El GNA ha asegurado que responderá a la ofensiva llevada a cabo por aviones Rafale, que probaría la implicación de algunos de los socios del LNA

La guerra escala en Libia tras el ataque contra las posiciones turcas en Al-Watiya

AFP/MAHMUD TURKIA - Un hangar destruido en la base aérea de Al-Watiya, al suroeste de la capital Trípoli, el 18 de mayo de 2020 tras su reconquista por el GNA

Tras dos semanas de relativa calma en la contienda libia, abierta en 2011, los combates se han vuelto a intensificar después de que este domingo una fuerza no identificada, hasta el momento, lanzara una ofensiva aérea contra la base de Al-Watiya, donde Turquía había anunciado recientemente sus planes de construir una instalación militar. La base había sido reconquistada en el mes de mayo por el aliado de Ankara, el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, por sus siglas en inglés), liderado por el primer ministro Fayez Sarraj, un logro que había supuesto un duro golpe a las ambiciones de la facción rival, el Ejército de Liberación Nacional (LNA, por sus siglas en inglés), comandado por el mariscal Jalifa Haftar, de dominar todo el territorio del país, en una campaña que arrancó en el mes de abril de 2019.

Un oficial del Ministerio de Defensa turco ha confirmado que el ataque contra sus posiciones “ha dañado algunos sistemas en la base aérea”, sin concretar más detalles. No obstante, una fuente militar citada en medios turcos ha reconocido que recibieron “9 ataques aéreos de precisión contra los sistemas de defensa aérea turcos”, que se habían instalado recientemente en Al-Watiya, en una de las primeras fases del desarrollo de la base militar. Los bombardeos “tuvieron éxito”, puesto que dejaron “3 radares completamente destruidos”. En cuanto si ha habido daños personales, fuentes consultadas por Al-Arabiya informaron de que “líderes de la inteligencia turcos resultaron heridos” y que “fueron trasladados en avión a hospitales de Trípoli y a otras instalaciones en Turquía”. Por su parte, el diario local Libya Akhbar ha reportado la muerte de seis oficiales turcos, entre ellos un comandante, aunque estas informaciones todavía están por confirmar. 

El ministro de Defensa turco Hulusi Akar a su llegada a Trípoli, Libia, el 3 de julio

Sobre los motivos del ataque, existen varias hipótesis: por un lado, se habría producido en respuesta a la visita de una delegación turca encabezada por el ministro de Defensa Nacional, Hulusi Akar, y el jefe del Estado Mayor, Yasar Guler, a la capital libia, Trípoli, este fin de semana. El objetivo del viaje había sido el refuerzo de la cooperación bilateral con el GNA, un marco en el que se incluyen los planes de Turquía de introducir a Libia en su órbita de influencia una vez acabada la guerra, con la construcción de dos bases militares o la penetración de las empresas de la nación euroasiática en los sectores estratégicos del país norteafricano, como el energético. Al término de las reuniones, donde también participó el primer ministro Fayez Sarraj, Akar también anunció la creación de “equipos militares conjuntos” terrestres, marítimos y aéreos entre las fuerzas del GNA y el Ejército turco. El ministro, acompañado de su equipo, visitó asimismo a las tropas turcas desplegadas en el buque de guerra TCG -actualmente en aguas del Mediterráneo frente la costa libia-, que se ha convertido en el centro de operaciones de Ankara para la guerra libia. 

En una rueda de prensa celebrada al término de su visita a Trípoli, el ministro de Defensa reivindicó “la soberanía turca y el retorno después de la retirada de los antepasados para permanecer para siempre en Libia”, un mensaje impactante que fue acompañado del mismo modo de una imagen polémica, ya que compareció ante los medios en solitario, sin la presencia de ningún representante del GNA, y con las dos banderas de Turquía y Libia detrás suya al mismo nivel.

El ministro de Defensa turco Hulusi Akar a su llegada a Trípoli, Libia, el 3 de julio

Esto provocó el estallido de manifestaciones contra el intervencionismo turco en alguno de los feudos del LNA, como Bengasi, donde centenares de libios se echaron a las calles para protestar contra las ambiciones de la nación euroasiática en su territorio, a la que acusan de ser una “nueva colonizadora”, según declaraciones recogidas por el canal árabe de RT. También aparecieron pancartas con la figura del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, caricaturizada, y con mensajes como “Libya is not for sale” (“Libia no está a la venta”). Además, carteles en apoyo del LNA y banderas de Egipto, uno de los principales baluartes de este bando, fueron vistos en las protestas. “Estamos en contra de la conquista turca y en contra del GNA de Trípoli y, si Dios quiere, saldremos victoriosos”, clamaba una manifestante, Mona al-Farsi, en unas declaraciones recogidas por Associated Press.

Por otro lado, la segunda hipótesis que se contempla es que la ofensiva haya sido fruto de una petición del Consejo de Ancianos de Cirenaica, que había solicitado al LNA, al que han mostrado su apoyo, una “demostración de fuerza contra Turquía para el 5 de julio”, según han informado desde The Political Room. Esta teoría está apoyada por las informaciones que ha publicado la agencia Nova, que recoge que la Sala de Operaciones de la Fuerza Aérea del Comando General del LNA en Bengasi, Cirenaica, “afirmó haber golpeado los sistemas antiaéreos instalados por Turquía cerca de la base aérea de Al-Watiya”. De acuerdo con esta hipótesis, “las incursiones habrían comenzado desde la base aérea de Al-Jufra, en el centro-norte de Libia, donde mercenarios habían controlado a los Mig-29 y Sukhoi-24 transferidos desde Rusia”.

Manifestación en contra de la intervención turca en Libia, en Bengasi, el 5 de julio de 2020
Aviones Rafale implicados

El oficial turco que ha reconocido los daños en las instalaciones también ha responsabilizado de la ofensiva al LNA, algo que no ha sido ni confirmado ni desmentido por las fuerzas de Haftar, más allá de la información de la que se ha hecho la agencia Nova y que está aún por verificar.

Lo que sí parece estar más claro es que en el ataque han estado involucrados aviones de combate del modelo francés Rafale, que forman parte de la flota del Ejército de Egipto, según ha informado el medio local 218 News. La autoría de la ofensiva podría ser atribuida, por tanto, al país liderado por Abdel Fattah al-Sisi, mandatario que lanzó hace dos semanas una potente mensaje contra Turquía, en el que le amenazaba con una intervención militar directa si no frenaba su avance sobre territorio libio y, en concreto, sobre el enclave geoestratégico petrolero de Sirte, actualmente bajo el dominio del LNA. Sin embargo, los medios locales también sopesan que otros países aliados de Haftar como Francia o Emiratos Árabes Unidos (EAU), que también cuentan con cazas Rafale en sus Fuerzas Armadas, hayan estado implicados en la ofensiva. 

Los diarios tampoco descartan que haya sido obra del propio LNA. De hecho, el general de brigada del Ejército del mariscal, Khaled al-Mahjoub, ha asegurado este lunes que “pronto se realizarán otros ataques similares al de la base”, porque “estamos en una guerra real con Turquía, que tiene ambiciones petroleras en Libia”, según ha podido saber Al-Arabiya.

Un avión de combate francés Rafale en el portaaviones Charles de Gaulle, frente a la costa oriental de Chipre en el mar Mediterráneo
La respuesta de Turquía

Apenas 12 horas después de conocerse el ataque, fuentes locales han informado a Al-Arabiya de que una gran cantidad de efectivos turcos que estaban desplegados en Al-Watiya han comenzado a abandonar las instalaciones. Pero ante esta “derrota”, la Dirección de Comunicaciones de Turquía ha publicado en su cuenta de Twitter una infografía en la que se resalta la importancia de Al-Jufra, donde se ubica la que está considerada como la mayor base aérea de Libia, actualmente en manos del LNA y protegida por dos aliados de este último, Francia y Rusia. “¿Por qué es importante la base aérea de Jufra?”, se titula el tweet. “Parece que el Gobierno turco está poniendo en su diana a Jufra después del ataque a sus activos en Al-Watiya”, sostiene el analista Samer Al-Atrush en dicha red social. En este mensaje de la Dirección turca se podría vislumbrar el nuevo movimiento estratégico que estaría preparando Turquía en la contienda libia: la conquista de Al-Jufra, aunque de momento no parece contar con muchas opciones debido al refuerzo de la presencia militar de los socios del LNA.

Por su parte, el GNA, aliado inestimable de Ankara, ha asegurado a través de su viceministro de Defensa, Salah Al-Namroush, que “responderán” a la ofensiva y que esto se producirá “en el momento y lugar correctos”, según ha recogido la agencia turca de noticias Anadolu. 
 

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