Existe hasta el 6 de septiembre para un tercer y último lanzamiento antes de la llegada del periodo de tormentas sobre Florida

La NASA se la juega en su próximo intento de despegue de Artemis I

photo_camera PHOTO/NASA-Cory Huston - Los directivos, ingenieros y técnicos de la NASA han reprogramado para el sábado, 3 de septiembre, el segundo intento de despegue de la misión Artemis I con destino a la Luna

El segundo intento de despegue del mega lanzador espacial de la NASA ya está fijado para el 3 de septiembre, a partir de las 20:17 hora peninsular española ‒las 14:17 en horario de la costa Este de Estados Unidos‒, cuya la ventana de lanzamiento se prolongará durante las dos horas siguientes.

Así lo ha acordado el equipo de gerentes del programa Artemis en su reunión del 30 de agosto. La sesión extraordinaria ha estado presidida por la directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson que, por causas técnicas, decidió abortar el primer intento de vuelo de la misión Artemis 1 del día 29 de agosto rumbo a la Luna.

En un comunicado oficial emitido a las 03:03 de la madrugada, hora peninsular española ‒las 21:03 en el Centro Espacial Kennedy de Florida‒, la NASA confirma que durante el primer intento de lanzamiento, “los equipos no pudieron enfriar los cuatro motores RS-25 a aproximadamente -250º Centígrados y el motor numero 3 mostró temperaturas más altas que los otros”. Además, se produjo una fuga de hidrógeno (…), lo que motivó la difícil decisión de Charlie Blackwell-Thompson de suspender el despegue. La vicepresidenta Kamala Harris estaba en el Centro Kennedy para presenciar en directo el importante acontecimiento.

PHOTO/NASA-SSC - Uno de los cuatro motores potentes RS-25 de la etapa principal del lanzador SLS, que en su conjunto deben proporcionar cerca de un millón de kilos de empuje y que junto a los dos aceleradores laterales levantan 2.600 toneladas

Según los datos que ha facilitado el gerente de la NASA para el lanzador SLS, John Honeycutt, “tres de los motores RS-25, el 1, el 2 y el 4, disminuyeron su temperatura a unos -245º centígrados, pero el motor nº 3 solo estaba a unos -230º centígrados, según los sensores de temperatura”. La causa principal del problema que refleja en sus informes el equipo de ingenieros de control en tierra es que la anomalía se debe “a un sensor de temperatura defectuoso y no a una disminución del flujo de hidrógeno líquido en el motor”. 

Blackwell-Thompson ha indicado que reemplazar el sensor mientras el cohete SLS está en la plataforma de lanzamiento “probablemente no sea lo ideal”, además de que no podría llevarse a cabo antes del final del periodo en que puede llevarse a cabo el lanzamiento, que concluye el 6 de septiembre, antes del comienzo del periodo de lluvias y tormentas sobre Florida.

PHOTO/NASA-Kim Shiflett - Presidida por la directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, la reunión de gerentes del programa Artemis celebrada el 30 de agosto ha comprobado la falta de tiempo para reemplazar el sensor de temperatura defectuoso
La NASA no puede permitirse un fracaso

La decisión se ha tomado de acuerdo con la propuesta del equipo de ingenieros y técnicos de la NASA y del contratista principal de los motores, Aerojet Rocketdyne. “Lo único que puedo hacer es replicar el éxito que tuvimos en el Centro Espacial Stennis a principios de 2021”, ha precisado John Honeycutt. Consiste en modificar el procedimiento establecido, “adelantar la prueba en la línea de tiempo” y comenzar a hacer fluir hidrógeno en los cuatro motores entre 30 y 45 minutos antes del despegue. 

En el caso de que el 3 de septiembre surja de nuevo el mismo problema de temperatura y los ingenieros en tierra consideren que el sensor está defectuoso y que el motor n° 3 se enfría correctamente, será posible continuar con la cuenta atrás, siempre que Charlie Blackwell-Thompson, como la máxima responsable del lanzamiento, así lo decida.

Los cuatro RS-25 proporcionan cerca de un millón de kilos de empuje y junto con los dos aceleradores laterales de combustible sólido, generan en conjunto las 3.992 toneladas de empuje que consiguen levantar del suelo las 2.600 toneladas del cohete SLS de 98,15 metros de altura.

PHOTO/NASA-Michoud - El responsable del lanzador SLS, John Honeycutt, ha informado que el criterio del equipo de ingenieros de control en tierra es que la causa principal del problema de temperatura en uno de los motores y no es una disminución del flujo de hidrógeno líquido

Ni la NASA ni tampoco la Administración Biden pueden permitirse el fracaso del vuelo inaugural de la primera prueba real integrada del cohete SLS, la cápsula espacial Orión que viaja en su parte superior y los sistemas terrestres que se han levantado en Centro Espacial Kennedy. La seguridad del lanzamiento debe estar garantizada en todos sus parámetros.

El despegue de la misión Artemis 1 significa el arranque del gran programa espacial del siglo XXI de Estados Unidos, cuya primera etapa es regresar a la Luna. Pero el programa Artemis va mucho más allá y la NASA lo considera “el primer paso en la próxima era de exploración humana”. 

PHOTO/NASA-Bill Ingalls - La misión Artemis 1 significa el arranque del gran programa espacial del siglo XXI de Estados Unidos. Su primera etapa es regresar a la Luna y preparar los vuelos tripulados a Marte en un futuro cercano
Paso previo para viajar a Marte

Tony Carro, quien durante muchos años y hasta fechas recientes ha sido el representante de la NASA en España, concreta ese deseo de ir más lejos. Desde su amplio conocimiento de la ciencia y la tecnología espacial y sus muchos años en la Agencia, ha declarado a ATALAYAR que el programa Artemis “es un paso esencial, cuyo objetivo es preparar los vuelos tripulados a Marte en un futuro cercano”.

La ambición proclamada por la Agencia espacial norteamericana es hacer realidad ese gran salto “junto con socios comerciales e internacionales y establecer una presencia sostenible en la Luna para prepararse para las misiones a Marte”. Y las infraestructuras de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy, el cohete SLS y la cápsula tripulada Orión ‒en cuya construcción ha participado la Agencia Espacial Europea, ESA‒ son los principales grandes instrumentos del programa Artemis.

La cápsula Orión volará en esta ocasión sin tripulación alrededor de la Luna e incluso 64.000 kilómetros más allá, una distancia mucho mayor de la que jamás ha alcanzado una astronave tripulada en el espacio ultraterrestre. Pero lo hará sin astronautas, ya que la finalidad de la misión Artemis I es evaluar y verificar que SLS y Orión cumplen las condiciones de seguridad y fiabilidad para transportar astronautas hasta la Luna a partir de 2025.

PHOTO/NASA-Kim Shiflett - La directora de lanzamiento, Charlie Blackwell-Thompson, se enfrenta a lluvias esporádicas durante la ventana de lanzamiento del 3 de septiembre, lo que de producirse impide el despegue mientras se prolonguen

El momento más crítico que debe cumplir Orión es traer a los astronautas sanos y salvos de regreso a la Tierra. Por eso es determinante comprobar la fiabilidad que ofrece el nuevo escudo térmico que se ha diseñado y fabricado para proteger a la cápsula durante su reentrada en la atmósfera, que penetrará en sus capas altas a cerca de 40.000 km/h. 

El último comunicado oficial de la NASA indica que los meteorólogos militares de la Unidad de Lanzamiento Espacial Delta 45 “pronostican condiciones climáticas favorables para el sábado, 3 de septiembre”, aunque también expresa que “se esperan lluvias, que se prevé que sean esporádicas durante la ventana de lanzamiento”. La lluvia es una restricción al lanzamiento, pero si en algún momento pasa el frente lluvioso, Charlie Blackwell-Thompson estaría en condiciones de poder ordenar el despegue.

PHOTO/NASA-Bill Ingalls -  La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se desplazó desde Washington hasta el Centro Espacial Kennedy para presenciar el despegue de la misión Artemis I, que finalmente fue aplazada

Un fracaso en el comienzo efectivo del programa Artemis sería devastador y pondría en serias dudas la fiabilidad del lanzador SLS, cuyo desarrollo fue aprobado por el Congreso en 2010; se viene demorando desde 2017 y su lanzamiento inaugural está valorado en más de 4.000 millones de dólares.

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