Algo más de una decena de políticos y altos directivos del sector espacial europeo rivalizan entre sí por tomar las riendas de la ESA

La directora de Espacio de la ONU, Simonetta di Pippo, disputa a Pedro Duque el sillón de la Agencia Espacial Europea

photo_camera PHOTO/UNOOSA - La astrofísica Simonetta di Pippo es la asesora de asuntos espaciales del portugués António Guterres, el secretario general de la ONU, y se puede convertir en la primera mujer en ser la jefa de la ESA

El ministro español de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, no tiene el camino fácil para relevar al alemán Johann-Dietrich Woerner y sentarse el 1 de julio de 2021 en el sillón de mando de la Agencia Espacial Europea (ESA), organización internacional de la que forman parte 22 países europeos, entre ellos España, y dotada con un presupuesto de 14.400 millones de euros para financiar programas espaciales hasta 2024.

La directora de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA), la astrofísica italiana Simonetta di Pippo, es una de las más serias aspirantes a ocupar la Dirección General de la Agencia europea. De conseguirlo, sería la primera mujer en ostentar el cargo, a la vez que cortaría de raíz las aspiraciones del astronauta Pedro Duque, que sueña ‒o soñaba‒ con volar a la sede central de la ESA en París para ponerse al frente de la organización por un periodo de, al menos, cuatro años.

Si el ministro Pedro Duque está avalado por el propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, la italiana goza de la confianza del primer ministro Giuseppe Conte, lo que equipara a ambos en el plano de los apoyos de alto nivel. Pero Simonetta di Pippo suma otras bazas. Astrofísica por la Universidad La Sapienza de Roma, entró en 1986 en la Agencia Espacial Italiana (ASI), donde fue la directora de Observación del Universo (2002-2008), puesto desde el que accedió a la ESA para convertirse en la primera mujer en alcanzar un alto puesto directivo como responsable de vuelos tripulados.

El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque (centro), fue catapultado a mediados de junio por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el candidato español para dirigir la Agencia Espacial Europea

En 2011 abandonó la Agencia para acudir a la llamada del coreano Ban Ki-moon, entonces secretario general de Naciones Unidas, y liderar la política, estrategia y actividades que emanan de los acuerdos y mandatos de la Asamblea General. Desde entonces ha protagonizado una gran actividad internacional que la ha llevado impulsar y dar a conocer por todo el mundo la importancia de la tecnología y las aplicaciones espaciales como instrumento para el desarrollo sostenible.

A sus 61 años, Simonetta di Pippo es ahora la asesora para asuntos espaciales del portugués António Guterres, secretario general de la ONU, desde el primero de enero de 2017. Ella le aporta su experiencia en asuntos relacionados con el uso del espacio ultraterrestre para fines pacíficos, la utilización de la ciencia y la reducción del riesgo de desastres. 

Chiara Manfletti, la más joven de todos los aspirantes al cargo. De doble nacionalidad italo-alemana, ha sido la primera presidenta de la Agencia Espacial Portuguesa y cuenta con el apoyo del Ejecutivo de Lisboa
Los otros contrincantes

Pedro Duque y Simonetta di Pippo no son los únicos que se han postulado para el cargo. En total se han presentado y admitido 11 candidatos, aunque la ESA no ha confirmado ni el número ni los nombres, salvo aquellos que han proclamado su candidatura o su renuncia de forma pública. Al menos consta que dos personajes se han bajado del carro. Uno es Roberto Battiston, de 65 años, expresidente de la Agencia Espacial Italiana (ASI) entre mayo de 2014 y noviembre de 2018. El otro que ha tirado la toalla es Étienne Schneider, de 49 años, ex viceprimer ministro y ministro de Economía de Luxemburgo.

Además de la directora de la UNOOSA, entre la casi media docena de aspirantes hay otras mujeres, entre las que destaca Chiara Manfletti, la más joven de todos. Cuenta con el apoyo del Gobierno portugués de António Costa, posee doble nacionalidad italo-alemana y desde la creación de la Agencia Espacial de Portugal en marzo de 2019 hasta el pasado 15 de septiembre ha sido su presidenta.

Establecida en 1975 y con 22 Estados miembros, la ESA tiene asegurado un presupuesto de 14.400 millones de euros hasta 2024 para desarrollar decenas de proyectos espaciales en solitario y en cooperación

Ingeniera por la Universidad Técnica de Aquisgrán (Alemania) y formada en ingeniería y gestión espacial en Londres y Estrasburgo, Chiara Manfletti ha ocupado cargos destacados en la Agencia Aeroespacial Alemana (DLR). Desde abril de 2016 era asesora del Director general de la ESA y más tarde ha ejercido de directora de su Departamento de Políticas y Programas. En su persona conjuga un amplio conocimiento del sector espacial europeo y según quienes la conocen “es un auténtico portento de vitalidad y conocimiento”. 

Otra mujer que anhela el puesto, pero que tiene muchas menos posibilidades es la alemana Claudia Kessler. Calificada de “emprendedora y visionaria”, fundó la empresa Astronautin GmbH en abril de 2017 para ofrecer viajes espaciales comerciales y ha invertido en HE Space, empresa dedicada al reclutamiento y selección de personal con interés en el sector espacial.

Josef Aschbacher (derecha), director de Observación de la Tierra de la ESA, goza de mucho prestigio en el seno de la Agencia. En la imagen, en Madrid, en 2019, con Javier Ponce, director general del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), sostienen el contrato para el lanzamiento del satélite español Ingenio

Dos candidatos más, en este caso masculinos, también pugnan con todas sus fuerzas por alzarse con la victoria con el apoyo de sus respectivos gobiernos. Ambos son veteranos de la Agencia, conocen muy en detalle sus pormenores y han subido peldaños hasta situarse bajo las órdenes inmediatas del actual director general. Son el austriaco Josef Aschbacher, director de Observación de la Tierra de la ESA desde julio de 2016, quien tiene todo el apoyo del canciller austriaco Sebastian Kurz. El otro es el belga Eric Morel de Westgaver, director de Industria, Adquisiciones y Servicios Jurídicos de la Agencia desde noviembre de 2013, que está respaldado por Sophie Wilmès, primera ministra federal de Bélgica. 

El francés Jean-Yves Le Gall es uno de los hombres fuertes del sector espacial a escala europea y mundial. Junto a Simonetta di Pippo y responsables espaciales de Emiratos en un foro celebrado en Dubái en noviembre de 2019
Un proceso en el que influyen muchos factores

De 58 años y formado en la Universidad de Insbruck, Aschbacher ingresó en la ESA en 1990, fue su representante en Asia y ha sido uno de los impulsores del programa Copernicus de Observación de la Tierra que se lleva a cabo en cooperación con la Unión Europea. Morel de Westgaver, mayor que el anterior, es economista por la Universidad Católica de Lovaina, accedió a la ESA en 1987 y ocupó importantes puestos, siempre vinculados con análisis de costes, política industrial, adquisiciones y asuntos financieros. 

Un tercer hombre que lo ha sido casi todo en el sector espacial a escala mundial también se presenta de forma sorpresiva a la elección. Es Jean-Yves Le Gall, de 61 años, presidente desde 2013 de la agencia espacial francesa (CNES), y renovado en su sillón en febrero pasado por el presidente Emmanuel Macron, bajo cuyas riendas está la alta política espacial de la República. 

El economista Eric Morel de Westgaver es el belga al frente de la Dirección de Industria, Adquisiciones y Servicios Jurídicos. Ha ocupado importantes puestos siempre vinculados con la política industrial, las adquisiciones y los asuntos financieros

Ingeniero óptico de formación, entró en 1981 en el sector espacial y hasta ahora no lo ha abandonado. Desde 1985 ha estado a la cabeza de importantes empresas estatales, paraestatales o instituciones oficiales francesas siempre ligadas con el espacio, donde ha permanecido durante largos años, como es el caso de Novespace, Arianespace y ahora el CNES.

El pistoletazo que ha dado inició a la batalla subterránea para relevar al actual director general se abrió de manera oficial el 25 de junio con la aceptación de candidaturas y finalizó el 31 de agosto. Una comisión independiente establecida para la ocasión seleccionará a los candidatos más idóneos y elevará su propuesta al Consejo de la ESA que preside la sueca Anna Rathsman. 

Como directora de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre, Simonetta di Pippo conoce a todas las autoridades y personajes del mundo del espacio. En la imagen, junto al cosmonauta ruso Alexei Leonov (fallecido en octubre de 2019), el primer ser humano en practicar un paseo por el espacio, en marzo de 1965

Se trata de un proceso de selección competitiva en el que pesan diferentes factores, entre ellos liderazgo, capacidad de gestión, dotes de comunicación, altos puestos ocupados y, por supuesto, razones inconfesables de índole política. Las previsiones son que dentro de unos nueve meses, antes de finales del presente año, este órgano colegiado ‒que reúne a los jefes de los representantes oficiales de los 22 Estados miembros‒ decidirá la persona que liderará los destinos de la Agencia hasta mediados de 2025.

Se da la circunstancia que desde que el danés Erik Quistgaard abandonó el cargo de director general de la ESA en 1984, el puesto ha recaído en personas propuestas por Alemania, Francia e Italia, los tres mayores contribuyentes de los presupuestos de la Agencia, junto con Reino Unido. A lo largo de los últimos 36 años, dos alemanes, dos franceses y un italiano han llevado el timón espacial de Europa, lo que hace que bastantes de los 22 países se planteen ahora dar un giro y que la dirección ejecutiva de la Agencia recaiga en un candidato de un país modesto, como Austria, Bélgica, Portugal… España.

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