Irán hará una gira por Azerbaiyán, Rusia, Armenia y Turquía para ayudar en la resolución del conflicto caucásico

Irán refuerza sus fronteras y busca una solución para Nagorno-Karabaj

REUTERS - El presidente de Irán, Hasan Rohaní (3ª L), y el ministro de Defensa iraní, Hossein Dehghan (2ª L), están de pie frente al nuevo sistema de misiles de defensa aérea Bavar 373, en Teherán, Irán, el 21 de agosto de 2019

Irán ha comenzado este miércoles una serie de consultas para mediar en el conflicto de Nagorno-Karabaj entre Armenia y Azerbaiyán. Al mismo tiempo, ha ido reforzando su frontera debido a la caída de proyectiles en territorio iraní.

El viceministro iraní de Exteriores, Abas Araqchí, está hoy en Bakú para explicar la iniciativa de la República Islámica de Irán para resolver el conflicto de Nagorno-Karabaj y tiene previsto viajar a continuación a Moscú, Ereván y Ankara.

Según Araqchí, su viaje tiene como objetivo dialogar con "los países de la región que son influyentes para solucionar el reciente conflicto entre Azerbaiyán y Armenia".

"Este plan puede conducir a una paz duradera y poner fin a los conflictos existentes entre los dos países y, por supuesto, a la ocupación de los territorios de Azerbaiyán", dijo el viceministro, citado por la agencia oficial IRNA.

Otros puntos importantes de la iniciativa iraní son respetar "los derechos de las minorías y el derecho humanitario", así como la integridad territorial de Azerbaiyán y la inviolabilidad de las fronteras.

Sobre este último punto, Araqchí subrayó ayer durante una visita a la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental, limítrofe con la zona en conflicto, que "la seguridad de los habitantes de las áreas fronterizas es muy importante" para Irán.

La guerra en el enclave separatista de Nagorno-Karabaj ha cumplido un mes sin visos de una solución tras los fracasos de tres intentos de alto el fuego y sin que Azerbaiyán y Armenia hayan iniciado aún negociaciones para tratar de buscar un arreglo al conflicto.

A juzgar por las declaraciones de Bakú, el balance militar es favorable a Azerbaiyán, que habría recuperado más de un centenar de localidades, incluidas tres ciudades importantes en el sur de Nagorno Karabaj ocupadas por Armenia desde 1994, así como el control sobre su frontera con Irán.

Irán refuerza su frontera para evitarla caída de cohetes extraviados

La situación en la frontera es un tema que preocupa a Irán, ya que en este mes han impactado en su territorio numerosos proyectiles, aunque sin causar daños relevantes.

Por ello, Irán ha aumentado la presencia de unidades de Defensa Aérea en las zonas fronterizas del noroeste del país y, según advirtió ayer el comandante del Ejército, Abdolrahim Musaví, podría desplegar más fuerzas si es necesario.

"Respetar la integridad territorial de los países y proteger las fronteras internacionales son nuestros objetivos y no toleraremos ningún cambio en ellas", agregó Musaví.

También la Fuerza Terrestre de la Guardia Revolucionaria ha desplegado una brigada mecanizada en los condados fronterizos de Joda Afarin y Jolfa.

Desde el inicio de la guerra hace un mes, las autoridades iraníes han llamado a poner fin al conflicto y se han ofrecido a mediar entre las partes beligerantes, a las que han urgido asimismo a no dañar el territorio persa. 

Ejército Armenia

Los pasos del conflicto de Nagorno-Karabaj y la vuelta a las armas en 2020

Este territorio se encuentra dentro de Azerbaiyán y es un pequeño enclave de población armenia que quiere independizarse y formar parte del país vecino (Armenia). Con 140.000 habitantes de los cuales el 90% hablan armenio en 1991 se autoproclamaron como Estado independiente creando la República de Artsaj.

Para entender cómo comenzó todo este conflicto territorial hay que volver a 1918, cuando Iósif Stalin, con la creación de la URSS, ocupó la región caucásica y dividió el territorio en tres repúblicas socialistas: Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Como en muchos otros casos de la historia de la colonización, no se tuvo en cuenta las etnias y religiones que convivían en la zona. Así es como Nagorno-Karabaj se quedó dentro de Azerbaiyán a pesar de ser más afín a Armenia. Durante muchos años esta incómoda situación se mantuvo así sin querer llevar la contra a la cúpula soviética.

Pero cuando el imperio soviético empezó a flaquear, los habitantes de Nagorno-Karabaj comenzaron a manifestarse y Armenia, en un intento de ampliar su territorio, entró en una guerra con Azerbaiyán que duraría ocho años (1987-1994). Esta guerra se llevó por delante más de 30.000 vidas humanas y alrededor de un millón de desplazados.

A pesar de que la URSS intentó evitar esta anexión armenia, sus prioridades empezaban a concentrarse en sobrevivir. Así es como el régimen soviético se fue desinflando sin poder ejercer ningún tipo de influencia. En 1991 la región de Nagorno-Karabaj se autoproclama independiente creando la República de Artsaj. Este nuevo Estado comparte administración y bancos con el país armenio que, además, durante la guerra ganó terreno azerí rodeando la zona este del país recién autoproclamado.

La guerra acabó en el con los azerbaiyanos como grandes perdedores ya que, de repente, se encontraron con un 20% de su país invadido por Armenia y una república independiente proclamada sin su consentimiento. Alrededor de unos 800.000 azeríes tuvieron que abandonar la zona ocupada tras la guerra. 

Este Estado no ha sido reconocido por ningún país de las Naciones Unidas, pero las actividades diplomáticas para reconocer la región han hecho (y siguen haciendo) grandes esfuerzos para conseguir sus objetivos. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha proclamado en distintas ocasiones que “sus mayores enemigos son los armenios” y no ha dado ningún signo de querer resolver este conflicto del que se sienten víctimas históricas.

En la ciudad de Madrid, en 2009, se hizo un intento de avivar la resolución del conflicto en el que se propusieron tres líneas para relajar las tensiones: primero, los habitantes de Artsaj podrían decidir si ser de Armenia o de Azerbaiyán. El segundo punto instaba al Ejército armenio a retirarse de la región ocupada al sureste de Nagorno-Karabaj. Y, por último, Azerbaiyán garantizaría un corredor humanitario para todos los que quieran salir de Artsaj hacia Armenia.

Estas conversaciones quedaron en saco roto ya que ninguno de los dos países estaba dispuesto a renunciar al territorio de Nagorno-Karabaj. Las tensiones se han ido acumulando hasta ahora, que han vuelto a reanudar el enfrentamiento militar dejando decenas de heridos, según informan fuentes de los Ministerios de Densa de ambos bandos.

Durante febrero de 2020 los líderes de ambos países se dejaron ver por primera vez en público durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Tanto Nikol Pashinián, primer ministro armenio como, Ilham Aliyev, estuvieron discutiendo en una conferencia sobre las razones históricas que justificaban la pertenencia a uno ú otro del territorio en discordia. La charla no dejó entrever ningún tipo de acuerdo, pero la idea de que debatiesen en público abría la puerta a la esperanza de un futuro en paz.

Nada más lejos de la realidad, siete meses después ambos países han retomado las armas y, ahora mismo, no parece que tengan intención de parar. Azerbaiyán quiere recuperar su territorio perdido y, de paso, controlar la república de Artsaj sobre la que no tiene ninguna competencia desde su autoproclamación.

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