Los desafíos más importantes para Afganistán en 2022
Afganistán se enfrenta a un amplio abanico de retos en 2022, desde paliar la grave crisis económica y humanitaria hasta lograr el reconocimiento internacional al nuevo régimen de los talibanes.
GOBIERNO INCLUSIVO
Los talibanes se enfrentan al reto de formar un Gobierno inclusivo, tras las críticas recibidas a su Ejecutivo interino por estar formado en su gran mayoría por religiosos miembros de la formación islamista, pertenecientes además a la etnia pastún y sin representación de otras minorías.
Esta falta de inclusividad, que excluye además a las mujeres, ha despertado el temor de que Afganistán se dirija hacia una nueva guerra civil como la que asoló el país en los años 90, antes de que los talibanes se hiciesen con el poder por primera vez en 1996.
LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
Pese a las promesas de cambio en comparación con su anterior régimen, los talibanes hasta ahora han restringido los derechos de las mujeres afganas.
El régimen fundamentalista ha insistido desde su llegada al poder que las mujeres podrán volver en un futuro a sus puestos de trabajo o a la escuela, pero antes deberá crearse un marco para que se dé ese paso dentro de los límites que marca la sharía o ley islámica.
FRENAR EL AVANCE DEL ESTADO ISLÁMICO
El Estado Islámico (EI) se ha responsabilizado de los peores atentados terroristas en Afganistán desde que los talibanes asumieron el control, el principal de ellos el ataque suicida del pasado 17 de agosto contra el aeropuerto de Kabul en el que murieron 170 personas que intentaban huir del país.
La formación yihadista podría convertirse en 2022 en uno de los problemas más graves para Afganistán si los talibanes, que han lanzado una operación criticada por organizaciones de derechos humanos por casos de tortura y asesinatos extrajudiciales, no le ponen freno.
RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
Pese a haber capturado el poder, los talibanes no han logrado en 2021 el reconocimiento de la comunidad internacional, pues hasta ahora ningún país ha dado ese paso, ni siquiera las naciones vistas como más próximas al régimen, como Pakistán o China.
Los fundamentalistas presentaron su solicitud oficial de reconocimiento ante la ONU el pasado septiembre, alegando que tenían derecho a representar a su país por contar con control total del territorio y ante el vacío de poder dejado por un Gobierno que había huido de Kabul, una decisión que se encuentra por el momento en el limbo.
LA CRISIS HUMANITARIA
Tras dos décadas de guerra, la crisis humanitaria en Afganistán se agravó con la captura del poder por los talibanes, hasta el punto en el que, según el último informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), el 95 % de la población afgana no tiene acceso a suficientes alimentos y alrededor de 23 millones de personas se enfrentan a graves pérdidas.
Los talibanes esperan el apoyo de la comunidad internacional y la reactivación de los fondos de reconstrucción, para hacer frente a la grave crisis económica y humanitaria que atraviesa el país.
RELANZAR LA ECONOMÍA
La congelación total de las ayudas procedentes de la comunidad internacional, que suponían alrededor del 43 % del producto interior bruto (PIB) del país según los datos del Banco Mundial, implicó un gran varapalo para una economía que en los últimos 20 años ha dependido en gran medida de las donaciones extranjeras.
Relanzar la economía es uno de los grandes retos a los que se enfrentan los talibanes y sigue siendo un misterio cómo van a afrontar las deteriorada situación económica de Afganistán, a pesar de que los países del G20 acordaron a mediados de octubre una serie de ayudas y tanto Naciones Unidas como Estados Unidos anunciaron exenciones para el envío de ayuda humanitaria a Afganistán.
DESCONGELAR LOS ACTIVOS BANCARIOS
La llegada al poder de los talibanes el pasado 15 de agosto estuvo acompañada de la congelación de miles de millones de dólares en activos financieros por la comunidad internacional, incluyendo 10.000 millones de dólares retenidos por la Reserva Federal estadounidense.
La liberación de estos miles de millones de dólares podría suponer un punto de inflexión para aliviar la grave crisis económica en Afganistán, así como la falta de liquidez que obligó a los talibanes a imponer límites en la cantidad de efectivo que se puede extraer semanalmente de las entidades bancarias.
ACABAR CON LA DEPENDENCIA EXTRANJERA
La congelación total de las ayudas procedentes de la comunidad internacional, que suponían alrededor del 43 % del producto interior bruto (PIB) del país según los datos del Banco Mundial, han ahogado la economía afgana.
Los talibanes, aunque han dado la bienvenida a los pasos de la comunidad internacional para sortear las sanciones y enviar ayuda humanitaria al país asiático, esperan potenciar la economía afgana y limitar la dependencia de las importaciones.
PERMITIR LA SALIDA DEL PAÍS
La llegada de los fundamentalistas, cuyo primer gobierno entre 1996 y 2001 estuvo marcado por su estricta interpretación de la sharia (ley islámica) y las violaciones de derechos humanos, provocó el éxodo de un gran número de ciudadanos.
Los talibanes han prometido permitir las salidas de afganos con documentación válida al extranjero y, aunque reanudaron la distribución de pasaportes el pasado 5 de octubre, por ahora el proceso sigue plagado de dificultades.
PONER FIN A LOS ABUSOS DE DERECHOS HUMANOS
Los talibanes declararon una amnistía general tras recuperar el poder, pero desde entonces han sido acusados por varios organismos internacionales de asesinar extrajudicialmente a decenas de personas.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos denunció a mediados de diciembre que el régimen talibán ha ejecutado al menos a 72 personas ligadas al anterior Gobierno y a sus fuerzas de seguridad, utilizando en muchos casos métodos brutales como ahorcamientos y decapitaciones.
