El veredicto sobre el asesinato de Hariri cierra uno de los capítulos más dolorosos de la historia del país de los cedros

Líbano y los fantasmas del pasado

photo_camera PHOTO/REUTERS - Estatua del ex primer ministro del Líbano asesinado, Rafik Hariri, cerca del lugar del atentado suicida con camión bomba que lo mató en 2005, en Beirut

“Por primera vez en una larga historia de asesinatos políticos en el Líbano, los libaneses han podido conocer la verdad. Hoy es un día histórico”. Estas fueron las palabras utilizadas por el ex primer ministro libanés Saad Hariri -hijo de Rafic Hariri- tras conocer el fallo emitido por el Tribunal Especial para el Líbano (TEL). Quince años después del ataque que acabó con la vida de Rafic Hariri, este tribunal ha responsabilizado a un miembro de Hizbulá y ha absuelto a los otros tres acusados,Hussein Hassan Oneissi, Assad Hassan Sabra y Hassan Habib Merhi. 

Saad Hariri ha explicado en una entrevista exclusiva con Al-Hadath TV, que el Tribunal Internacional para el Líbano “se estableció sobre la base de no condenar a entidades y estados”, por lo que esta pudo ser una de las principales causas por la cual esta Corte no condenó directamente a Hizbulá por el asesinato de su padre, de acuerdo con el digital Al Arabiya. 

El ex primer ministro libanés – quien aceptó el fallo en nombre de toda su familia—ha sido claro con Hizbulá y ha asegurado “que no descansará hasta hacer cumplir la sentencia”.  “Los libaneses exigieron la verdad y la justicia, y ahora que sabemos la verdad, es hora de exigir que se haga justicia y se dicte una sanción justa”, ha señalado tras conocer el fallo. 

Durante su intervención ha agradecido a Arabia Saudí “su apoyo al Tribunal Internacional” y ha subrayado que “el fallo emitido este martes ha puesto de manifiesto la credibilidad de esta institución”. “El tribunal ha fallado por el Líbano, no por Saad Hariri”, ha reiterado. Por otro lado, Hariri ha pedido una investigación sobre la explosión que sacudió el puerto de Beirut el pasado 4 de agosto, provocando la muerte de más de 170 personas y dejando más de 6000 heridos. “Este asunto llevará tiempo. No debemos perder la esperanza”, ha dicho. 

Este veredicto llega en un momento complicado para el país de los cedros, en donde hace dos semanas tuvo lugar una doble explosión que ha destrozado el puerto de Beirut y sus alrededores. La ira de una sociedad que exigía y exige respuestas obligó al Ejecutivo a dimitir, dejando al país sin timón en medio de una crisis económica sin precedentes agravada por la pandemia de la COVID-19. 

Rafic Hariri, un conocido líder de la comunidad suní con estrechos vínculos con Estados Unidos y otros países occidentales, fue visto por aquel entonces como una amenaza para la influencia iraní y siria en el Líbano. Durante la sesión, el juez presidente David Re incidió en que si bien Hizbulá o Siria podían haber tenido motivos para eliminar a Hariri y sus aliados políticos, el STL no encontró evidencia de su participación en el ataque de 2005. 

La decepción y la tristeza han sido dos de los sentimientos predominantes entre aquellos libaneses residentes en Europa que se acercaron a la sede del Tribunal para exigir justicia por la muerte de Hariri. “Nos ha costado 15 años de espera y más de 700 millones de dólares para que la Corte nos dé este resultado tan blando: un solo acusado y el resto inocentes. No esperábamos que esta fuese la sentencia, ni este el tribunal, supuestamente de jueces experimentados. No estamos nada contentos con esta decisión y ya veremos que hará el Líbano para localizar al acusado Salim Ayyash”, ha asegurado Ahmed Al Sayed, un activista político libanés a la agencia de noticias EFE. 

Esta sesión comenzó con un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la doble explosión en el puerto de Beirut.  Este tribunal aplazó la fecha en la que preveía dictar sentencia hasta el 18 de agosto, tras la catástrofe ocurrida el pasado 4 de agosto. El veredicto ha reabierto viejas heridas en Líbano, un país de alrededor 4,5 millones de habitantes, que acoge a más de 1,5 millones de refugiados, y que sufre las consecuencias del colapso de la moneda y del aumento de la inflación.

Quince días después de la explosión que hizo temblar Beirut y de que tuvieran lugar una serie de protestas pidiendo la dimisión del Gobierno, los casos de coronavirus se han disparado. Para evitar la propagación de este patógeno, las autoridades libanesas han anunciado este martes un toque de queda nocturno. Esta medida se implementará a partir de este viernes de 18.00 a 6.00 hora local para los ciudadanos, mientras que los comercios y negocios como bares y restaurantes tendrán que cerrar una hora antes. 
 

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