La OIEA avisa del peligro que supone y se ofrece a reunirse con el nuevo Gobierno iraní

Irán sigue almacenando uranio altamente enriquecido

photo_camera PHOTO / REUTERS - Técnicos de la Organización de Energía Atómica de Irán en una sala de control en la Instalación de Conversión de Uranio en Isfahan, Irán

Desde la salida unilateral de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) en 2019 bajo la presidencia de Donald Trump, la postura de Irán ha sido inflexible. El enriquecimiento de uranio, lejos de cesar, ha aumentado de forma exponencial, sobrepasando todo límite establecido en un acuerdo que desde hace meses se intenta recuperar sin éxito. Desde la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) se avisa de lo peligroso que puede llegar a ser el enriquecimiento que se está llevando a cabo en el país iraní y de su creciente incapacidad para controlar el programa nuclear de Irán.

La mayor preocupación en Naciones Unidas es la cada vez más realista opción de utilizar el uranio almacenado para la producción de armas nucleares. No obstante, es una opción que, al menos por el momento, está descartada ya que el uranio que posee Irán actualmente está enriquecido al 60% – no hay que olvidar que el JCPOA limitaba el enriquecimiento al 3,67% – y para el desarrollo de armas nucleares se requiere una cifra cercana al 90%. En Irán se estima que hay ahora mismo 10 kilos de uranio al 60%, lo que sería una cantidad cuatro veces mayor a la que tenían en el pasado mes de mayo, según el informe emitido en la mañana de hoy por el OIEA en Viena y difundido por la agencia EFE.

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No hay que olvidar que, además de esos 10 kilos, los iraníes tienen almacenados alrededor de 2.300 kilos de uranio enriquecido a niveles más bajos, una cifra que supera ampliamente los 300 permitidos en el acuerdo que desde la salida de los estadounidenses hace dos años parece no tener valor alguno. Desde la OIEA advierten que “la confianza del Organismo de que puede mantener un conocimiento continuado (de las actividades nucleares de Irán) se está deteriorando con el tiempo y ahora ha empeorado aún más”. Añadían que “esa confianza se seguirá perdiendo a no ser que la situación sea rectificada inmediatamente por Irán”.

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Toda esta información que está saliendo a la luz puede complicar más aún las negociaciones para la vuelta al JCPOA, que continúan bloqueadas desde junio de este año. La victoria en las últimas elecciones del ultraconservador, Ebrahim Raisí, no ha provocado ningún cambio en este aspecto, por ahora. Desde Estados Unidos piden a Irán la vuelta al pacto, mientras en Teherán se niegan a hacerlo hasta que se levanten las sanciones que le fueron impuestas.

La dificultad fundamental que se presentó a principios de 2021 y que ahora provoca una mayor preocupación en el seno de la ONU es la suspensión de la aplicación del protocolo adicional del Tratado de No Proliferación Nuclear. Gracias a ese protocolo, los inspectores internacionales tenían la capacidad de realizar controles sin previo aviso en las instalaciones nucleares de cualquier país. Y es que incluso, a pesar de que la OIEA cuenta con cámaras y equipos de vigilancia en las instalaciones iraníes, la incapacidad para acceder a ellos hace muy probable la pérdida de información.

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Rafael Grossi, director general de la OIEA, es quien ha elaborado el informe, y advierte de que la situación actual hace aún más complicada la capacidad de su organización de retomar las labores de vigilancia en el futuro. En principio, existe un acuerdo firmado hace tres meses – estaba ideado para durar sólo un mes – y que se mantiene aún en vigor, por el que Irán permitía un acceso a los inspectores de la OIEA a los equipos de vigilancia. No obstante, este acceso es muy limitado y apenas deja margen, teniendo así una eficacia prácticamente nula.

El riesgo de perder toda la información almacenada en los equipos es cada vez mayor. Ya hay varios diplomáticos de alto nivel que advierten de la imposibilidad de mantener por mucho más tiempo la situación tal y como está, ya que, de lo contrario, será imposible recuperar unos datos que son de vital importancia. La opción con más enteros podría ser la de retomar las conversaciones sobre el JCPOA, aunque la llegada del presidente Raisí podría hacer encallar definitivamente las negociaciones cuya reanudación estaba prevista para este mes de septiembre.
 

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