El presidente Tokáyev promete un “Nuevo Kazajistán” y pone fin a la era del expresidente Nazarbáyev, pero los críticos le acusan de llevar a cabo una reforma cosmética de cara a reforzar su poder

Kazajistán aprueba un referéndum constitucional meses después de los altercados de enero

photo_camera AFP/VYACHESLAV OSELEDKO - El presidente electo de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev

Una mayoría del electorado de Kazajistán ha votado a favor del referéndum constitucional celebrado el pasado domingo, que, de acuerdo con el presidente Kasim-Yomart Tokáyev, pretende transformar el país “de un sistema ‘superpresidencialista’ a una República presidencial con un Parlamento fuerte”. 

Los resultados preliminares, anunciados por la Comisión Electoral Central, reflejaron un apoyo del 77,18% del electorado, con mayoría en todas las regiones del país, frente a un 18,66% que votó en contra. “El referéndum ha quedado validado”, anunció Nurlan Abdirov, presidente de la Comisión. 

Con esta votación, la ciudadanía del país ha dado su apoyo a una serie de enmiendas constitucionales propuestas por Tokáyev, en lo que ha caracterizado como un “nuevo capítulo en la historia del Kazajistán independiente”, con el paso hacia una “segunda República” y un “nuevo Kazajistán”, lo que puede suponer una ruptura con respecto a la era del expresidente Nursultán Nazarbáyev. 

El presidente en funciones de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, emite su voto durante las elecciones presidenciales kazajas

“La reforma constitucional reforzará de forma integral el sistema de protección de derechos humanos y libertades. La competición política justa y abierta en el país será asegurada”, declaró Tokáyev en la campaña. “Juntos haremos el Nuevo Kazajistán una realidad, en el que la justicia social será el valor principal y el portador de un nuevo contrato social”, finalizó el presidente centroasiático. 

El referéndum ha venido acompañado de una cierta polémica, siendo el Gobierno acusado de haber dejado poco tiempo, apenas un mes, a la ciudadanía para estudiar unas reformas complejas. Así lo afirmó Hugh Williamson, director para Europa y Asia Central de la ONG Human Rights Watch, quien reprochó las prisas de Nursultán, afirmando que debería permitir “el tiempo necesario para abrir las reformas constitucionales a la consulta y debate público y considerar las enmiendas antes de que las propuestas finales sean sometidas a referéndum”. 

Esta votación se produce unos meses después de los altercados vividos a principios de año. Lo que comenzó como unas protestas pacíficas contra el aumento de los precios de los combustibles terminó derivando en manifestaciones masivas contra la situación económica y política en todo el país, particularmente en Almatý, la capital económica y ciudad más poblada.

Manifestación para protestar contra el aumento del coste del GLP tras la decisión de las autoridades kazajas de levantar los límites de los precios del gas licuado de petróleo en Almaty, Kazajistán, el 5 de enero de 2022

No obstante, la situación se terminó descontrolando y desembocó en fuertes episodios de violencia callejera y enfrentamientos armados. Las Fuerzas Armadas kazajas reprimieron duramente las protestas, en unos combates que dejaron hasta 232 muertos, la mayoría civiles. El caos también llevó a Tokáyev a solicitar la intervención de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza de varias repúblicas postsoviéticas liderada por Rusia, que envió al país miles de soldados. 

La versión oficial de los hechos acusó de la violencia a “bandidos y terroristas”, pero muchos analistas coinciden en señalar una lucha por el poder entre el presidente Tokáyev y el entorno del expresidente y hasta entonces hombre fuerte del país, Nazarbáyev, operando en segundo plano. 

El longevo expresidente se retiró oficialmente de la Jefatura de Estado en 2019, después de haber dirigido el país desde 1990, antes incluso de la caída de la Unión Soviética, eligiendo a Tokáyev como su sucesor. No obstante, Nazarbáyev mantuvo varios de sus cargos más importantes, y la Constitución le otorgó privilegios especiales en tanto a “Líder de la Nación” (Elbasy) y “Primer presidente”. 

El 2 de enero estallaron pequeñas protestas en una ciudad petrolera del oeste de Kazajistán, donde los residentes estaban descontentos por el repentino aumento de los precios del gas licuado, muy utilizado como combustible para automóviles

La mayoría de los analistas coinciden en señalar que Nazarbáyev siguió dirigiendo Kazajistán de facto. Pero, durante los disturbios de enero, en los que el expresidente fue uno de los objetivos de la ira ciudadana, todo parece apuntar a que la balanza se equilibró en favor de Tokáyev, que destituyó a Nazarbáyev de los cargos que aún ostentaba y lideró la purga de las instituciones de varios de sus aliados. 

Una vez la calma fue restaurada, Tokáyev prometió un paquete de reformas políticas y económicas para responder al descontento popular. “Necesitamos definir nuevas ‘reglas del juego’, más justas y transparentes”, afirmó entonces el líder kazajo, que en los siguientes meses concretó estas promesas en las presentes enmiendas constitucionales.

En esta foto tomada de un video proporcionado por el Servicio de Prensa del Ministerio de Defensa de Rusia, las fuerzas de paz rusas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva abandonan un avión militar ruso después de retirar sus tropas en un aeropuerto en las afueras de Ivanovo, Rusia, el sábado 15 de enero de 2022
La “Segunda República”

El presidente ya no podrá formar parte de ningún partido político, lo que supone una pérdida de influencia del Partido del Gobierno, Amanat (conocido hasta hace unos meses como Nur Otán). Además, sus familiares ya no podrán ocupar cargos políticos ni dirigir empresas estatales, un movimiento que pretende limitar el nepotismo, endémico durante la Presidencia de Nazarbáyev. Tampoco podrá volver a producirse una presidencia continuada como la del expresidente, al reducirse a 2 los mandatos presidenciales consecutivos. La influencia del presidente sobre el Senado también será reducida, pasando de elegir 15 de sus 49 escaños a 10. 

La Cámara Baja del Parlamento, el Mazhilis, verá, por su parte, aumentar su importancia, al pasar a ser la única Cámara encargada de la elaboración de leyes, mientras que el Senado se limitará a aprobarlas o rechazarlas. También variará su elección, que pasará a un sistema mixto, por el que un 70% de los escaños serán asignados proporcionalmente y el 30% restantes serán elegidos directamente en distritos uninominales. El país también volverá a contar con una Corte Constitucional, que fue abolida en su momento en 1995. 

El primer presidente de Kazajstán participó en el procedimiento de votación del referéndum nacional sobre la introducción de enmiendas y adiciones a la Constitución de la República de Kazajistán

Asimismo, los gobernadores provinciales y de las principales ciudades pasarán a ser elegidos directamente por la ciudanía, en lugar de ser nombrados por el presidente, aunque este último seleccionará a los candidatos a estos cargos. 

Pero, lo que es más importante, las enmiendas eliminan toda referencia a Nazarbáyev de la Constitución, negándole los privilegios especiales de los que disfrutaba como Elbasy y “Primer presidente”. Desde enero, Nazarbáyev, quien ha sido visto votando en el referéndum, ha mantenido un perfil bajo, lo que parece confirmar su pérdida de influencia en favor de Tokáyev, y ahora estas enmiendas pueden ser el último clavo en su ataúd.

Para Michaël Levystone, investigador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, precisamente evitar los abusos de la era Nazarbáyev sería el objetivo declarado de la reforma, con medidas concretas para abordar los riesgos del nepotismo y la autocracia. “La revisión constitucional en Kazajistán está fuertemente marcada por el deseo de “deselbasyzar” el país, como lo ilustra el retiro planeado de su estatus como Líder de la Nación” , afirma en este sentido Levystone.

¿Una ruptura con el pasado o un cambio cosmético?

No obstante, el referéndum también ha recibido duras críticas desde ciertos sectores opositores, para quienes simplemente representa un “cambio cosmético”.

Por su parte, Levystone nos recuerda que el referéndum trae consigo varias reformas de fondo, pero al mismo tiempo la figura del presidente seguirá contando con amplios poderes, desde la dirección de las Fuerzas Armadas al nombramiento de los principales altos cargos del país. “El abandono, anunciado por las autoridades kazajas, de un régimen ‘superpresidencialista’ no puede hacernos olvidar que el presidente seguirá siendo extremadamente poderoso en el país (pese a las garantías reales de apertura política)” , sostiene Levystone.

Así, para el investigador del Ifri, “el seductor concepto de un “Nuevo Kazajistán” solo se materializa de manera imperfecta en la revisión constitucional que se está preparando en Nur-Sultán” . Además, finaliza Levystone, “la opinión pública kazaja aguarda profundos cambios socioeconómicos en el país”, por lo que el “Nuevo Kazajistán”  no podrá ser exclusivamente político.

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