La resolución propuesta por el Comité Ministerial del Cuarteto Árabe, en repulsa de las relaciones entre Hezbolá y el Frente Polisario, ha sido respaldada por todos los miembros de la Liga Árabe

La Liga Árabe condena la injerencia iraní en la cuestión del Sáhara

photo_camera PHOTO/ARCHIVO - Cumbre de Estados miembro de la Liga Árabe

La capital egipcia de El Cairo acogía este miércoles la cumbre del Consejo de la Liga de los Estados Árabes a nivel de los ministros de Relaciones Exteriores, en un encuentro en que todos los países miembro han convenido el respaldo de una resolución propuesta por el Comité Ministerial del Cuarteto Árabe. En el documento, el comité presidido por Arabia Saudí y conformado por Bahréin, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y el secretario general de la organización, el egipcio Ahmed Aboul Gheit, recogían su condena a la injerencia de Teherán y del grupo armado afín, Hezbolá, en la cuestión del Sáhara

El Comité Ministerial del Cuarteto Árabe tenía como propósito el monitoreo de las conflictivas relaciones diplomáticas entre Rabat y Teherán. Unas relaciones que llegaron a su fin cuando, en mayo de 2018, el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita, afirmaba disponer de “pruebas y datos” de la implicación de diplomáticos iraníes en Argelia como “facilitadores” entre Hezbolá y el Frente Polisario en las “acciones de guerrilla urbana y ataques contra el Reino de Marruecos”. 

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La resolución adoptada por el Consejo de la Liga Árabe ha llamado a la solidaridad con Rabat frente a las interferencias de Irán y Hezbolá en los asuntos relacionados con el territorio saharaui. Especialmente en el armamento y entrenamiento de los miembros del grupo separatista del Frente Polisario que “buscan socavar la integridad territorial, la seguridad y la estabilidad” del Reino alauí. 

Estas prácticas peligrosas e inaceptables son una extensión de las acciones del régimen iraní destinadas a socavar la seguridad y la estabilidad regionales”, recogía el documento del Comité Ministerial. 

Sobre esta resolución, el periodista y analista político de origen argelino, Oualid Kebir, ha afirmado para el medio Morocco World News que el documento supone “un doloroso golpe para el régimen militar”. Según ha explicado Kebir, Argel ha realizado muchas concesiones muy significativas para conseguir que la siguiente cumbre de la Liga de los Estados Árabes –programada para los días 1 y 2 de noviembre– se celebre en la capital argelina. Entre estas concesiones se encontrarían “claramente, las declaraciones del consejo de la Liga Árabe, que muestran pleno apoyo a la integridad territorial de Marruecos”, decía el periodista. Unas declaraciones que entrarían en conflicto con la postura argelina a favor de la independencia del territorio saharaui y en apoyo al Frente Polisario. 

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En este sentido, el voto favorable de los ministros de Asuntos Exteriores va a permitir a Argel acoger un encuentro que simboliza una suerte de victoria diplomática, ya que el país ha sido definido por varios analistas como una potencia con “escasa influencia en el entorno árabe”

Además, el encuentro de los miembros del Consejo de la Liga de Estados Árabes se ha saldado con la adopción de un documento elaborado por Rabat que condena la explotación de los niños en los conflictos armados. Una propuesta que nace de la iniciativa marroquí contra el uso de menores en los asuntos militares, y que propone considerar a los estados anfitriones de grupos armados con niños soldado entre sus filas, como responsables de esta realidad. Rabat considera que estos Estados tienen “la misma responsabilidad penal que estos grupos” que arman y financian grupos armados. 

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En esta línea, el Reino alauí pretende hacer responsable a Argel del reclutamiento de menores llevado a cabo por el Frente Polisario, al que el país acoge en su territorio. Según varios observadores internacionales, el grupo armado somete a entrenamiento militar a niños de los campamentos de refugiados saharauis de la región de Tinduf, en Argelia. Algo ante lo que el Gobierno de Argel habría estado eludiendo su responsabilidad. 

La Liga Árabe y Teherán 

Esta no es la primera vez que la organización árabe condena la injerencia iraní en los asuntos internos del Reino. Tras la ruptura de relaciones en el año 2018, los Estados miembro de la Liga Árabe mostraron su total solidaridad a Rabat en su denuncia del grupo libanés Hezbolá –respaldado por Irán – al que acusó de proporcionar entrenamiento militar y armamento al Frente Polisario. En este sentido, son varios los países de la región que han culpado a Teherán de interferir en los asuntos internos mediante grupos armados, como es el caso de los hutíes en Emiratos Árabes Unidos. 

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Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán rechazó, en el mes de enero, todas las afirmaciones del ministro marroquí, Nasser Bourita, sobre los intentos iraníes de infiltrarse en el norte de África y extender el chiismo en el continente, y calificó estas declaraciones de “proyecciones infundadas”

Por si fuera poco, esta nueva condena de las injerencias de la República Islámica por parte de las potencias árabes coincide con las negociaciones de los acuerdos nucleares de 2015 (JCPOA, por sus siglas en inglés), celebradas en la capital austriaca de Viena. Además, tras el inicio del conflicto ruso-ucraniano, las negociaciones han ralentizado su ritmo y la postura de Teherán se ha visto influida por su apoyo al Kremlin. Algo que se ha materializado con la llamada del presidente iraní, Ebrahim Raisi, a su homólogo ruso, Vladímir Putin, al que mostró su apoyo afirmando que “la expansión de la OTAN es una grave amenaza para la estabilidad y la seguridad de los estados independientes en varias regiones”. 

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