Un reciente informe elaborado por Naciones Unidas acusa al gigante asiático de llevar a cabo crímenes contra la humanidad en Xinjiang

La batalla uigur contra la mano ‘opresora’ de China

photo_camera AP/LEE JIN-MAN - Un manifestante sostiene un cartel durante una manifestación para mostrar su apoyo a los uigures y su lucha por los derechos humanos en Hong Kong, el 22 de diciembre de 2019

China, que se encuentra en el punto de mira desde el ámbito internacional, especialmente debido a la disputa que mantiene abierta contra Taiwán, abre otro frente en el interior de sus fronteras. Esta vez de trata de los ataques contra el pueblo de los uigures. 

Pero ¿quiénes son los uigures? Se trata de un pueblo que se ve y representa a sí mismo como una etnia diferenciada de China y culturalmente más cercana a los países de Asia central con quienes comparten, entre otras cosas, la religión musulmana. Se encuentran mayoritariamente en la región autónoma de Xinjiang - como lo es Tíbet en el sur del país- y durante siglos su economía ha girado en torno a la agricultura y el comercio, llegando a ser un punto de inflexión en la Ruta de la Seda. 

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A principios del siglo XX, el pueblo uigur declaró su independencia de China, sin embargo, este periodo fue breve ya que en 1949 el pueblo quedó supeditado al control comunista de China. Fue entonces cuando comenzó el éxodo. El Congreso Mundial Uigur con sede en Múnich -Alemania- asegura que en la actualidad 20 millones de uigures se encuentran fuera del país, habiendo importantes comunidades en Estados Unidos, Alemania o Turquía. 

Para quienes permanecieron en la región, el trasvase de población China al interior de las fronteras de Xinjiang -una práctica comunista habitual- ha provocado que el pueblo sea minoría (45%) y por ende imperen los intereses del gigante asiático. 

Tanto a lo largo de la década de los 90 como en los 2000, - por ejemplo, durante los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008- esta etnia ha sido represaliada y acusada de terrorismo, aludiendo, según China, a que se trata de un pueblo separatista ayudante de Al-Qaeda y con entrenamiento en Afganistán, a pesar de que no se haya encontrado evidencia alguna sobre ello. 

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No obstante, las detenciones arbitrarias, basadas en el temor de China por la posible creación de un Estado independiente en el país, han incrementado en los últimos meses y es por ello por lo que Naciones Unidas ha decidido intervenir elaborando un informe acerca de la situación en la región autónoma en el que, además, se hace referencia a al caso vivido por Nury Turkel y su reciente libro ‘No escape’


El informe de Naciones Unidas: controvertido

Estos grupos han realizado importantes críticas y reclamaciones al reciente informe que Naciones Unidas (ONU) ha publicado sobre su situación en Xinjiang, región autónoma del país. En concreto, el documento, que consta de 45 páginas, parte de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) es el resultado de una alarma expresada a los comités de la ONU en el año 2018 tras conocer que en la región se estaban produciendo supuestas desapariciones forzosas, discriminación racial y tortura. Entre mayo y abril de este año - tras la estabilización de la pandemia COVID-19- ACNUDH se trasladó al terreno. 

El informe, sobre el que se ha trabajo durante años, concluye que Pekín es culpable de crímenes contra la humanidad, sin embargo, a pesar de ello el documento no ha incluido el término genocidio, tal y como reclaman las minorías étnicas y religiosas en el país. Según Rahima Mahmut, activista uigur con sede en Reino Unido y directora del Congreso Mundial Uigur, “en un último insulto a los supervivientes uigures, el informe no menciona la palabra genocidio ni una sola vez”. Por su parte, Rayhan Asat, activista uigur y abogado de derechos humanos, describió el informe como "conservador", pero añadió que “daba voz a las víctimas” en una entrevista concedida a The Guardian. 

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El uso de alta tecnología para determinar los crímenes

El documento, elaborado por la ONU ha sido elaborado empleando el uso de alta tecnología, mediante imágenes satelitales, entre otras evidencias gráficas y testimonios de los afectados directos por la represión o análisis data. Michelle Bachelet, alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha sido testigo de ello y se ha manifestado públicamente reprendiendo la actuación de China. En una visita al territorio uigur, Bachelet presenció desplazamientos forzosos de población, visitó los campos de adoctrinamiento, y fue testigo a represión que emplea China en la región autónoma. En el documento se solicita a China una “revisión completa" de sus leyes sobre seguridad interior y que derogue todas las leyes discriminatorias contra las minorías. Sin embargo, China ha rechazado tanto las acusaciones como las recomendaciones de Naciones Unidas. 

Por su parte, Estados Unidos ha manifestado su preocupación públicamente sobre esta situación, así como también lo han hecho los parlamentos de otros países occidentales entre los que se encuentran: Canadá, Reino Unido y Francia

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¿Qué representa la investigación?

De forma categórica, el informe de la ONU es insuficiente para las minorías étnicas: “Se trata de una victoria para China a quien acusan de presionar al organismo supranacional para que no se le aplique formalmente la Convención sobre el Genocidio de Naciones Unidas”, afirma Salih Hudayar, primer ministro del Gobierno del Turquestán oriental en el exilio - que representa a más de una docena de organizaciones de la diáspora uigur y turco-oriental- al medio Middle East Eye. Como hemos mencionado, además de los ataques contra los uigures, el informe también recoge crímenes contra otros pueblos de origen turco y minorías musulmanas. 


En línea con el informe publicado por la ONU, otras organizaciones como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, se manifiestan de acuerdo con lo reportado por el informe del ACNUDH, que documenta patrones de detenciones en masa, tortura y persecución cultural mediante los denominados campos de reeducación o los casos de violencia sexual y basada en género. 

Es por ello por lo que, más de 60 grupos uigures han realizado un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe y pida investigaciones formales e independientes sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por China. Los grupos solicitan también al Consejo de Derechos Humanos de la ONU que forme una Comisión de Investigación sobre el asunto, y a la Oficina de Prevención del Genocidio de la ONU que realice una nueva evaluación. 

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