Desde el bloque oriental de Tobruk se sigue manteniendo el cierre de yacimientos petroleros

La exportación de petróleo libio sigue atascada por los enfrentamientos políticos internos

photo_camera AFP/ABDULLAH DOMA - Tanque en el puerto petrolero de Al-Sidra, a unos 25 kilómetros al este de la ciudad norteña de Ras Lanuf

Las diferencias políticas en Libia siguen propiciando los retrasos en la exportación de petróleo libio. Grupos tribales de la zona orienta de Tobruk mantienen cerradas zonas petroleras importantes del área a pesar de que el nuevo primer ministro designado por el Parlamento, Fathi Bashagha, anunció la reapertura de las explotaciones petrolíferas. 

Estos grupos orientales provocaron el cierre de campos petroleros en protesta por el mantenimiento en el poder de Abdul Hamid Dbeibé como primer ministro a pesar de haber sido decretado su relevo para que le sustituya Fathi Bashagha, una situación que mantiene suspendidas las exportaciones petroleras desde el mes de abril. 

El primer ministro interino Fathi Bashagha manifestó la semana pasada que los campos petroleros y los puertos cerrados en el país se reabrirían después de que los manifestantes acordaran levantar los bloqueos, pero no se dio una fecha exacta, como informó Bloomberg. Los cierres que comenzaron el 17 de abril han reducido la producción de petróleo de Libia en un 50% el último mes, como indicó el medio Middle East Monitor. Se iba a producir la reapertura de campos petroleros gracias a los esfuerzos de la Cámara de Representantes y el Gobierno libio, pero la entidad que gestiona el sector petrolero libio, National Oil Corporation, no emitió un comunicado oficial sobre la vuelta al funcionamiento de estos campos petroleros detenidos, como informó el medio Al-Arab News. 

Fathi Bashagha fue nombrado primer ministro por el Parlamento de Tobruk

Este cierre petrolero provocó una disminución de la producción de 600.000 barriles diarios, lo que significó pérdidas diarias que el Ministerio de Petróleo de Libia cifró en unos 60 millones de dólares. Todo ello precisamente en una época complicada en la que Estados Unidos y la Unión Europea han venido pidiendo en las últimas semanas que se aumente la producción petrolero mundial para bajar los precios del crudo ante la crisis energética actual derivada de la invasión rusa de Ucrania, que está afectando a los precios del petróleo. Aunque esta petición también se ha encontrado con el escollo de la negativa de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que ha mantenido el nivel de producción pactado por el organismo junto a otros socios externos como Rusia que forman conjuntamente la OPEP+, dando muestra del distanciamiento de determinados países como Arabia Saudí y Emiratos con el gigante norteamericano, al que critican por abandonar políticamente a Oriente Medio ante la última falta de interés por parte del Gobierno estadounidense de Joe Biden en la región. 

"Restaurar la producción de petróleo de Libia es importante para el pueblo libio y la economía global", manifestó la Embajada de Estados Unidos en Libia, la cual pidió también una mayor transparencia en la distribución de los ingresos por el petróleo. 

Los grupos tribales de Tobruk quieren la salida de Abdul Hamid Dbeibé ya que consideran que su mandato expiró porque había sido designado para conducir la transición política hacia unas elecciones que debían haberse celebrado en diciembre de 2021 y estas se suspendieron porque no se daban las condiciones democráticas necesarias. Después de la suspensión de los comicios la Cámara de Representantes llevó a cabo un procedimiento que terminó en el nombramiento de Bashagha como nuevo primer ministro interino, aunque Dbeibé se ha seguido aferrando a su cargo. 

Abdul Hamid Dbeibé

Dbeibé es el líder del Gobierno de Unidad Nacional que salió elegido de manera interina para llevar a cabo la transición democrática en el país después de la cruenta guerra civil que ha enfrentado durante los últimos años al Gobierno de Acuerdo Nacional liderado por el anterior primer ministro Fayez al-Sarraj, que estaba radicado en Trípoli y apoyado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), Turquía e Italia, y al Ejército Nacional de Libia dirigido por el mariscal Jalifa Haftar, que ha estado recibiendo el soporte de otras naciones como Rusia, Egipto o Francia y que ha estado aliado con el otro Gobierno oriental de Tobruk.

La guerra civil libia empezó en 2014 entre los bandos que pretendían hacerse con el poder tras la caída de Muamar el Gadafi y se intensificó a lo largo de los últimos años convirtiéndose en un conflicto internacionalizado con la participación de diferentes países interesados en la situación geoestratégica del país norteafricano y en sus recursos, principalmente el petróleo.

Abdul Hamid Dbeibé fue designado primer ministro en funciones en 2021 tras el acuerdo alcanzado por las partes enfrentadas para llevar a cabo una transición democrática orientada a la celebración de elecciones a finales de ese año, pero estas se suspendieron porque no se daban las condiciones necesarias y tras el paso de los meses llegó el 10 de febrero la decisión del Parlamento de Tobruk de nombrar a Fathi Bashagha como nuevo primer ministro, a lo que las fuerzas leales a Dbeibé se han opuesto. Cabe destacar que la Administración de Tobruk, ligada a Haftar, ha venido recibiendo el apoyo de Rusia, entre otras naciones, y Dbeibé es una persona muy ligada a Turquía ya que ha tenido bastante relación empresarial con el país euroasiático. El Parlamento de Tobruk, vinculado al mariscal Haftar, consideró que el mandato de Abdul Hamid Dbeibé había terminado porque se habían suspendido las elecciones previstas y de esta forma se acabó produciendo el nombramiento de Fathi Bashagha. 

Cámara de Representantes, en la ciudad oriental de Tobruk

Como informa Al-Arab News, los grupos tribales orientales señalan que "solo negociarán con un partido que consideren legítimo y cumpla con las aspiraciones del pueblo”. Ahora parece ser que las diferencias entre los grupos de Tobruk se manifiestan entre los que quieren la vuelta al funcionamiento del sector petrolero en la zona, representados por el presidente del Parlamento de Tobruk, Aguila Saleh, y aquellos que insisten en el cierre petrolero, que podrían estar recibiendo directrices del propio Ejército libio dirigido por Jalifa Haftar, como indicó el medio Al-Arab News. 

Los elementos que insisten en el cierre de instalaciones petroleras reclaman que se ceda el poder al Gobierno de Bashagha y evitar la denunciada corrupción política hasta que se llegue a un acuerdo sobre la distribución equitativa de la riqueza entre todas las regiones de Libia.

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