporte porque el entrenador confiaba más en otros jugadores… esa etapa fue complicada, pero en el segundo año de Cadete decidí irme a otro club y ahí me sentí importante y lo hice muy bien. Recuperé esa ilusión que se tiene de niño por jugar. 

¿Cuándo te das cuenta de que puedes ganarte la vida jugando al fútbol sala?

Fue en mi primer año Juvenil en Ceuta en el San Agustín. Alternaba con el equipo de Tercera División, empezaba a jugar mucho. Es verdad que a esa edad otros chicos disfrutaban de los fines de semana con sus amigos. Yo lo dedicaba a viajar porque competía con el Juvenil y viajaba con el Tercera los dos días del fin de semana porque competíamos en Andalucía. Ahí es cuando notaba que se me daba bien. Al año siguiente pasó lo mismo, incluso el Tercera ascendió a Segunda B y yo seguía teniendo minutos. Ese año el Melilla, que jugaba también en Segunda B, asciende a Segunda y me quieren fichar para hacerme un contrato profesional. Yo había jugado un par de veces contra ellos haciendo buenos partidos. Ahí es cuando digo que puedo dedicarme mínimamente a esto, aunque no llegué a pensar que a tanto nivel. Yo me marchaba de casa porque tenía acabado el Bachiller y ellos me daban la posibilidad de irme a otra ciudad de las mismas características y en la que yo tenía familia. Quería estudiar y ellos me facilitaban los estudios, para mi eso era lo más importante. 

Hamza

¿Cuándo tuviste más presión, cuando llegaste al fútbol sala profesional a Melilla o cuando te ficha Palma Futsal?

En Santiago fui siendo un niño y para aprender. Era un equipo de Primera, pero yo estaba cedido en Melilla que era un equipo de Segunda. La exigencia para rendir es como si fueses de una categoría más. Esa pequeña presión siendo muy joven sí que la tuve al principio. Desde que estoy en Palma he ido de menos a más y esa responsabilidad se tiene, pero es buena porque es un equipo exigente que quiere pelear por cosas bonitas.  

De España a Marruecos

El ceutí tenía la posibilidad de ser convocado con Marruecos. Sus abuelos son de Farhana (Nador), un pueblo del noreste de Marruecos. Recorrió todas las categorías inferiores de la selección española hasta que se dio cuenta de lo difícil que era llegar a la absoluta. Cambió su planteamiento inicial y aceptó el reto de su otra patria ante la insistencia de la Federación de Marruecos y el seleccionador por contar con un jugador de su perfil físico y defensivo, algo que no tienen.

Juegas en las categorías inferiores de España, pero acabas debutando con la selección absoluta de Marruecos, ¿por qué?

Yo tengo la suerte de poder jugar también con Marruecos por ascendencia familiar. He ido a todas las categorías inferiores de España hasta la sub-21. Yo siempre tuve la ilusión de jugar una competición internacional. Durante mi carrera he intentado estar a un buen nivel para llegar a la selección absoluta de España, me hubiera gustado ir. Pero es una selección muy buena, hay mucha calidad y el seleccionador opta por una serie de jugadores que cree que son los ideales para competir. Va pasando el tiempo, vi que no tenía ese premio y que van pasando los años. La oportunidad no llegó y yo siempre había estado en contacto con la Federación de Marruecos para la posibilidad de ir convocado, pero fui sincero y siempre dije que me gustaría jugar con España. Fueron amables y predispuestos conmigo en todo momento y hace poco se pusieron de nuevo en contacto para valorar la posibilidad de jugar con Marruecos. No lo dudé por el crecimiento que ha habido en la selección, por lo bien que se están haciendo las cosas, por la posibilidad de jugar competiciones internaciones y cumplir mi sueño. 

Futsal en Marruecos

Marruecos es el gran dominador del futsal africano después de ganar los dos últimos títulos en juego. Una selección con jugadores muy habilidosos basada en una liga que empieza a estar mejor organizada y que incorpora mucho talento de jugadores de Francia y España. Los Leones del Atlas han encontrado en el talento oriundo la calidad y los matices tácticos europeos necesarios para las grandes competiciones.

¿Hay cultura de fútbol sala en Marruecos?

Mucha. Yo siempre he veraneado por Marruecos por temas familiares y hay mucho fútbol sala, fútbol también. En cualquier cafetería es el debate principal. Les encanta el fútbol. Yo soy de Ceuta y siempre he salido a Marruecos a jugar torneos y tienen cultura de fútbol sala y mucha calidad individual. La falta de trabajo en la base hace que falte algo, pero desde que yo he llegado me ha sorprendido el nivel del seleccionador, del cuerpo técnico, las ganas de hacer crecer a la base, involucrarse con los chicos para que aprendan y mejoren. Se tiene mucha calidad, es innato. Es una selección que tiene potencial para que, en los próximos años, la generación que tenemos ahora pueda sorprender si siguen trabajando bien. 

Hamza

Marruecos es campeona de África y se ha clasificado para el Mundial de Lituania de 2021, ¿qué os hace ser una selección tan fuerte?

A nivel africano lo hemos demostrado en las dos últimas Copas de África en las que hemos quedado campeones. Se ve el potencial y Marruecos esta poniendo las miras mucho más altas. Están haciendo las cosas poco a poco, no se quieren volver locos y están trabajando muy bien. El resto de los países nos ven de otra forma. Ya hay amistosos con selecciones importantes para preparar el Mundial y seguir creciendo. Lo que más me sorprende es el nivel competitivo, pelean todos los balones. Quizá sean las circunstancias de ese país las que hacen que se viva de otra forma el fútbol sala dentro de la pista. Ahora se están puliendo otros aspectos. Creo que el público no le esta dando importancia, pero la generación que tenemos ahora puede dar mucho en los próximos cuatro o seis años. Sobre todo, en el Mundial. 

¿Estás habitualmente en contacto con tu selección?

Sí, y es sorprendente porque he estado hablando con otros compañeros de otras selecciones y no tienen ese contacto tan habitual. Durante el confinamiento hemos hecho videollamadas, el seleccionador intenta mantener el contacto conmigo para saber cómo estoy y cómo seguir mejorando. Es una selección en la que solo tenemos contacto cuando nos concentramos, pero el seleccionador mantiene el bloque y lo amplia a futuros jugadores con videollamadas con psicólogos deportivos, para mantenerse en forma porque allí la liga no es tan profesional. Consejos para los jugadores de allí, posibilidades de acudir al centro deportivo que han creado que es brutal y se mantengan en forma, pidan material… es algo que me ha sorprendido y esos alicientes harán que haya resultados a corto plazo. 

¿Los jugadores formados en Marruecos tiene potencial para llegar a las ligas europeas o a la española?

Hay muchísimos jugadores que ya están en Europa, en Francia, Italia… los que son de Marruecos que viven y juegan allí tienen calidad suficiente para jugar sobre todo en la Liga española que es la mejor del mundo. Cuando he estado allí y he jugado con ellos me he dado cuenta de su calidad. 

¿Qué objetivos personales tienes para la próxima temporada?

Palma es un equipo exigente que cada año pide un poquito más. Ya no solo a nivel social que tiene una gran repercusión, también a nivel deportivo porque al final es lo que hace al equipo crecer. Seguimos manteniendo el bloque. Hay que tener la responsabilidad individual y colectiva de intentar meternos en alguna final y poder ganar un título. Palma piensa como un equipo grande. A nivel individual quiero seguir manteniendo ese hueco que tuve el año pasado, hacerlo mejor y ganar un título y poder estar en el Mundial con un papel importante.

Hamza

¿Qué futuro tiene tu hermano Anuar en el fútbol sala?

Acabará en Primera División. Es su sueño. Ahora esta con Unión África Ceutí y fue uno de los jugadores que ascendió al equipo a Segunda. Me gustaría enfrentarme a él en Primera. He tenido la oportunidad cuando estaba en Zaragoza, pero no jugaba demasiado. 

¿Qué consejos le darías a todos los jóvenes de Ceuta y de Marruecos que quieren jugar al fútbol sala?

Que tengan paciencia, que sigan luchando por lo que más les gusta, que sean disciplinados y constantes, que sean respetuosos con los entrenadores que van teniendo en las categorías. También, que no dejen de estudiar porque es algo importante, aunque la gente no lo crea. Es verdad que en esa zona es más complicado tener esa visibilidad y capacidad de salir porque por el número de fichas no se tiene la repercusión que tienen en otras comunidades, pero se esta trabajando en mejorar. Ceuta lo está haciendo muy bien y ya tiene jugadores en Primera y Segunda. Con calidad innata y el trabajo diario, ojalá algún jugador pueda superar lo que he hecho yo y la ciudad de Ceuta esté muy arriba.

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