La incursión militar rusa en Ucrania es el más pesado de los factores detrás de la caída del 1% en el avance económico mundial proyectada para este año

La guerra en Ucrania disminuirá el crecimiento económico global y podría generar una recesión en los países en desarrollo

FAO/ Maxim Zmeyev - Cosecha de trigo en la Federación de Rusia

La Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) redujo este jueves un 1% sus previsiones de crecimiento global en 2022, colocándolas en 2,6%

El director de la División de Globalización y Estrategias de Desarrollo de la UNCTAD, Richard Kozul-Wright indicó que en septiembre del año pasado habían anticipado que la economía mundial crecería alrededor del 3,6%

“Por supuesto, el principal factor entre los que contribuyen a este ajuste es la guerra en Ucrania”, explicó Kozul-Wright en declaraciones a la prensa en Ginebra. 

Frente a la inflación al alza y la enorme carga de un billón de dólares de deuda que soportan los países en desarrollo, el organismo de la ONU denunció las medidas financieras inadecuadas que se han tomado para ayudar a esas naciones a resistir la inestabilidad del tipo de cambio, el incremento de las tasas de interés y el aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y combustibles. 

De acuerdo con el organismo, es urgente una reforma fiscal multilateral a gran escala -posiblemente de la magnitud y ambición del Plan Marshall de Estados Unidos para la reconstrucción de Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial- con el fin mejorar la liquidez financiera de los países en desarrollo y evitar su hundimiento económico. 

En este sentido, la UNCTAD, apeló al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial para entrar en escena. 

Medidas urgentes 

“Hay una perspectiva de empeoramiento rápido para la economía mundial en 2022. Después de dos años de crisis con la pandemia de COVID-19, la tasa promedio de crecimiento de la economía mundial será del 2,6%, por debajo del 5,5% del año pasado y de las proyecciones que se hicieron en el último trimestre de 2021”, subrayó la secretaria general de la UNCTAD. 

Rebeca Grynspan pidió “medidas de emergencia del FMI y el Banco Mundial”, aludiendo a la activación de instrumentos de financiación rápida que el Fondo Monetario puede proporcionar para ayudar a los países con problemas en su balanza de pagos. 

Unsplash/Bernd Dittrich Camiones conducidos automáticamente transportan contenedores marítimos en un puerto de Rotterdam (Países Bajos)

“Las condiciones se están deteriorando para todos”, advirtió, citando la crisis climática y las sucesivas sequías en el Cuerno de África, la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania como factores que afectan a la economía mundial. 

Incluso los países relativamente ricos han buscado ayuda del sistema internacional para mantenerse a flote, apuntó. 

“Pakistán recurrió al FMI a fines del año pasado. Sri Lanka acudió ahora para organizar un programa. Egipto, que ya estaba en un programa, ha vuelto para renegociar. Estos no son países menos desarrollados, son países de ingresos medios que se encuentran bajo una seria presión económica y, en algunos casos, política como consecuencia de los embates que enfrentan en este momento”, enfatizó Kozul-Wright. 

Los más afectados 

Pero son los países más pobres y dependientes de las importaciones los que se verán más afectados por la ralentización económica mundial y podrían sufrir una recesión, insistió la UNCTAD. 

“Los países en desarrollo se llevan la peor parte debido al pronunciado aumento de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes, y a la presión financiera en la que ya se encuentran”, precisó Grynspan. 

Aunque todas las regiones se verán afectadas negativamente por esta crisis, es probable que los grandes exportadores de productos básicos se beneficien con el aumento de los precios, apuntó Kozul-Wright que, sin embargo, estimó que el desempeño económico de la Unión Europea registrará una baja bastante significativa este año, al igual que algunas partes del centro y sur de Asia. 

Las recomendaciones de la UNCTAD destacan la necesidad de una reforma financiera global que dé a los países en desarrollo el espacio económico para un crecimiento razonable que les permita pagar el servicio de deudas agobiantes. 

“El servicio de la deuda en 2020 para los países en desarrollo, excluida China, ya era de un billón de dólares. Ese es el tipo de presión financiera en la que se hallan los países en desarrollo”, precisó Kozul-Wright. 

“Sabemos y hemos argumentado en el pasado que las iniciativas del G20, en especial la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda, son bienvenidas. Pero claramente fue insuficiente ya que sólo proporcionó unos 11.000 millones de dólares a los países que cumplían con los requisitos”, agregó. 

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