Reseña del libro de Umberto Eco, Migración e intolerancia, traducción de Helena Lozano, Barcelona, Lumen, 2019

Las migraciones en el tercer milenio

PHOTO/ARCHIVO - Portada del libro de Umberto Eco, Migración e intolerancia

Publicado a finales de 2019, este trabajo de U. Eco reúne cuatro textos previamente conocidos -procedentes de conferencias, discursos e introducciones- que tienen en común el que se ocupan de aspectos relacionados con las migraciones. La importancia que las cuestiones migratorias tienen en la Europa actual justifica plenamente la recuperación de estos escritos, que comparten una invitación a pensar sobre las migraciones y los contactos culturales a partir de la delimitación conceptual de las palabras que empleamos cotidianamente al hablar de estos asuntos (tales como (in)migración, (in)tolerancia, fundamentalismo o integrismo). 

El primer texto, “Las migraciones del tercer milenio” (reproducción parcial de una conferencia pronunciada en 1997), establece una distinción entre los conceptos de ‘migración’ (un fenómeno natural, violento o pacífico, que implica el desplazamiento paulatino de un pueblo de un territorio a otro, cambiando radicalmente la cultura del territorio de acogida) e ‘inmigración’ (referido a los movimientos de personas controlados políticamente por los países receptores, que pueden limitarlos, impulsarlos, programarlos o aceptarlos). Los inmigrados (como los italianos o los irlandeses que llegaron a Estados Unidos) aceptan las costumbres del país al que emigran; los migrantes (como los que invadieron el imperio romano) transforman la cultura del territorio al que llegan. Para Eco, la Europa de nuestro tiempo estaría tratando como casos de inmigración casos de migración: “El problema ya no es decidir (como los políticos fingen creer) si se admitirán en París estudiantes con chador o cuántas mezquitas deben erigirse en Roma. El problema es que en el próximo milenio (…) Europa será un continente multirracial” (págs. 29-30).

“Intolerancia” traduce y adapta la introducción que U. Eco preparó para el Fórum Internacional sobre la Intolerancia (celebrado en París en 1997). El autor se detiene en este caso a precisar el significado de los términos fundamentalismo e integrismo, considerados comúnmente como dos manifestaciones explícitas de intolerancia. El ‘fundamentalismo’ es un concepto hermenéutico, referido a la interpretación unívoca de un libro sagrado. Es intolerante desde el momento en que no acepta otra interpretación de un texto que la que precisamente promueve (generalmente la derivada de una interpretación literal), aunque no implica necesariamente una intolerancia de carácter político (es decir, puede existir un grupo de creyentes convencido de que la única interpretación válida de un texto es la suya pero que, al tiempo, no obliga a los demás a compartirla). U. Eco enlaza en un punto de su exposición el fundamentalismo con el fenómeno de la corrección política (political correctness), que nació en Estados Unidos para promover la tolerancia y reconocimiento de cualquier diferencia religiosa, racial y sexual, y fue poco a poco derivando hacia una nueva forma de fundamentalismo que “atañe de manera casi ritual al lenguaje cotidiano”, preocupada sobre todo de la forma (letra) en detrimento del contenido (espíritu). El ‘integrismo’, por otro lado, es “una posición religiosa y política según la cual los principios religiosos deben convertirse al mismo tiempo en modelo de vida política y fuente de las leyes del Estado” (págs. 38-39). 

La intolerancia es para el autor algo más profundo, que está en la raíz de las posturas integristas, totalitarias y racistas; se trata de la no aceptación de lo diferente o lo desconocido. Es una reacción instintiva, de raíz biológica, que nos lleva al rechazo de lo diferente: “La intolerancia salvaje se ataca de raíz, a través de una educación constante que empiece desde la más tierna infancia, antes de que quede escrita en un libro y antes de que se convierta en una corteza conductual demasiado espesa y dura” (pág. 47).

El escritor italiano Umberto Eco

En “Un nuevo tratado de Nimega” (extracto de un discurso leído en 2012) se refiere el autor a los hechos de odio e intolerancia que se dan en el interior de la Unión Europea con personas que viven en ella, pero son consideradas “no europeas” o “extracomunitarias”. Se plantean aquí los límites y el alcance mismo del concepto de ‘(in)tolerancia’: “Combatir nuestra intolerancia no significa tener que aceptar cualquier visión del mundo y hacer del relativismo ético la nueva religión europea” (pág. 59). Y, más aún, “Decidir y reconocer aquello que, aun en una visión del mundo tolerante, es intolerable para nosotros es el tipo de límite que los europeos están llamados a trazar a diario, con sentido de equidad y con el constante ejercicio de esa virtud que, a partir de Aristóteles, los filósofos llaman prudencia” (pág. 60). Se establece así la prudencia (en su sentido clásico de phrónesis, como ‘capacidad de gobernar y disciplinarse mediante el uso de la razón’, y despojada de las connotaciones negativas que la acercan a la cobardía) como la virtud en la que descansa la capacidad de discernir y juzgar entre lo tolerable y lo intolerable, la medida que nos permite aceptar nuevos valores y costumbres sin renunciar a lo mejor de los nuestros.

La cuarta y última parte, “Experiencias de antropología recíproca” (2011), parte del contacto entre culturas y de las posibilidades de observación que este contacto permite -no solo en una dirección: los occidentales como observadores de las otras culturas; sino en la contraria: las demás culturas como observadoras de la(s) occidental(es)- para cuestionar los modos que cada cultura tiene de representar el mundo a través de su contraste. No hay un nosotros (observador activo) que mira a un otros (observado pasivo), sino “unos y otros como representantes de culturas distintas que se analizan la una frente a la otra” (pág. 75). El resultado de este ejercicio de observación recíproca es poner de manifiesto lo que diferencia unas culturas de otras y aceptar esta diversidad. De ahí que para eliminar el racismo el camino no sea mostrar y convencerse de que los “otros” no son distintos a “nosotros”, sino de comprender y aceptar las diferencias. 

En resumen, esta recopilación de escritos de U. Eco, a partir de una metodología común basada en el análisis del significado de los términos presentes habitualmente en los debates actuales sobre (in)tolerancia y migraciones, es ante todo una llamada al uso de la razón para guiarse en -y formarse un juicio sobre- las situaciones de contacto cultural que se producen en la Europa de nuestro tiempo. 

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