Más de nueve meses después de su ocupación, y tan solo unas semanas después de ser abandonada por las tropas rusas, Jersón puede dejar de ser –en los próximos días– parte de la principal línea del frente sur en el conflicto ruso-ucraniano. Y es que, según ha hecho público la agencia de noticias Reuters, las autoridades militares de Kiev han revelado la retirada de las tropas rusas de varias localidades de la orilla sur del río Dniéper, frente a la ciudad de Jersón, capital del óblast homónimo.
Este, que podría ser un gran golpe para la ofensiva rusa –ya que entre las contadas grandes ciudades que ha logrado controlar desde el inicio de la guerra solo destacaba Jersón–, no llega sin resistencia por parte de Moscú. Pese a que el gigante euroasiático ha decidido comenzar a medir sus fuerzas y escoger las batallas que enfrenta, su salida de Jersón y de las ciudades colindantes no llega sin unos –se espera– últimos bombardeos al territorio.

Cientos de misiles han golpeado el óblast de Jersón en las últimas semanas, desde el pasado 11 de noviembre, denunciaba el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. De hecho, según recoge el medio The Kyiv Independent las declaraciones del gobernador del territorio, Yaroslav Yanushevych, tan solo en las últimas 24 horas, las tropas rusas han impactado hasta 42 veces sobre infraestructuras civiles, militares y administrativas, terminando con la vida de tres personas, e hiriendo a siete. A lo que se ha sumado una nueva interrupción del suministro eléctrico y de otros servicios tanto en Jersón como en otros territorios de Ucrania – como es el caso de Leópolis o Kiev, donde gran parte de la población continúa todavía sufriendo cortes de luz y agua. Todo ello no hace más que acrecentar los temores ante el uso del frío y el hambre como un arma de guerra en el marco del invierno.
“Sobrevivimos a la ocupación, ahora vivimos mucho mejor. Pero no tenemos agua, ni electricidad, aunque tampoco [tenemos] rusos”, recogía el medio digital El Debate las afirmaciones de una mujer ucraniana junto a su hija, mientras muchos de sus vecinos, incapaces de soportar las condiciones de vida en la ciudad, huyen en trenes hacia un lugar más seguro.

El informe ucraniano, que no ha podido ser confirmado de manera independiente por Reuters, sostiene que “se ha observado una disminución del número de soldados rusos y de equipo militar en el asentamiento de Oleshky. […] Las tropas enemigas se retiraron de cientos de asentamientos del óblast de Jersón y se dispersaron en franjas de boque a lo largo de la sección de la carretera Oleshky”, un tramo de carretera de unos 25 kilómetros que atraviese varios pueblos a orillas del río Dniéper.
Además, el comunicado especificaba que la mayor parte de tropas que permanecían aún en el territorio eran reservistas que se cree que habían sido llamados durante la reciente movilización de 300.000 efectivos, lo que sugiere que las tropas profesionales de Moscú, mejor entrenadas, ya habían abandonado el área días atrás.
Ahora la amenaza de un nuevo ataque general sobre Ucrania ha llevado a los servicios fronterizos del país a emitir, a través de Telegram, “una alerta general de ataque aéreo”, indicando a los ucranianos “acudir inmediatamente a los refugios aéreos”.
😡 Ворог продовжує обстрілювати українське прикордоння
— Держприкордонслужба (@DPSU_ua) December 1, 2022
👉🏼 https://t.co/JOQIcF9LMm pic.twitter.com/NXdKJZjmUj
En este escenario, Rusia continúa preparándose militarmente, y así lo ha confirmado un comunicado del Ministerio de Defensa que señala el éxito de las Fuerzas Aeroespaciales rusas en las pruebas de un nuevo misil para un sistema de defensa antiaérea en el campo pruebas de Sary Shagan, en Kazajistán. “Un equipo de combate de las Fuerzas de Defensa Aérea y Antimisiles de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia concluyó con éxito el lanzamiento de prueba […] y cumplió la tarea de alcanzar un objetivo con la precisión deseada”, recogía el documento.
Sin embargo, en el marco de todas estas actividades militares, autoridades rusas han hecho público a través de la agencia de noticias Ria Novosti el accidente de un caza MiG31 en la región de Nadejdinsky, en la provincia de Primorye, cerca de la frontera con China y Corea del Norte. Al este del país euroasiático.
Russian Far East: MiG-31 crashed in Primorsky Krai, pilots ejected https://t.co/Ihto93LjBw pic.twitter.com/A3tGdLAtHL
— Liveuamap (@Liveuamap) December 2, 2022
Ucrania, por su parte, ha continuado solicitando la colaboración internacional. Especialmente con el envío del sistema de defensa antiaérea de misiles ‘Patriot’, lo que despierta gran controversia en el seno de los países aliados y miembros de la OTAN. “Hay que separar la discusión en torno a la oferta hecha a Polonia de la ayuda a Ucrania”, decía el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, durante una comparecencia conjunta con el líder germano, Olaf Scholz. “Estamos en diálogo con Polonia [para el envío de este tipo de armas”, decía Scholz, puntualizando que, por parte de Alemania, “no había una extensión de la oferta” hacia Ucrania.
“Se trata de un sistema puramente defensivo”, fue el argumento del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, para tratar de convencer al representante germano. Afirmaciones con las pretendía defender que el despliegue de misiles Patriot en el oeste de Ucrania –para proteger la red eléctrica del país– no supondría una escalada del conflicto por la entrada de un miembro de la OTAN. Algo que, sin embargo, pareció no convencer a los miembros de Alianza.

La cumbre de dos días de responsables de Asuntos Exteriores de la OSCE (Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa), celebrada en la ciudad polaca de Lodz, y profundamente marcada por la guerra en Ucrania, sirvió también de escenario para abordar los próximos movimientos contra Rusia. Un encuentro en que el jefe de la cartera de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, no pudo estar presente debido a que forma parte de la lista de personas vetadas a entrar en la UE.
“Si no se garantiza la rendición de cuentas por el crimen de agresión contra Ucrania, no habrá paz y seguridad duraderas en la OSCE. Por eso hay que crear un tribunal especial que se ocupe del crimen de agresión”, fue la petición diplomática y jurídica de Dmytro Kuleba a los presentes.