El Consejo de Seguridad muestra su “preocupación” por las violaciones de acuerdos militares por parte del Polisario

La ONU prorroga por un año la misión en el Sáhara Occidental

photo_camera PHOTO/ONU/ESKINDER DEBEBE - Consejo de Seguridad de la ONU

La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha prorrogado por un año la misión en el Sáhara Occidental para dar tiempo a solucionar el impás político acaecido tras la dimisión del mediador Horst Köhler. Mientras, el Consejo de Seguridad ha exhibido su “preocupación” por los incumplimientos de los acuerdos militares por parte del Frente Polisario, movimiento que representa al pueblo saharaui.

La Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) se extiende de esta forma hasta octubre de 2020 gracias a los 13 votos a favor emitidos por los miembros del Consejo de Seguridad, es decir, todos menos Rusia y Sudáfrica, que se abstuvieron. 

Desde al año pasado, rompiendo la tendencia que existía anteriormente, se renovaba la misión por seis meses para presionar más a las partes implicadas y para tener más presente en la agenda el conflicto, que enfrenta a Marruecos y a los saharauis por la soberanía del territorio del Sáhara Occidental; ahora la prórroga es por doce meses. 

El Sáhara Occidental forma parte del Estado marroquí desde que culminara el proceso de descolonización que significó la salida de España de allí hace 44 años, pero, desde ese momento, la población saharaui ha reivindicado la independencia territorial, solicitando un referéndum entre la población para determinar su estatus. 

En 1991 se estableció la MINURSO con el fin de facilitar ese referéndum; hecho que no llegó a producirse y que parece que no va a ocurrir nunca ya que casi ningún país en la esfera internacional apoya esta iniciativa. 

El secretario general de la ONU, António Guterres

Desde 2007 Marruecos sí aboga por implantar una fórmula de autonomía, pero dentro del Estado alauí; solución que es bien acogida por la mayoría de la comunidad internacional y que cada vez ha ido teniendo más adeptos. Aunque los saharauis siguen exigiendo un plebiscito popular para decidir. 

La labor de Horst Köhler había sido muy destacable favorablemente durante su época como enviado especial; el pasado mes de diciembre logró reunir a Marruecos y al Frente Polisario, acompañados por Mauritania y Argelia (país que acoge a miembros del Polisario en la zona de Tinduf), para los primeros ‘cara a cara’ entre sendos bandos en años. 

El diplomático alemán había propiciado un acercamiento entre Marruecos y los saharauis (con la cumbre de diciembre y otra posterior en el mes de marzo pasado), sin llegar a acuerdos definidos, pero con visos de poder desbloquear la vía política tras décadas de enfrentamiento total. 

En este punto, llegó la dimisión de Köhler en mayo, por motivos de salud, y los planes quedaron trastocados. Desde entonces su plaza ha quedado vacante y el proceso adolece de la falta de alguien carismático y que tenga buena sintonía con ambas partes en conflicto. La potestad para nombrar a su sucesor es del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, y este todavía no ha dado el paso para designar a alguien. 

Lo que sí se ha desprendido del último informe emitido por el secretario general de Naciones Unidas sobre la cuestión del Sáhara es que el Frente Polisario ha incumplido los acuerdos militares suscritos dentro de la MINURSO, ante lo que el Consejo de Seguridad ha mostrado su “preocupación”. Además, desde el Polisario se sigue amenazando con la vuelta a la lucha armada ante lo que entienden como paralización del proceso en el Sáhara Occidental.

Miembros del Frente Polisario conducen una camioneta con un arma antiaérea al atardecer en Bir Lahlou, Sáhara Occidental

En un informe remitido al Consejo de Seguridad con fecha de 2 de octubre, Guterres expresó su preocupación por les eventos acaecidos en la zona del Guerguerat.

“Como he detallado en este informe, me preocupan las tendencias recientes en Guerguerat. El aumento del tráfico comercial a través de la zona de separación y el aumento de las actividades civiles para obstaculizarlo están creando tensiones en esa zona tan delicada. Pido que no se obstruya el tráfico civil y comercial ordinario. Insto encarecidamente a ambas partes a que se abstengan de toda acción deliberada en Guerguerat o en cualquier otro lugar de la zona de separación. También insto a las partes a que se pronuncien en contra de quienes fomenten esas tensiones. Ambas partes tienen que cumplir estrictamente las condiciones de los acuerdos de alto el fuego, y subrayo que toda intervención en la zona de separación, ya sea militar o civil, se consideraría una escalada que podría dar lugar a otra crisis en el territorio”, reseñó António Guterres.

Antonio Guterres expresó que “el aumento de la tensión en Guerguerat representa un desafío para las operaciones y la seguridad de la Misión y una posible amenaza para la estabilidad del territorio”, indicando que “la MINURSO siguió vigilando de cerca la situación” en esta área “con una patrulla diurna de observadores militares de Naciones Unidas asignada a la zona”.

Según el informe de Guterres: “La MINURSO ha intervenido informalmente en varias ocasiones para reducir las tensiones y restablecer el tráfico, o para ayudar a los turistas extranjeros atrapados en la zona de separación. El 23 de julio, el representante permanente de Marruecos ante Naciones Unidas, Omar Hilale, escribió a mi secretario general adjunto de Operaciones de Paz afirmando que las personas que habían bloqueado la carretera eran contrabandistas que se hacían pasar por manifestantes. En la carta se indicaba que Marruecos ya no podía tolerar los obstáculos a la circulación del tráfico civil y comercial y se informaba a mi secretario general adjunto de que Marruecos podría decidir intervenir si persistían los bloqueos de carreteras. El 12 de agosto, el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Saguía el-Hamra y de Río de Oro (Frente Polisario) me escribió para denunciar la presencia de ‘agentes marroquíes’ en la zona de separación de Guerguerat, calificándola de violación del alto el fuego y del acuerdo militar. En la carta, el Frente Polisario también pedía que se desmantelaran las estructuras de la zona y añadía que se reservaba el derecho de actuar en respuesta a cualquier acto que considerara provocador”.

Una foto de archivo tomada el 3 de febrero de 2017 de un hombre saharaui de pie en la zona de Al-Mahbes, cerca de soldados marroquíes que custodian el muro que separa el Sáhara Occidental controlado por el Polisario

Y es que Guerguerat es una zona crucial porque es el principal puesto fronterizo del Sáhara Occidental con Mauritania donde Naciones Unidas tiene como objetivo mantener la estabilidad y el libre tráfico sin impedimentos, en una localización del extremo sur donde se ha desatado la tensión entre comerciantes, manifestantes y funcionarios de aduanas marroquíes. 

Desde el Polisario, Brahim Gali, su secretario general, se quejó ante Guterres del “rápido deterioro” de la situación en el Sáhara occidental y de “violaciones del alto el fuego” por parte de Marruecos. 

Además, Sidi Omar, representante saharaui ante Naciones Unidas, criticó la medida de la extensión de la prórroga durante un año por considerarla una “vuelta a lo de siempre” y lamentó la falta de la figura de Köhler. Omar no descartó incluso la vuelta a la lucha armada, algo que ha estado “siempre sobre la mesa”, al entender que se ha perdido la esperanza en el proceso de paz. 

Ante esto, Estados Unidos, país encargado de redactar las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el Sáhara Occidental, aclaró que la extensión por doce meses no supone una vuelta a la normalidad, sino que responde a la situación especial que se registra actualmente, en referencia a la falta de un enviado especial de la ONU.

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