Letizia Buzón tras el terremoto de Turquía y Siria: “Ahora es cuando empieza la tragedia de los vivos”

En la última entrega de “De Cara al Mundo”, en Onda Madrid, contamos con la participación de Letizia Buzón, abogada, doctora en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y empresaria con intereses en Turquía y en el desarrollo económico en zonas de conflicto e inestabilidad política. Letizia Buzón colabora y apoya económicamente a varias ONGs, especialmente desde 2014 a Médicos del Mundo, en Turquía, porque considera que es un deber del sector privado. 

Ha estado usted en la zona turca del terremoto creo que casi una semana. Llegó en el segundo día después del terremoto y ahora vuelve de allí, ¿qué es lo que más necesitan ahora las víctimas después del seísmo? 

Ahora mismo lo primero que se necesita es asistencia básica a los supervivientes, tanto psicosocial como alimenticia. En la zona de Antioquía, que es la zona del epicentro y donde yo he estado, se ha habilitado una línea de luz independiente de las que se han caído para que todos los equipos de emergencia y las tiendas puedan tener por lo menos electricidad, que es una de las carencias.

Su experiencia sobre el terreno ha sido estremecedora porque la he escuchado contar que hay que estar allí para ser conscientes de la verdadera dimensión de la tragedia. 

Lo que comentábamos con los equipos de rescate que venían de España era que si cuentas lo que ves realmente nadie lo cree. La sensación de frío extremo, de falta de electricidad, de falta de agua corriente, de sanitarios, el olor putrefacto a cadáveres en toda la zona, la visión, el polvo… es muy estremecedor. 

¿Qué le lleva a usted a hacer esto? A pisar el terreno cuando no necesitaría hacer este tipo de labor. 

Esto es lo que comentaban los equipos de rescate. Desde que llegamos era la única mujer de rescate y ayuda de la zona. Yo soy empresaria, tengo, como bien has dicho, intereses económicos en España y en Turquía y resido allí desde los últimos nueve años. Yo me dedico a la inversión privada y a la representación de determinadas marcas, pero sí que en el año 2017 monté una fábrica para dar trabajo a los refugiados sirios porque esta zona es donde se desplazaron todos los refugiados. Desde ese año exporto el jabón a España y asisto a que estas personas se puedan integrar. Lo que me llevar a estar aquí es el hecho de ser un ser humano. He colaborado muchos años con Médicos del Mundo en Turquía, que hacen una labor impresionante, tienen allí sus equipos médicos, y no dudé ni un momento en ir a asistir, sobre todo, para un equipo de médicos que no habla el idioma para poder realizar los rescates de las personas que estaban vivas.  

Usted con su iniciativa empresarial abriendo la fábrica de Jabón de Alepo lo que está es ayudando a la gente a recuperar su vida después de la gran tragedia que ha durado más de diez años como es la guerra 

Efectivamente. El gran éxodo fue en 2014. Yo soy doctora en Ciencias Políticas y me especialicé justo en la integración de los refugiados sirios en Turquía y ver cómo se iba a entender desde el punto de vista legal. El problema es que son personas que han venido de la guerra y ten en cuenta que son más o menos unos seis millones de refugiados los que están dentro de Turquía y casi todos se han concentrado en esa zona donde ha sucedido el terremoto, que es la extensión fronteriza. La idea siempre es que las ONGs, Naciones Unidas y todo lo que es la ayuda internacional es emergente y de primera instancia, pero más allá de eso se necesita integrar a las personas en todos los sentidos y la forma en la que yo lo entiendo es en el sector privado y creando puestos de trabajo.

En esa región había muchos refugiados sirios, con lo cual, podemos temer que la cifra de fallecidos sea mucho más alta de esos 40.000 porque la concentración de las personas en las casas era mucho mayor de lo que se piensa. 

Yo creo que la cifra va a ser infinitamente superior. Lo que yo no sé es si se dará la cifra real. Sólo por darte un ejemplo, había edificios en Antioquía de 15 o 20 plantas que ahora a lo mejor sólo ves una de ellas, y todo lo que está debajo son las plantas que se han caído. Haciendo un cálculo fácil entiendes cuánta gente hay bajo los escombros. La realidad yo creo que va a ser mucho más apabullante que las noticias que nos llegan.  

Respecto a los refugiados sirios es algo que llevamos denunciando muchas personas y muchas organizaciones desde hace bastante tiempo. Turquía acogió de forma, personalmente, creo que noble y admirable una cantidad de refugiados que se concentraron en ciudades que han triplicado en muchos casos la población que tenían. Con lo cual, esas infraestructuras han tenido que sostener a todas estas personas.  

Ahora, lo que se estaba pidiendo era el tema de las recolocaciones, de volver a enviar a estas personas para que reconstruyan su país, pero el hecho es que las infraestructuras estaban totalmente presionadas y saturadas.  

Entonces efectivamente esta emergencia de un terremoto, que es algo natural, se produce en un contexto muy delicado porque eran zonas totalmente saturadas de personas que pocas ciudades pueden soportar con las infraestructuras normales que tenga. Ten en cuenta que Antioquía de 100.000 han pasado a 500.000 habitantes. 

¿Cómo están sus trabajadores y su fábrica? ¿Qué noticias tiene? 

La fábrica está a Gaziantep, a 50 kilómetros de Alepo. La fábrica no es a la que estamos acostumbrados a ver porque realmente son naves en las que metimos la maquinaria que los propios sirios se trajeron de su país. La fábrica está totalmente destruida, no se puede hacer nada, pero eso lo reconstruiremos. El tema de los trabajadores, ellos por suerte está bien. Gaziantep es una zona afectada pero no en su totalidad como puede ser Antioquía, que es la ciudad íntegra.  

Los supervivientes ahora necesitan mucha atención, ¿qué es lo que debemos hacer? 

En mi opinión, ahora es cuando empieza la tragedia de los vivos. Se está empezando a desescombrar y hay que asistir a las personas que están allí, a todos los heridos, a todas las personas que tienen amputaciones, hay que habilitarles viviendas o containers para que puedan dormir, tener luz y tener agua. Hay que reconstruir toda la zona.  

Yo el llamamiento que siempre hago es que en el sector privado tenemos mucho trabajo por hacer. La emergencia durará bastante tiempo. Hay que intentar que no comience ninguna epidemia o cólera y por eso se está empezando a limpiar. Tiene que llegar Naciones Unidas que aún no ha llegado y tiene que llegar UNICEF. Realmente se tiene que atender a la emergencia y a partir de ahí hay que reconstruir. Se tiene que activar la maquinaria nacional o internacional para que esto salga adelante porque si no, va a ser un problema para todos. Igual desde fuera se ve como algo lejano pero el impacto es para todos. 

¿Qué podemos hacer cada uno de para ayudar? 

Yo creo que ayudar a las organizaciones que están allí establecidas desde hace tiempo, porque ya estaban gestionando las emergencias. Yo con la que colaboro que es Médicos del Mundo en Turquía, son personas que económicamente que se les puede ayudar. Efectivamente, el equipo de materiales es relativo porque lo que cuesta un kilo de azúcar aquí es 1€, pero lo que cuesta enviarlo cuesta 15€. Entonces yo creo que es mucho más efectivo la ayuda económica.  

Te pongo mi caso personal. Para que yo pueda estar allí necesitamos una estructura fuera, de personas que nos asisten y que nos ayuden. Yo desde mi empresa te puedes imaginar que el interés comercial en esta parte de la empresa es nulo, pero sí que he donado en todas las emergencias de terremotos, que ya han sido tres, y pueden hacerlo a través de la página web que es letiziabuzon.com. Ahora mismo lo que allí se necesita son efectivos, son profesionales de cualquier ámbito que crea que pueda ayudar.

Me cuentan que comprando el jabón con sus características y su gran calidad contribuimos también porque ustedes están donando dinero de la venta del jabón de Alepo. 

Sí, efectivamente es un jabón artesanal. Yo cuando empecé el proyecto, los sirios decían que echaban de menos el olor de su jabón y ahí es cuando descubrí el jabón de Alepo. Está hecho a mano y tiene propiedades buenísimas. Hay una cosa que también me gustaría comentar y es que cuando se inició todo, también se hizo para que cuando ahora vuelvan puedan continuar esta tradición. Nosotros por cada jabón donamos 1€ a Médicos del Mundo y lo venimos haciendo desde 2017.