El Tribunal de Casación del país ha emitido una orden para confiscar todos los bienes del grupo

Jordania disuelve a los Hermanos Musulmanes

AFP/KHALIL MAZRAAWI - Esta foto de archivo tomada el 13 de abril de 2016 muestra la entrada principal de la oficina de la Hermandad Musulmana en la capital jordana, Ammán

El Tribunal de Casación de Jordania, que se corresponde con la máxima autoridad judicial, ha emitido una sentencia en la que se ordena la disolución del grupo de los Hermanos Musulmanes en el país. Esta organización, que nació en Egipto en la década de los años 20 del siglo pasado, se ha ido expandiendo por todo Oriente Medio con el objetivo de imponer una agenda islamista con la ayuda de gobiernos y actores estatales afines, como son Turquía y Qatar. 

La decisión de la Justicia jordana se ha producido porque no se ha “rectificado su estatus legal”, bajo la ley nacional, según ha desvelado un funcionario citado por Middle East Monitor. Además, de acuerdo con esta publicación, el fallo también “puso fin a una larga disputa entre el Grupo fundado en 1945 y un grupo separado, la Asociación de Hermandad Musulmana”, que sí fue reconocida legalmente por el Gobierno de Ammán. La adopción de esta orden supone, en este sentido, la confiscación de los bienes pertenecientes al Grupo de la Hermandad y su entrega a la Asociación homónima.

Manifestación con banderas de la Hermandad Musulmana contra la decisión de EEUU de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, el 29 de diciembre de 2017, en la capital de Jordania, Ammán

La batalla entre la organización de raíces egipcias y la Justicia del país árabe se remonta al año 1953, cuando la rama original de los Hermanos Musulmanes, encabezada por Hammam Saeed, fue disuelta. El Tribunal de Casación ha apelado ahora que “los tratos del gobierno con la Hermandad no legitiman al grupo porque todavía es un grupo ilegal que se disolvió legalmente después de que no rectificó su estatus”, recoge el analista Khitam Al Amir en Gulf News. En cambio, se permiten las actividades de la Asociación porque nunca ha establecido vínculos con la matriz egipcia de los Hermanos Musulmanes, que fue prohibida en su país de origen con la llegada de Abdel Fattah al-Sisi al poder, quien desalojó de la Presidencia a Mohamed Morsi, leal al grupo islamista, con un golpe de Estado.

Además, cabe recordar, en este punto, que los Hermanos Musulmanes están considerados como una organización terrorista por su nación natal, y por otra serie de países, como Bahréin, Siria, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Rusia. En 2019, también se abrió el debate en Estados Unidos para incluirla en su lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés). En los últimos años, ha ido penetrando con sus tentáculos en diversos países de Oriente Medio, incluso del norte de África. Su presencia es significativa, por ejemplo, en Sudán, donde apoyaban el régimen del expresidente Omar al-Bashir; en Irak, donde tienen un importante peso específico en el control de la región suní del país; o en Libia, donde contribuyen a la campaña de uno de los dos bandos que se enfrentan en la guerra civil, abierta desde 2011, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), también sustentado por Ankara y Doha.

Miembros del Partido del Frente de Acción Islámica de Jordania (IAF) reciben condolencias por la muerte del expresidente de Egipto, Mohamed Morsi, en Ammán, el 18 de junio de 2019

En Jordania, los Hermanos Musulmanes han llegado a convertirse en la “organización islámica más grande y más antigua del país, con más de 10.000 miembros en territorio nacional”, según explican desde Counter Extremism Project. Operan en la vida política del país a través del partido Frente de Acción Islámica (IAF, por sus siglas en inglés), que fue establecido en 1992 con 350 miembros. Sus fundadores fueron Ahmed Azaida, Is’haq Farhan y Abdul Latif Arabiyat. Actualmente, está codirigido por Hamman Saeed, que también es el secretario general del Grupo de los Hermanos Musulmanes en el país, y por Hamza Mansour. En las elecciones generales que se celebraron en el año 2016, obtuvieron 10 de los 130 escaños del Parlamento, mientras que una facción disidente -también legalmente reconocida- que se agrupó bajo el nombre de Zamzan, ganó otros cinco asientos. La formación política, que conserva “su plataforma islamista central”, de acuerdo con Counter Extremism Project, ha ido moderando su discurso con el fin de ganar nuevos adeptos, un movimiento recurrente en la estrategia de los Hermanos Musulmanes basada en el “clientelismo social”. Por ejemplo, incluyó a mujeres y cristianos en su lista de candidatos, una estrategia que se distancia de cualquier agenda islamista.

Pero las recurrentes declaraciones de sus líderes, en las que defienden la conversión de Jordania en “un estado dentro del Califato musulmán”, han levantado el rechazo tanto de la población como el de las autoridades. También han llegado a defender, incluso, la violencia terrorista con preocupantes acercamientos al grupo terrorista Daesh.

El rey Abdullah II de Jordania asiste a la ceremonia de apertura de la cuarta sesión ordinaria del Parlamento

Además, según explica el analista Sami Moubayed en European Eye on Radicalization, Jordania se había convertido en un terreno propicio para el afianzamiento de los Hermanos Musulmanes en la región, lo que podría haber sido uno de los motivos por los que el Tribunal de Casación ha emitido la sentencia de disolución. El experto asegura que el grupo ha recibido numerosos reveses en los últimos tiempos que le han debilitado en zonas de influencia que eran estratégicas, como Sudán, pues el primer ministro Abdalla Hamdok ha emprendido una dura campaña dirigida a erradicar a la Hermandad en su territorio. Moubayed explica, en este sentido, que incluso Qatar podría abandonar a la organización si recibe a cambio el restablecimiento de las relaciones con sus vecinos que forman el Cuarteto Árabe, a saber, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto, autores de un boicot comercial contra Doha que le ha reportado pérdidas significativas.

“Los miembros de la Hermandad con sede en Qatar deben comenzar a buscar un nuevo anfitrión y una nueva cobertura política en Oriente Medio. Jordania parece una alternativa lógica, dado que es el único estado árabe donde tienen licencia para operar y todavía disfrutan de una base de poder considerable”, asevera el analista. La decisión de la Justicia jordana, por esta razón, supone un contratiempo considerable para las aspiraciones de los Hermanos Musulmanes, que están viendo cómo, cada vez más, su influencia se está reduciendo en el mundo árabe. 

Al grupo todavía le queda una oportunidad para no ser borrado del todo en el mapa jordano. Hamza Mansour ha anunciado que apelarán contra la decisión del Tribunal de Casación: “La Hermandad es un modelo de moderación y un elemento importante para fortalecer la unidad nacional, por lo que disolverla no es de interés nacional”, ha señalado, en unas declaraciones recogidas por TRT World. Por su parte, el portavoz de la organización, Moaz al-Khawaldeh, ha asegurado que esto no supondrá el fin de su presencia en Jordania: “Los Hermanos Musulmanes no se desvanecerá debido a un fallo administrativo y continuaremos llevando a cabo nuestras actividades en otras propiedades de alquiler alternativas”. Un mensaje, cuanto menos, desafiante.

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