Alemania y Reino Unido han visto desoída su petición de incluir a la Guardia Revolucionaria en la lista negra de la Unión Europea

La Guardia Revolucionaria se queda fuera del nuevo paquete de sanciones de la UE

photo_camera AFP/KENZO TRIBOUILLARD - El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell

La represión del Gobierno iraní contra las protestas que inundan las calles de Teherán desde la muerte de Mahsa Amini ha provocado una nueva ola de sanciones contra funcionarios y entidades de Irán. Se trata del cuarto paquete de sanciones acordado por los ministros de Relaciones Exteriores, reunido en esta ocasión en Bruselas. Hasta 37 funcionarios y entidades iraníes han sido incorporados a una lista de congelación de activos y prohibición de visas, lo que ha sido un movimiento coordinado con Reino Unido y Estados Unidos que han incrementado sus acciones contra el régimen Ayatolá.

Sin embargo, una de las peticiones formuladas por el propio Reino Unido junto con Alemania de catalogar al IRGC (Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica) como grupo terrorista no ha llegado a buen puerto. Según el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, la Guardia Revolucionaria no podía pasar a formar parte de la lista de organizaciones terroristas sin una decisión judicial previa. “Hay muchas opiniones interesantes al respecto, pero es algo que no puede decidirse sin una decisión de un tribunal primero”, señalaba Borrell a su llegada al Consejo de Ministros de Exteriores de la Unión.

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“Tiene que ser cuando un tribunal de un estado miembro emite una declaración legal, una condena concreta y luego trabajamos a nivel europeo, pero primero tiene que haber una decisión judicial”, explicaba el que fuera ministro de Asuntos Exteriores en España. De esta forma, Alemania y Países Bajos veían su solicitud denegada, tras unas declaraciones en las que el propio Borrell decía que “no puedes decir que te considero terrorista porque no me gustas”. Por su parte, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock solicitó que la Unión “aclare” las cuestiones legales para poder designar a la Guardia Revolucionaria como un grupo terrorista.

El objetivo de las nuevas sanciones se ha centrado en representantes del Gobierno y el parlamento iraní, así como personajes relevantes a nivel político y mediático. Y, a pesar de no poder arremeter directamente contra el IRGC, sí han aplicado sanciones contra miembros de alto rango de este, como los generales de brigada Ahmad Kadem, Mohammad Nazar Azimi y Mohammad Karami, acusados de ser responsables de la brutalidad de la represión, así como de asesinatos de varios manifestantes. También se encuentra entre los afectados por el paquete de sanciones el ministro de Deportes y Juventud, Hamid Sajjadi.

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Estas nuevas medidas se unen a las que ya se habían impuesto a más de sesenta funcionarios y entidades iraníes, entre los que se incluía la denominada policía de la moral – cuyo desmantelamiento fue anunciado por el Gobierno de Teherán –, comandantes del IRGC y los medios de comunicación estatales. El secretario de Relaciones Exteriores británico, James Cleverly considera que “los sancionados hoy, desde las figuras judiciales que utilizan la pena de muerte con fines políticos hasta los matones que golpean a los manifestantes en las calles, están en el centro de la brutal represión del régimen contra el pueblo iraní”.

La situación de Irán se vuelve más compleja cada día que pasa. Las protestas contra la dictadura que lleva más de cuatro décadas sometiendo a la población han llegado en un momento en el que las relaciones con Occidente se encontraban en un punto delicado. Las encalladas conversaciones para el nuevo acuerdo nuclear estaban deteriorando los vínculos con Teherán, que ha continuado enriqueciendo uranio desde la ruptura del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) tras la salida unilateral de Estados Unidos en 2018. Así, las sanciones contra Irán no suponen sino una muestra más de que las posturas hoy en día con el país presidido por Ebrahim Raisí no podrían estar más alejadas.

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