La organización considera que el deshielo diplomático auspiciado por China supone “un paso importante” para sus “objetivos comunes”

La distensión entre Irán y Arabia Saudí marca la agenda del Consejo de Cooperación del Golfo

photo_camera PHOTO/CCG - Los ministros de Exteriores de los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo posan en Riad antes de la 155ª sesión a nivel ministerial de la organización, 22 de marzo de 2023

El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, por sus siglas) es la plataforma multilateral que vertebra la diplomacia en la península arábiga, un área en plena efervescencia que marca la agenda de Oriente Próximo. El foro árabe, dividido en bloques desde la eclosión de la Primavera Árabe, sigue sometido a fuertes tensiones internas a pesar del acercamiento diplomático entre Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y otros miembros de la organización con Qatar, el socio díscolo que promocionó el ascenso de los Hermanos Musulmanes tras el estallido revolucionario y que tendió puentes con Turquía e Irán, actores hostiles para los intereses del grupo. 

La declaración de Al-Ula, suscrita en enero de 2021 por los seis miembros que integran el CCG, sirvió para enterrar definitivamente el hacha de guerra tras el dilatado boicot a Qatar. Desde entonces, las relaciones con Doha han mejorado a todos los niveles. Lo han hecho, eso sí, de forma desigual. Mientras que saudíes y cataríes reanudaron los vuelos directos, reabrieron las fronteras terrestres —de hecho, la única frontera terrestre con que cuenta el diminuto Qatar— y restablecieron relaciones diplomáticas, emiratíes y cataríes avanzan más despacio. Por otra parte, el acercamiento entre Qatar y Bahréin es prácticamente inexistente. 

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Después de Al-Ula empezaron a producirse una serie de contactos entre Irán y los países del Golfo que tenían por objetivo sellar un periodo de distensión a escala regional, que diera cabida a los intereses de Irán. El anuncio sorpresa de la rehabilitación de las relaciones entre Teherán y Riad, formalizado la semana pasada desde Pekín, supuso el golpe de efecto definitivo. Por eso, cualquier mensaje que emita el Consejo de Cooperación del Golfo en los próximos meses será determinante para tomar el pulso al proceso. Las expectativas son altas. 

La organización mantuvo el miércoles una importante reunión en Riad. La capital saudí acogió la 155ª sesión del Consejo de Ministros, la máxima autoridad del foro por detrás del Consejo Supremo, el órgano reservado para los jefes de Estado de los países miembros. Sus encuentros de carácter trimestral, salvo casos de urgencia y contadas excepciones, sirven para trazar las políticas de la organización en un futuro inmediato. Las decisiones que se toman pasan después a manos del mencionado Consejo Supremo, que se encarga en última instancia de su aprobación.

Los ministros de Exteriores de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Bahréin y Omán protagonizaron la cumbre. Este último, Sayyid Badr Al-Busaidi, presidió una cita en la que también estuvo presente el secretario general de la organización, el kuwaití Jasem Mohamed Albudaiwi. El jefe de la diplomacia omaní, que condujo las negociaciones preliminares entre iraníes y saudíes, recibió de buen grado el deshielo bilateral auspiciado por China. “Este acuerdo representa un paso importante en el contexto de los objetivos comunes de los países del Consejo de Cooperación del Golfo”, trasladó a sus homólogos. 

“El Consejo expresó su esperanza de que este acuerdo constituya un paso positivo para resolver las diferencias y poner fin a todas las disputas regionales a través del diálogo y los medios diplomáticos”, recogió la declaración final de la organización, que reconocía “el valor de los esfuerzos de mediación” que antes de China habían ejercido tanto el sultanato de Omán como Irak, en ambos casos sin éxito. Pero el gigante asiático no se conforma con eso y pretende organizar a corto plazo una cumbre entre Irán y los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, de acuerdo con el Wall Street Journal. 

Consejo de Cooperación del Golfo

Yemen es el único país de la península arábiga que no forma parte del grupo. La evolución de la guerra dependerá en gran medida de la recomposición de las relaciones irano-saudíes. Teherán se comprometió a persuadir a los hutíes de rebajar la confrontación. Pero la organización árabe, que encabeza Riad, mantiene inamovible su postura sobre Yemen. “El Consejo afirmó su pleno apoyo al Consejo de Liderazgo Presidencial [el Gobierno yemení reconocido por la comunidad internacional] y sus entidades de apoyo para lograr la seguridad y la estabilidad”, recoge el comunicado, que pide a los rebeldes respaldados por Irán que “respondan a las peticiones del Consejo de Liderazgo Presidencial para negociar bajo la supervisión de las Naciones Unidas con el objetivo de alcanzar una solución política”.  

Otro escollo para reconfigurar las relaciones entre Irán y el Consejo de Cooperación del Golfo será el litigio sobre las islas de Abu Musa, Tumb Mayor y Menor. La organización árabe condenó de nuevo “la ocupación iraní de las tres islas bajo soberanía de Emiratos Árabes Unidos” y pidió a la República Islámica abandonar las tres islas, y renunciar a las aguas territoriales, el espacio aéreo, la plataforma continental y la zona económica exclusiva, así como resolver el contencioso mediante “negociaciones directas” o a través de la Corte Internacional de Justicia.

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