La invasión de Ucrania por Rusia ha desplazado a ocho millones de personas dentro del país, y otros seis millones lo han abandonado

La ONU estima en más de 100 millones los desplazados forzosos

REUTERS/YARA NARDI - Refugiados de Ucrania en la Escuela Primaria nº 14 que ha sido convertida en refugio, en Przemysl, Polonia 28 de febrero de 2022

Por primera vez en la historia son más de 100 millones las personas que se encuentran en situación de desplazadas a la fuerza por el conflicto armado, la violencia, los ataques contra los derechos humanos o la persecución de cualquier tipo. Una cifra “asombrosa”, según el jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, y que debe suponer una “llamada a la acción” inmediata.

La guerra en Ucrania ha desembocado en un “récord que jamás se debería haber batido", según Grandi. 

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Estos cien millones de desplazados deben ser una llamada a la acción para resolver y evitar estos destructivos conflictos, terminar con la persecución y abordar las causas subyacentes que obligan a la gente inocente a huir de sus hogares”.

Según los nuevos datos de ACNUR la cantidad de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo aumentó a 90 millones a finales de 2021, impulsada por nuevas oleadas de violencia o conflictos prolongados en países como Etiopía, Burkina Faso, Birmania, Nigeria, Afganistán y República Democrática del Congo.

La invasión de Ucrania por Rusia, que comenzó en febrero, ha desplazado a ocho millones dentro del país, y otros seis millones han abandonado el país. En total, recuerda ACNUR, esta cifra de desplazados equivale al decimocuarto país más poblado del mundo. 

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Los datos incluyen refugiados y solicitantes de asilo, así como a los 53,2 millones de personas desplazadas dentro de sus fronteras por el conflicto.

“La respuesta internacional a las personas que huyen de la guerra en Ucrania ha sido abrumadoramente positiva, la compasión sigue viva. Necesitamos una movilización similar para todas las crisis del mundo, pero, en último término, la ayuda humanitaria es un paliativo, no una cura”, señala Grandi.

“Para revertir esta tendencia, la única respuesta es la paz y la estabilidad, para que las personas inocentes no se vean obligadas a apuesta entre el peligro grave en casa o la huida precaria y el exilio”, añade el jefe de ACNUR.
 

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