Los líderes firman oficialmente el documento que delimita sus fronteras en aguas del Mediterráneo oriental tras más de una década de negociaciones

Israel y el Líbano sellan un acuerdo “histórico” de demarcación marítima

photo_camera AFP PHOTO/HO/DALATI Y NOHRA - El presidente del Líbano, Michel Aoun (R), posando con el mediador estadounidense Amos Hochstein en el palacio presidencial de Baabda, con un documento relacionado con el acuerdo sobre la frontera marítima que el Líbano e Israel iban a firmar hoy

Biden no se equivocó al describir como “histórico” el acuerdo de demarcación marítima entre Israel y el Líbano. Hacían falta “agallas” para cerrar con éxito las negociaciones, reconoció el miércoles el presidente de Estados Unidos a su homólogo israelí Isaac Herzog en su visita a la Casa Blanca. Tras más de una década de desencuentros, las partes coincidieron a mediados de octubre en que el texto presentado por el mediador estadounidense Amos Hochstein satisfacía sus demandas. 

Después de resolver los trámites que marca la política interna, los Gobiernos israelí y libanés debían estampar este jueves su rúbrica definitiva sobre el texto para ratificar su compromiso. Y así ha sido. El presidente Michel Aoun, que agota los últimos días de su mandato, que expira el próximo 31 de octubre, era el primero en firmar desde Beirut. Minutos más tarde hacía lo propio el primer ministro Yair Lapid tras un Consejo de Ministros extraordinario celebrado en Jerusalén. 

El voto de la ministra del Interior hebrea, Ayelet Shaked, fue el único en contra. La cabeza visible del derechista Yamina, el partido que dirigía hasta su dimisión el ex primer ministro Naftali Bennett, buscaba concurrir con una nueva plataforma a los comicios del próximo 1 de noviembre y no descartaba contribuir a una hipotética mayoría parlamentaria de Netanyahu, en cuyo penúltimo gabinete ocupó la cartera de Justicia. Pero de nada sirvió su oposición.

Michel Aoun

“No todos los días un Estado enemigo reconoce al Estado de Israel, en un acuerdo escrito, ante toda la comunidad internacional”, declaró Lapid. El jefe de Gobierno en funciones, que se juega revalidar el cargo en apenas cinco días, destacó “el extraño consenso” entre las diversas organizaciones de seguridad que se han pronunciado sobre el acuerdo en términos positivos. “Fortalece la seguridad y la libertad de acción de Israel contra Hizbulá”, insistió. 

Las delegaciones de Israel y el Líbano celebran en la sede regional de Naciones Unidas, ubicada en la ciudad fronteriza de Naqoura, la ceremonia de confirmación. Firmarán el acuerdo en salas separadas. No habrá prensa, pero acudirán los equipos negociadores y el enviado especial de Estados Unidos para asuntos energéticos internacionales, Amos Hochstein. El diplomático estadounidense, que nació en Israel y sirvió en las Fuerzas de Defensa israelíes (FDI), ha desatascado un acuerdo que avanzaba con serias dificultades desde 2020. 

La validez legal del texto entrará en vigor tras la ceremonia de firma. Así finalizará un contencioso en apariencia irresoluble, y comenzará en su lugar “una nueva era” en las relaciones bilaterales, como avanzó el negociador libanés, Elias Bou Saab. Las partes han aceptado trazar una frontera marítima “permanente y equitativa” sobre la denominada Línea 23, que reparte los yacimientos de gas de Qana y Karish. El primero para el Líbano y el segundo para Israel. 

“Queda claro que [el acuerdo] proporciona ganancias para ambas partes a pesar de sus respectivos compromisos, y en algunas áreas incluso sirve a los intereses mutuos en materia económica, estratégica y de seguridad”, escribe la investigadora y exasesora de la oficina del primer ministro Orna Mizrahi en el Institute for National Security Studies de Israel (INSS, por sus siglas en inglés). La mayor laguna, subrayan los analistas, es que deja en el tintero el reparto de las futuras ganancias de explotación energética.

Mediterráneo oriental

Se trata de un acuerdo con escasos precedentes. Israel y el Líbano son dos enemigos históricos que, técnicamente, están en guerra. Y seguirán en guerra incluso después de firmar el acuerdo, aunque el último episodio bélico se produjera en 2006. De hecho, este es su primer pacto desde el alto el fuego firmado ese mismo año. Sin embargo, el texto solo contempla la demarcación marítima. 

La ventana de oportunidad abierta con la situación crítica que atraviesa el Líbano, envuelto en una crisis política y económica sin precedentes en siglos, según el Banco Mundial, y con los últimos compases del Gobierno de coalición en funciones encabezado por el centrista Yair Lapid obligaba a las partes, como mínimo, a sentarse en la mesa a pesar de la reciente escalada de las tensiones provocada por el partido-milicia chií de Hizbulá. 

Escribe Neri Zilber en New Lines Magazine que “el acuerdo debería permitir que [el yacimiento gasístico de] Karish entre en funcionamiento en cuestión de semanas sin impedimentos, lo que aumentaría la seguridad energética y los ingresos de Israel, que ya son considerables. El yacimiento de Qana, en cambio, aún requiere más exploración, por no hablar de su explotación, que según los analistas puede llevar años”.

Yair Lapid

Antes de firmar el acuerdo, el Ejecutivo hebreo había expedido la autorización al director general del Ministerio de Energía para representar al Estado en las negociaciones con la gigante energética francesa Total para concretar los términos de la explotación. No es el primer paso en esta dirección de Israel, que ya ha comenzado a generar gas en Karish después de dar luz verde a la energética británica Energean para iniciar las labores de producción. 

En términos estratégicos, la demarcación “histórica” de fronteras marítimas favorece la desescalada de las tensiones entre Israel y Hizbulá, al filo de un nuevo estallido bélico a cuenta de los yacimientos de gas en aguas del Mediterráneo oriental. También permite al Líbano soñar con cierto desahogo económico por las ganancias de los hidrocarburos. Por su parte, Israel podría activar la maquinaria para aliviar la escasez energética de Europa. 

Una hipotética victoria electoral de Netanyahu amenaza con tumbar el acuerdo. El primer ministro más longevo de la historia de Israel ha asegurado que, en caso de que le den los números para alcanzar la mayoría en la Knesset y formar Gobierno, no se verá comprometido a respetar ningún pacto firmado por Lapid. Los próximos meses serán determinantes para conocer si el acuerdo de demarcación marítima llega a buen puerto.

Coordinador América: José Antonio Sierra

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