Los líderes de la Unión Europea se reúnen en Versalles para tratar la cuestión de Ucrania
El pasado jueves, los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reunieron en el palacio de Versalles para discutir sobre la petición de Ucrania de integrarse de forma acelerada en el bloque. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue el encargado de recibir a todos sus homólogos europeos en esta primera jornada de diálogo.
Tras nueve horas de conversaciones, los líderes llegaron a un acuerdo sobre las “aspiraciones europeas” de Zelensky, pero no llegaron a profundizar en el proceso. El conflicto entre Kiev y Moscú ha fomentado la unión entre todas las naciones del bloque, pero están divididos sobre la rapidez del proceso.
Por ahora, Kiev solo cuenta con un Acuerdo de Asociación que tiene como objetivo abrir sus mercados y acercarlos a Europa. Además, incluye un pacto de libre comercio de gran alcance y de ayuda a la modernización de la economía ucraniana. Charles Michel, presidente del Consejo de la UE, asegura que se trata de “una oportunidad para mostrar un apoyo firme e inquebrantable a Ucrania, es decir, comprometerse financiera y materialmente”.
Los países de Europa del Este han apoyado firmemente la candidatura acelerada, pero son conscientes de que el trámite podría extenderse en el tiempo y se requiere la unanimidad entre todos los Estados miembro. Mark Rutte, primer ministro de Holanda, afirma que “no hay algo como una vía rápida, un procedimiento rápido”.
Varios son los factores que impiden tomar una decisión precipitada. Algunos territorios de los Balcanes Occidentales, como Albania o Macedonia, llevan décadas trabajando para convertirse únicamente en un candidato. Macron ha aludido también a la cláusula del tratado de la UE que determina la obligatoriedad de los demás países de intervenir si uno de los integrantes está sufriendo una agresión armada.
Otros temas abordados en esta reunión han sido la liberación del bloque de su dependencia energética de Rusia y el fortalecimiento de sus capacidades de defensa. Todos los líderes coinciden en que se deben reducir las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos mientras se acelera la transición hacia las energías renovables.
The Associated Press establece en un borrador sobre las conclusiones de la cumbre que los líderes van a acordar el reforzamiento de la inversión “tecnologías innovadoras”, y continuar con los esfuerzos para hacer de Europa “un país más fuerte y más proveedor de seguridad capaz”.
Moscú suministra casi el 40% del gas empleado para generar electricidad, calentar los hogares y proveer a las industrias de la Unión Europea. El Kremlin recibe unos 600 millones de euros al día provenientes del sector energético, por lo que es su principal fuente de ingresos.
La Comisión Europea propuso diversificar el suministro de gas natural y acelerar el desarrollo de energías verdes con el fin de reducir en dos tercios la demanda gasística rusa para finales de este año. Sin embargo, el plazo propuesto por la institución parece poco realista para muchos de los integrantes del bloque.
De igual forma, es poco probable que avalen un embargo total sobre las importaciones de petróleo y gas ruso. Italia y Alemania tildan de radical esta medida ya que dependen mucho más de Rusia que otros territorios. Polonia, por su parte, obtiene el 67% de su petróleo de Moscú, mientras que Irlanda tan solo recibe un 5%.
Los 27 han aprobado aumentar la lista de sanciones contra el Kremlin, como la eliminación de todos sus bancos del sistema financiero SWIFT. Nuevos oligarcas se suman al catálogo de dirigentes que son objeto de las condenas de Occidente. Bielorrusia, a su vez, va a ser penalizada por el apoyo mostrado a Vladimir Putin.
Estas sanciones adoptadas empiezan a surtir sus primeros efectos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta de que la economía rusa podría entrar en una profunda recesión. Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo, defiende que “la bancarrota de Rusia ya no es un evento improbable”.
