Diversas naciones están contemplando la posibilidad de dejar de comprar el crudo de origen ruso, a medida que los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania continúan

La subida del precio del petróleo como consecuencia económica indirecta de la invasión rusa

photo_camera REUTERS/LEONHARD FOEGER - Logotipo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)

Recientemente, se han reunido los miembros de la Organización de Países Exportadores (OPEP) y los ejecutivos de empresas petroleras de Estados Unidos en Houston, por las preocupaciones ante el suministro del hidrocarburo y por el aumento del precio de este. Al mismo tiempo, pero al margen de la OPEP, se ha celebrado la CERAWeek, que ha reunido a los mayores líderes de la industria energética del mundo, donde el tema principal ha sido el petróleo.

La reunión de la OPEP ha sido la cuarta que se ha celebrado desde 2017, dentro del marco de la Conferencia Anual de Energías, dichos encuentros tienen lugar cuando hay ciertas preocupaciones energéticas, pero sobre todo cuando se inicia una guerra de precios. “Las reuniones inicialmente tenían la intención de ayudar a la OPEP a comprender la economía y el financiamiento del esquisto, pero han ampliado los temas”, dijeron varios funcionarios.

John Hess, CEO de Hess Corporation Toby Rice, director ejecutivo de EQT Corp, y Domenic Dell'Osso, CEO de Chesapeake Energy, entre otros ejecutivos, asistieron a una cena con Mohammad Barkindo, secretario general de la OPEP, en un restaurante contiguo al sitio de la conferencia CERAWeek. La cena, anunciada como parte del Foro de Independientes de América del Norte, contó con la presencia de Gabriel Obiang Lima, ministro de Energía de Guinea Ecuatorial, y Ayed al-Qahtani, director de investigación de la OPEP, así como los directores ejecutivos de Hunt Energy y Vincent Energy. 

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Tras la cena, los asistentes discutieron sobre como “los productores de esquisto se centraron en entregar ganancias a los accionistas en lugar de invertir más efectivo en nuevas perforaciones”, dijo Barkindo. “Esta enorme falta de inversión requiere que revisemos eso. Esto depende de las propias empresas y sus juntas directivas, pero hay una comprensión general de que hay que hacer algo para abordar las nuevas circunstancias. Todos los productores de petróleo tienen que acelerar sus esfuerzos para llevar más petróleo al mercado”, añadió Hess

La invasión rusa ya está produciendo una serie de consecuencias indirectas, una de ellas ha sido la subida del precio del petróleo y la futura recesión económica mundial. El barril se encuentra aproximadamente a unos 139 dólares, este suceso ha aumentado las preocupaciones del suministro. “No hay capacidad en el mundo que pueda reemplazar 7 millones de barriles por día. No tenemos control sobre los eventos actuales, la geopolítica, y esto está dictando el ritmo del mercado", dijo Barkindo a los periodistas en la Conferencia. Desde la crisis financiera de 2008, los precios mundiales del petróleo no habían vuelto a alcanzar esta máxima, además, la interrupción de la exportación del crudo ruso ha colapsado al mundo. Barkindo afirmó que “la producción de la OPEP no podía compensar una prohibición del petróleo ruso”. 

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Rusia ha sido una parte integral de la alianza OPEP+, en 2020 detuvo una caída de los precios del petróleo como consecuencia de la crisis pandemia de la COVID-19, formalizaron un acuerdo con el objetivo de recortar 10 millones de barriles por día (bpd) de la producción del grupo. Según se recuperaba la demanda, ha comenzado a devolver 400,000 bpd por mes a su producción. El país más grande del mundo, junto a Arabia Saudí, son de las naciones que más petróleo producen.

La invasión a Ucrania ha llevado a un nuevo shock petrolero al mundo, creando una de las mayores amenazadas para los mercados energéticos en las últimas décadas, por lo que se necesita una actuación rápida por parte de la Comunidad Internacional. No obstante, Estados Unidos y sus aliados han pedido a la OPEP+ el aumento de la producción, pero varios países han afirmado no tener la suficiente capacidad para llevarlo a cabo, sin embargo, Arabia Saudí se ha mostrado reticente a dicha petición, sabiendo que es uno de los países que más capacidad de producción tiene.

La Casa Blanca y la Unión Europea están estudiando el veto del crudo ruso, este último representa la mitad de las compras que se realizan a Moscú, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos. De hecho, algunos compradores de petróleo ya han rechazado las cargas rusas y los productores con operaciones en el país, incluyendo BP, Shell y Exxon Mobil, quienes se han retirado de Rusia. 


 

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