Arabia Saudí pacta una compra de armas en un acercamiento a Rusia

La nueva geopolítica rusa en Oriente Medio

PHOTO/ Twitter: @kbsalsaud - El Príncipe Khalid firmó el acuerdo junto al Coronel General Alexander Fomin

Aprovechando el vacío de poder que esta dejado en Oriente Medio la Casa Blanca, con la salida de Afganistán sumado a la intervención militar rusa en Siria, las tensiones entre Arabia Saudí e Irán, la guerra en Yemen…el Kremlin se está convirtiendo en árbitro clave de la región, de esta manera, y como parte de su empuje geopolítico, Moscú busca estrechar las cooperaciones bilaterales con Riad a la vez que acercar posturas políticas con los diferentes actores regionales.

El Kremlin esta aprovechado la crisis de confianza mundial en Estados Unidos provocada por su salida de Afganistán para mostrar su hegemonía militar y tomar el relevo de Washington, buscando crear un nuevo orden regional. En la séptima edición del Foro Técnico-Militar Internacional Army 2021, la mayor exhibición estática y dinámica de sistemas de armas y material de defensa del complejo industrial-militar aeroterrestre y naval de la Federación de Rusia, el viceministro de Defensa del Reino saudí, el príncipe Khalid bin Salman, anunció un acuerdo para desarrollar la cooperación militar conjunta entre los dos países, que firmó junto con su homólogo ruso, el coronel general Alexander Fomin. Por su parte, el viceministro también se reunió con Sergey Shoygu, el ministro de Defensa ruso, y discutió formas de mejorar la cooperación militar entre las dos naciones.

Fotografia de archivo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, junto al príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, durante una reunión al margen de la cumbre del G20, en Osaka, Japón PHOTO/AP

Durante las últimas dos décadas, la dinámica de las relaciones ruso-saudíes se han caracterizado por su inestabilidad, ya que los periodos de acercamiento político entre los dos gobiernos se han visto interrumpidos, en repetidas ocasiones, por etapas de distanciamiento. Esta reunión entre los ministros de Defensa de ambas naciones ha abierto un camino hacia la cooperación y el dialogo entre dos de los actores más importantes en la región. 

Tras la visita oficial del rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz, a Moscú, en octubre de 2017, la primera de un monarca saudí en toda la historia. Moscú y Riad reanudaron sus relaciones diplomáticas después de la caída de la Unión Soviética. “Todo cambia”, dijo Putin en 2017, al ser preguntado por la profunda relación que Riad mantiene con Washington, mientras las autoridades saudíes comentaron que “unas relaciones estrechas con Estados Unidos, China y Rusia no son excluyentes”. 

El rey saudí Salman bin Abdulaziz Al Saud (R) se reúne con el presidente ruso Vladimir Putin en el Palacio Real de Al Yamamah, el 14 de octubre de 2019 PHOTO/SAUDI PRESS

Mientras, los países firmaban varios acuerdos militares para la producción de armamento en territorio saudí. La corporación rusa Rosoboronexport y el consorcio militar saudí suscribieron un memorándum sobre la compra de los derechos de fabricación de equipos militares ruso en Arabia Saudí. Además, ambas compañías estatales firmaron un contrato para la producción de fusiles Kaláshnikov A-103 y de munición en el país árabe.

Rusia y Arabia Saudí tienen un acuerdo para que la primera provea a la segunda de sistemas de lanzamiento de misiles antiaéreos S-400, conocidos como Triumph, los proyectiles son las novísimas armas que Moscú emplea en la guerra siria, considerados por los expertos como la pesadilla de los pilotos. La compra de los S-400 puede ser motivo de preocupación en Estados Unidos, quien sigue siendo el principal aliado de la monarquía saudí. 

Participantes extranjeros asisten a la ceremonia de apertura del foro técnico-militar internacional "Ejército-2021" en el Centro de Congresos y Exposiciones Patriot en la región de Moscú,el 23 de agosto de 2021 SPUTNIK/RAMIL SITDKOV

La compra de este armamento antimisiles por parte de Turquía  tensó las relaciones de Estados Unidos y la OTAN con el Gobierno de Erdogan. La Alianza critica que está tecnología no es compatible con la de otros socios de la OTAN, mientras que Washington considera que los S-400 suponen una amenaza para sus cazas de última generación. A Estados Unidos le preocupa que Turquía use los F-35 cerca del S-400 porque estos sistemas podrían recopilar y transferir datos que revelasen potenciales vulnerabilidades.

Desde 2015, con la intervención militar rusa en la guerra civil siria, el rol de Moscú en la región ha cambiado. En Siria, Moscú y Riad apoyan a bandos opuestos, siendo Rusia el principal aliado internacional del presidente Bachar al Asad y Arabia Saudí uno de los mayores críticos del régimen sirio. La manera en la que Rusia ha llegado a obtener esa influencia en la región tiene mucho que ver con el petróleo. Cuando los precios del petróleo colapsaron en 2014, la necesidad compartida de volver a subirlos se convirtió en el telón de fondo para un acercamiento saudí-ruso. Una faceta muy importante de esa colaboración se refiere al campo de la energía. Rusia y Arabia Saudí son los principales valedores del llamado acuerdo OPEP+ para reducir la producción de petróleo y mantener los precios estables. 

El presidente ruso Vladimir Putin (izq.) pronuncia un discurso ante la mirada del ministro de Defensa Sergei Shoigu  AP/KIRILL KUDRYAVTSEV

La inestabilidad en distintos países de Oriente Medio durante la última década también ha hecho aumentar las exportaciones de armamento a la región. Desde 2010, las exportaciones a países de esa zona han aumentado un 61% y representaron el 35% del total de las importaciones globales de armas de los últimos cuatro años. Riad está diversificando sus relaciones con espíritu pragmático y ese pragmatismo es el que ha llevado al reino a tener en cuenta a Rusia tras reconocer que, gracias a sus operaciones militares en Siria, se ha convertido en uno de los principales jugadores de Oriente Medio. 

Las ambiciones rusas son grandes y entre los dos países existen puntos de coincidencia importantes. Ambos Estados tienen una economía muy dependiente de los hidrocarburos, ambos están interesados en impedir que bajen los precios del crudo y ambos pueden beneficiarse de proyectos de colaboración en sectores que van desde la petroquímica hasta la agricultura. Los dirigentes rusos ven las potenciales inversiones saudíes como una forma de superar las sanciones financieras a las que se ven sometidos por Occidente a causa de su intervención en Ucrania en 2014. Esta hegemonía puede transformarse en una influencia rusa trascendente en la zona, que, aprovechando la convulsa situación de ciertos países como es el caso de Afganistán, pueden afianzarse en la región y absorber el papel de la política exterior de potencias como Estados Unidos, incluso de la Unión Europea que gradualmente va quedando relegada ante la creciente influencia asiática. 

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