La opinión pública en el esquema de la seguridad colectiva

La OTAN y la guerra informativa

La opinión pública es un escenario clave del enfrentamiento geopolítico, dado su carácter esencial en la construcción de liderazgos políticos y de políticas públicas, lo que la convierte en un objetivo muy codiciado. Las democracias disponen de sistemas abiertos en los que la opinión se expresa con libertad. Sin embargo, desde hace tiempo y a través de redes sociales, la sociedad en la que vivimos enfrenta un grave problema de intrusión desleal en la conversación digital por parte de grupos vinculados a estados autoritarios. 

LA OPINIÓN PÚBLICA Y LA OTAN

Sabemos, desde hace años, que la OTAN lidia con comunidades digitales orquestadas por grupos prorrusos que intentan desestabilizar los países influyendo en las opiniones de sus ciudadanos. Y una de las herramientas que más usan es la injerencia en la conversación digital, sabedores de la incidencia que estas ejercen en la configuración de los debates sociales. Las redes se han convertido en una fuente de información clave para los ciudadanos, de hecho, la fuente principal para los menores de 25 años.

La Alianza Atlántica ha desplegado estrategias para enfrentar esta amenaza que se antojan insuficientes. El estudio del Observatorio La Vanguardia - LLYC de junio de 2022, cuyos principales resultados presentamos, desvela la presencia de campañas de desinformación en la conversación digital de la OTAN. 

También se observa un desequilibrio en el debate, con una presencia destacada de los extremos (pro y anti-OTAN) con un tono predominantemente negativo hacia la Alianza. En este informe presentamos datos reveladores del estudio para, a continuación, extraer algunas conclusiones.

En el 40º aniversario de la pertenencia de España a la OTAN, el equipo de Asuntos Públicos de LLYC señala la importancia de la comunicación institucional en la defensa y seguridad, máxime en un contexto de agresión a Ucrania. A partir de los datos, consultamos con expertos para conocer los riesgos de no actuar y las particularidades de la opinión pública española sobre la Alianza Atlántica.

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LOS EXTREMOS SUPONEN EL 80% DE LA CONVERSACIÓN SOCIAL DE LA OTAN

En los últimos cuatro meses, desde que estallara la invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa, las comunidades lideradas por Santiago Abascal (críticos con el Gobierno); Pablo Iglesias (críticos con Rusia y la OTAN) y la comunidad prorrusa concentran el 77% de los mensajes, y el 63% de los perfiles de la conversación.
Aunque es cierto que el volumen es bajo en términos generales, la conversación está dominada por las posturas más beligerantes en uno y otro sentido. El espacio de aquellos que apoyan a la Alianza Atlántica y/o al papel de España y su Gobierno en la organización es ciertamente reducido y su influencia también.

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EN LAS REDES SOCIALES SOLO HABLAN LOS QUE ESTÁN EN CONTRA

A pesar de que el tradicional apoyo a la OTAN se ha visto reforzado desde el estallido del conflicto Rusia-Ucrania, llegando a alcanzar el 80% según el Real Instituto Elcano, el sentimiento expresado en redes sociales no se corresponde: sólo el 5,7% de los perfiles muestran un sentimiento positivo hacia la OTAN, en cambio, encontramos un 24% de los mensajes sobre la OTAN negativos hacia la organización. Además, solo 1 de cada 5 usuarios interviene a favor de la organización en la conversación digital. 

Teniendo en cuenta que las redes sociales ya suponen el 70% de las fuentes de información de la sociedad, y especialmente entre los más jóvenes, este desequilibrio puede llegar a impactar sobre la percepción general de la OTAN.

LA CONVERSACIÓN ARTIFICIAL DE LA COMUNIDAD PRO-RUSA

Los patrones de actividad, activación, share y comportamiento muestran valores anormales en la comunidad prorrusa que interviene en la conversación, según el estudio del Observatorio La Vanguardia-LLYC.

La activación de la comunidad prorrusa es el doble de la comunidad de extrema derecha, que presenta patrones relativamente altos comparados con otras comunidades como la de los medios de comunicación, más cercanos a posiciones moderadas y con contenido claramente informativo.

En ese sentido, la comunidad identificada como prorrusa presenta un 84% más de shares que la siguiente comunidad más influyente en la conversación social sobre la OTAN.

También se observan comportamientos anormales en los horarios y frecuencia de publicación, especialmente si se comparan las comunidades identificadas.

Mientras los usuarios prorrusos presentan una actividad bastante homogénea durante todo el día y a lo largo de la semana, en el resto de comunidades se pueden observar variaciones de mayor y menor activación en determinadas horas y días, más compatibles con lo que se entiende por un comportamiento natural de la conversación.

Esto permite intuir una fuerte utilización de perfiles inorgánicos, que permiten estos niveles tan altos de actividad.

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PATRONES TÍPICOS DE ACCIONES DE PROPAGANDA

Bien a través de granjas de bots o a través de la mera agregación de usuarios, la propagación de contenido prorruso es constante. Esta frenética actividad se ve apoyada, entre otras variables y según expertos consultados, por la potencia que tiene el aparato propagandístico ruso en Latinoamérica a través de herramientas como RT en Español, uno de los canales más vistos y más compartidos que, potencialmente, afecta también a la conversación en España.

Muestra de ello es el lenguaje utilizado, más cercano a construcciones gramaticales de América Latina que al castellano. 

También a través de algunas aplicaciones de mensajería instantánea que favorecen la coordinación de la propaganda rusa y canales de difusión (incluso institucionales) que facilitan que llegue al mayor número de usuarios.

CLAVES
EXPERTOS EN SEGURIDAD Y DEFENSA ANALIZAN LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO

01.

Hay que dar la batalla de las ideas para lo que se necesita asegurar una visión institucional en el debate. Actualmente, los partidarios de la OTAN (y la organización en sí misma) no se visibilizan, favoreciendo una polarización que intoxica y deforma la conversación. 

La OTAN descansa en el trabajo de los Estados miembros para que hagan un esfuerzo por comunicar mejor, lo que no siempre funciona. Se hace evidente la necesidad de fomentar un relato positivo en torno a la OTAN. 

02.

Debemos asumir que vivimos en un contexto de guerra cognitiva, cuyo escenario de enfrentamiento es mental e individual, incluso fuera del marco de un conflicto armado. La intención es “fragmentar la opinión pública en ámbitos económicos, sociales y culturales, condicionando su capacidad de reacción”. 
Ante este escenario, es más oportuno tratar las redes sociales como un frente más, incorporando este dominio a los ya tradicionales de tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio. Se debe trabajar proactivamente en “desarrollar un contrarrelato que minimice la exposición a las críticas a la vez que potencie las fortalezas de la Alianza, dentro de un movimiento mayor que genera una verdadera cultura de la defensa”.

03.

La injerencia rusa en la opinión pública española es organizada y continuada, y puede tener consecuencias muy graves en el medio plazo. El valor de los medios no militares se ha incrementado y “Rusia es muy consciente de ello, situando la guerra informativa como una pieza más en su estrategia global”. Sus esfuerzos se centran en establecer marcos discursivos que siembran dudas sobre la legitimidad de las instituciones occidentales. Este hecho es “extremadamente preocupante” ya que “pone de manifiesto la amenaza que supone Rusia sin la necesidad de compartir frontera”. Esta es una nueva dimensión de los conflictos geopolíticos que “veremos cada vez más a menudo, pues permite enfrentarse a potencias militarmente superiores”. 

04.

España es un país relevante en la estrategia de las comunidades prorrusas en la desestabilización de la UE. En parte, porque es uno de los países europeos donde mejor funciona la polarización de la opinión pública como herramienta de desactivación. Eso explica, por ejemplo, los esfuerzos por desinformar sobre el independentismo en Cataluña a través de la agencia de noticias Sputnik y otros medios para luego ser difundida mediante las redes sociales y sus ejércitos de bots y trolls. En el caso de la invasión de Ucrania, este modus operandi ha sido utilizado de la misma manera.

05.

Encontramos cierta actitud benevolente de una parte de la opinión pública española con Rusia. “En el estudio lo observamos también en el protagonismo del tono neutro en la conversación”. Existen razones históricas y culturales para ello. “La ayuda soviética durante la Guerra Civil y la posterior oposición al régimen de Franco, así como la legitimación instrumental de la dictadura por Estados Unidos, han servido de acicate a los detractores de la OTAN para construir un contrarrelato y sembrar y dudas entre los moderados, que evitan tomar partido”. 

Pero también existe una conexión con el “aumento del sentimiento nacionalista y revisionista” en ambos países. La fascinación por el pasado imperial de ambas naciones está muy presente en algunas comunidades en España. Desde la perspectiva cultural, tanto las élites rusas como españolas comparten lazos en el arte, la literatura o la música, especialmente fuertes a lo largo del siglo XIX. En un contexto en el que el centro del mundo pasaba por Londres y París, “dos países considerados la periferia de Europa y atrasados económicamente se veían de igual a igual”. Esta conexión ha llegado también hasta nuestros días.

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