Irak anuncia la detención de un importante cabecilla yihadista
El primer ministro iraquí, Mostafá al Kazemi, ha anunciado el arresto de uno de los líderes del Daesh, considerado como el cabecilla de un atentado perpetrado en julio del 2016 en el barrio de Karrada de Bagdad. El atentado fue uno de los más dramáticos del país, causando la muerte de 320 personas.
La detención ha sido confirmada por el propio al Kazemi a través de su cuenta de Twitter tras afirmar que el terrorista Ghazuan al Zaubai ha sido arrestado “por nuestras valientes fuerzas en una operación de inteligencia fuera del país. Es el principal culpable de esta tragedia y de muchas otras”, ha subrayado.
A su vez, al Kazemi ha manifestado el “deber nacional” que supone detener a los que son partícipes del “derramamiento de la sangre del pueblo”. Además, ha anunciado la preparación de un memorial para las víctimas del atentado y sus familias como “parte de nuestro acuerdo de todas las víctimas iraquíes”.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Defensa iraquí, Yahya Rasul, ha enfatizado en que el terrorista es “uno de los más buscados por la Justicia de Irak” por haber realizado múltiples “operaciones criminales contra el pueblo iraquí”.
Esta noticia llega tan sólo una semana después de que al Kazemi confirmara la detención de Sami Jasim Muhamad al Yaburi, un hombre que habría estado en estrecho contacto con el antiguo líder del Daesh, Abú Bakr al Baghdadi, y que, además, habría estado organizando las finanzas del grupo terrorista.
Desde el Departamento del Tesoro de Estados Unidos aprobaron imponer sanciones en 2015 contra Al Yaburi por haber dado “apoyo financiero” al grupo y señalaron que el hombre supervisaba las finanzas de los terroristas, junto con las operaciones relacionadas con el petróleo, el gas y los recursos minerales.
Además, Al Yaburi formó parte del Daesh siendo el “número dos” del grupo yihadista en Mosul. Sin embargo, en una operación estadounidense Al Yaburi fue abatido en 2019 en el noroeste de Siria.
El 31 de agosto, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció la salida del último avión de carga C-17, dejando a una población batida a la merced de la nueva etapa política bajo el mandato de los talibanes afganos. Desde su salida, Afganistán ha sido escenario de múltiples ataques terroristas perpetrados por el ISIS-K, la filial del Daesh afgana. El último de ellos, ejecutado hace tan sólo tres días, fue llevado a cabo contra una mezquita chií en Kandahar, dejando al menos 55 muertos.
Sumado a ello es notorio señalar que Afganistán se encuentra bajo un nuevo gobierno talibán que, aunque tratan de desligarse de su historia y de su política del terror ejecutada durante los años 90, continúan ejecutando políticas violentas y radicales.
Tras el anuncio de la retirada estadounidense de Afganistán y su ya efectiva salida, Irak va a ser el próximo país que vivirá la retirada de Estados Unidos. “Yo no iba a extender esta guerra para siempre” argumentaba Biden en un escenario en el cual el terrorismo sigue siendo el protagonista. Así, Estados Unidos sale de aquellos países en los que ha estado por dos décadas como parte de la denominada guerra contra el terrorismo. Sin embargo, la retirada de las tropas occidentales no supone el fin de la guerra, el terrorismo continúa, agravado incluso por las ansias de los radicales por poner de manifiesto su poder.
De acuerdo con EFE, representantes de Estados Unidos y del gobierno iraquí estarían ultimando un plan para que las fuerzas estadounidenses efectúen su retirada para finales de este mismo año. Irak, azotado por una larga trayectoria de atentados yihadistas, teme ahora que con la retirada occidental el yihadismo prolifere.
Sin embargo, de acuerdo con funcionarios políticos citados por The Wall Street Journal, un número indefinido de militares estadounidenses permanecerán en el país de forma indefinida para brindar apoyo a las fuerzas aéreas y en la división de inteligencia en la lucha contra el Daesh. Frente a estas declaraciones respondió el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, rechazando esta confirmación, pero aseguró las actividades militares de Estados Unidos “siguen sobre la mesa” en el país.
De acuerdo con el ministro de Exteriores de Irak, Fuad Hussein, “no necesitamos más combatientes porque nosotros tenemos (…) necesitamos cooperación en el terreno de inteligencia. Necesitamos ayuda en el entrenamiento. Necesitamos tropas que nos ayuden desde el aire”.
Sólo durante este año, Irak ha presenciado importantes ataques yihadistas de carácter suicida que les ha costado la vida a cientos de personas. Entre los más impactantes destaca el ataque ejecutado en enero en un mercado al aire libre en el centro de Bagdad. En este atentado al menos 32 personas fueron asesinadas y 110 acabaron heridas.
