Las familias de víctimas estadounidenses en Israel demandan a Qatar por proporcionar fondos a grupos terroristas
Las familias de víctimas norteamericanas en Israel han presentado una demanda contra Qatar en un juzgado de Nueva York este miércoles financiar a grupos terroristas, según informa la versión digital del diario Arab News. Hasta 10 estadounidenses fallecieron y 51 resultaron heridos durante atentados en Israel entre 2014 y 2016. Ahora sus familias reclaman una compensación económica alegando “muerte por negligencia” durante ataques en Israel y la Franja de Gaza ocupada.
La denuncia apunta que Qatar se ha saltado las sanciones impuestas por Estados Unidos con la entrega de fondos a grupos terroristas a través de tres entidades: Qatar Charity, sancionada por los norteamericanos por su cercanía a Hamás, y dos bancos controlados por la familia real de Qatar, el Masraf Al-Rayan y el Banco Nacional de Qatar (QNB). El presidente de la junta de Qatar Charity es Hamad bin Nasser Al-Thani, también miembro de la familia real de Qatar.
“Como cualquier empresa, las organizaciones terroristas necesitan dinero para operar. Pero a diferencia de las organizaciones legítimas, Hamás se apoyan en Estados nacionales e instituciones financieras simpatizantes que emplean estrategias creativas de recaudación de fondos para disfrazar sus operaciones y evadir las leyes antiterroristas. A menudo la financiación del terrorismo se disfraza de contribuciones caritativas”, asegura el documento.
Según la demanda: “Desde hace mucho tiempo la política oficial del Gobierno de Qatar ha sido prestar apoyo financiero a la organización terrorista Hamás. Por lo tanto, no es de extrañar que el banco Masraf Al Rayan, Qatar Charity y el Banco Nacional de Qatar, dominados por el gobierno y la familia real de Qatar, se hayan unido a ese esfuerzo”.
Qatar es uno de los mayores apoyos financieros de Hamás, el grupo palestino que controla la Franja de Gaza. “En 2008, las autoridades palestinas afirmaron que Qatar proporcionó a Hamás millones de dólares al mes que estaban nominalmente destinados al pueblo de Gaza”, afirma el documento. La organización islámica se hizo fuerte durante la primera intifada (1987-1993), convirtiéndose en el principal oponente de los Acuerdos de Oslo de 1993 y 1995 firmados por la Organización de Liberación de Palestina e Israel.
La demanda de Nueva York está respaldada por una amplia investigación y acusa al Banco Nacional de Qatar de mantener una cuenta de Husam Badran, un portavoz de Hamas y ex líder del ala militar de Hamás en el norte de Cisjordania. “El nombre asociado a la cuenta es 'Husam Badran', y los dígitos segundo y tercero del número de identificación nacional de Qatar asociado a esa persona indican que ese 'Husam Badran' nació en 1966, el mismo año que el notorio terrorista del mismo nombre”, asegura la demanda.
En la información de la cuenta figura un apartado de correos de Doha y se señala que la cuenta ha estado abierta al menos desde agosto de 2015. Como líder militar de Hamás, Badran orquestó el atentado de 2001 contra Sbarro Pizza en Jerusalén, en el que murieron 15 personas y resultaron heridas 130; el atentado de 2001 contra la discoteca Dolphinarium en Tel Aviv, en el que murieron 21 personas y resultaron heridas 120; el atentado de 2002 contra el Passover Seder en el Park Hotel de Netanya, en el que murieron 30 personas y resultaron heridas 140; y el atentado de 2002 contra el restaurante Matza en Haifa, en el que murieron 14 personas y resultaron heridas 33.
En marzo de 2014, David Cohen, entonces subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, señaló a Qatar como una “jurisdicción especialmente permisiva” para la financiación del terrorismo, y ha explicado que el país financia abiertamente a Hamás, un grupo que sigue socavando la estabilidad regional. “La supervisión de Qatar es tan laxa que los principales recaudadores de fondos con sede en Qatar actúan como representantes locales de grandes redes de recaudación de fondos para terroristas que tienen su sede en Kuwait”, explica Cohen.
Paradójicamente, Qatar alberga dos bases militares estadounidenses: en Al-Udeid, donde viven 11.000 militares estadounidenses, y en Al-Sailiya, un suburbio a las afueras de Doha. A pesar de las pruebas del apoyo de Qatar al terrorismo, tanto Estados Unidos como Reino Unido y otros países siguen utilizando la base aérea de Al-Udeid, a 20 millas al suroeste de Doha.
Entre 2012 y 2018 la familia real qatarí invirtió, a través de la Fundación Qatar, más de 1.400 millones de dólares en la creación de campus locales de colegios y universidades estadounidenses. Se consideró que las inversiones estaban destinadas a contrarrestar las críticas al apoyo de Doha a las organizaciones terroristas. Esta no es la primera demanda a la que Qatar se ha enfrentado en los últimos tiempos. El año pasado, en julio, Rebecca Castaneda, una abogada de Tampa, Florida, presentó una demanda federal contra el Jeque Khaled bin Hamad Al-Thani, hermano del emir de Qatar Tamim bin Hamad Al-Thani.
La demanda explica que el Jeque Khaled amenazó a dos contratistas estadounidenses por no matar a sus enemigos. Castaneda ha dicho que la demanda original se está ampliando para incluir a tres demandantes americanos más que alegan “violencia aún peor”. Los testigos afirman que el jeque Khaled asesinó a un empleado indio que insultó a su esposa e hizo siete solicitudes de asesinato, entre ellas la de querer matar a un líder de la industria americana de deportes de carreras. “El jeque Khaled es una persona muy violenta”, indica Castaneda.
