El Centro Nacional para el Control de Enfermedades de la nación norteafricana alerta sobre el incremento de casos de coronavirus en Misrata

Las llamas conquistan la sala de embarque del aeropuerto de Misrata en Libia

PHOTO/REUTERS - Vehículos militares de las fuerzas gubernamentales libias se dirigen a la primera línea de batalla desde Misrata, Libia, el 3 de febrero de 2020

Libia se ha convertido en sinónimo de inestabilidad, a raíz del conflicto bélico que empezó en 2014 y que enfrenta al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA, por sus siglas en inglés) y sus milicias armadas contra el Ejército Nacional libio (LNA, por sus siglas en inglés), liderado por el mariscal Jalifa Haftar. En esta espiral de incertidumbre, la sala de embarque del aeropuerto de Misrata, en el oeste de Libia, ha sido objeto de un gran incendio, según han informado varios medios locales como el canal 218TV. 

Por el momento se desconoce el origen de este incendio. “Ninguna autoridad oficial ha hablado sobre las razones de este fuego. Hay quienes dicen que se debe al mal funcionamiento de la red eléctrica y otros que hablan de un acto intencionado”, ha señalado a través de Twitter el periodista e investigador freelance Ahmed Alberiaf.  Según ha podido constatar el periódico Al Ain, las llamas podrían haber sido provocadas por un explosivo detonado en el pasillo del aeródromo para evitar que éste reciba mercenarios procedentes de Turquía. 

El número de infecciones provocadas por la COVID-19 en la nación norteafricana ha aumentado a 4.063, según datos ofrecidos por el Centro Nacional para el Control de Enfermedades (NCDC, por sus siglas en inglés) y recogidos por The Lybia Observer. Esta institución ha registrado 226 casos este lunes, de los cuales 103 se encuentran en Misrata, 48 en Trípoli, 10 en Tobruk y 7 en Sirte, entre otras localidades. NCDC también ha confirmado la recuperación de dos pacientes, elevando el número a 625. La nación presidida por Recep Tayyip Erdogan utiliza aeropuertos y puertos civiles y militares como el de Misrata para transportar mercenarios y armas para engrosar las filas del GNA. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en estos momentos podría haber entre 16.500 y 170.000 combatientes respaldados por Turquía en Libia, entre ellos más de 350 menores de edad. 

El ministro de Interior del Gobierno del este de Libia, Ibrahim Boushnaf, ha dicho este martes en declaraciones a Asharq Al-Awsat, que sus ministerios tienen agentes que les están proporcionando información sobre la situación de seguridad, que han calificado de “fuera de control” por la presencia de “las milicias armadas afiliadas al Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA)”. Durante esta entrevista, Boushnaf ha expresado su preocupación por los posibles cambios demográficos que puede sufrir el país, tras la llegada de miles de mercenarios procedentes de Siria o de otros países como Somalia al GNA.  Asimismo, ha criticado que estas milicias se “hayan infiltrado en las agencias de seguridad […] provocando graves violaciones, como la confiscación de propiedades públicas y privadas, en localidades como Tarhuna o la capital, Trípoli”. 

Turquía y Qatar apoyan al Gobierno de Trípoli, respaldado por los Hermanos Musulmanes y reconocido internacionalmente por Naciones Unidas, mientras que el LNA cuenta con el respaldo de Jordania, Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Rusia. La intervención extranjera se debe, en parte, a que en la nación norteafricana se encuentran las mayores reservas de petróleo de todo el continente africano.  

Mientras tanto, la fragata alemana ‘Hamburg’ ha comenzado su travesía hacia el Mediterráneo para tomar parte en la misión naval 'Irini' de la Unión Europea (UE), establecida para vigilar el embargo de armas impuesto por Naciones Unidas a Libia. Este barco, que lleva a bordo unos 250 soldados, finalizará su misión el 20 de diciembre, de acuerdo con la información ofrecida por Sky News. Esta misión tiene la autoridad para realizar inspecciones en alta mar, frente a las costas de Libia, de buques sobre los que existan motivos para creer que transportan armas o material conexo a Libia o desde su territorio. Turquía, por su parte, mantiene su postura y continua con el envío de mercenarios y armas a la nación norteafricana. La intervención turca no solo ha influido significativamente en la situación del país, sino que ha tenido un impacto directo en la seguridad de la región, tal y como ha denunciado la comunidad internacional. 

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