Solo Jordania y Egipto tienen relaciones con Tel Aviv, pero no son los únicos Estados que han mostrado su interés por restablecer las relaciones

Los países de la Liga Árabe ante el acuerdo Israel-Emiratos

photo_camera PHOTO/AFP - Fotografía de archivo, ministros de Relaciones Exteriores árabes participan en su 153º período de sesiones anual en la sede de la Liga Árabe en la capital egipcia, El Cairo, el 4 de marzo de 2020

Israel y Emiratos Árabes Unidos alcanzaron un acuerdo de cooperación histórico, bautizado como ‘Acuerdo de Abraham’, que normalizará las relaciones diplomáticas entre el Estado judío y la nación del Golfo. Un acuerdo, en el que Estados Unidos ha tenido un papel fundamental en la negociación, que ha significado un avance en el camino de reconocimiento entre los países árabes y Tel Aviv.

“¡GRAN avance hoy! ¡Acuerdo de paz histórico entre nuestros dos GRANDES amigos, Israel y Emiratos Árabes Unidos!”, escribía en su cuenta de Twitter el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El magnate neoyorquino se apunta un importante triunfo diplomático antes de las elecciones en noviembre, en la que, según las últimas encuestas, va doce puntos por detrás de su rival, el demócrata Joe Biden.

En una declaración conjunta de Abu Dhabi, Tel Aviv y Washington, celebraba “el avance” que supondrá “la paz en la región de Oriente Medio”. Como parte de este acuerdo, el Gobierno de Benjamin Netanyahu, acordó suspender la anexión de partes de la Cisjordania ocupada. Aunque más tarde, el primer ministro israelí matizó este punto y ante los periodistas apuntó que esta anexión solo “se ha retrasado”, pero que los planes siguen sobre la mesa.

No se trata de un acuerdo de paz como los firmados entre Israel e Egipto en 1979 o con Jordania en 1994, estos dos países tuvieron fuertes enfrentamientos bélicos, sino más bien el inicio de la hoja de ruta marcada por Washington para normalizar los lazos entre un Estado del Golfo, con el que Israel ya tenía contactos de inteligencia e intercambio armamentístico.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anuncia que se establecerán plenas relaciones diplomáticas con Emiratos Árabes Unidos, durante una conferencia de prensa el jueves 13 de agosto de 2020, en Jerusalén

Las reacciones sobre este acuerdo no se hicieron esperar. Naciones Unidas, por medio del portavoz del secretario general, António Guterres, dijo que la normalización de las relaciones entre ambos Estados pueda servir de ayuda para lograr una solución con los palestinos: “El secretario general da la bienvenida a este acuerdo, con la esperanza de que cree una oportunidad para que los lideres israelíes y palestinos vuelvan a entablar negociaciones significativa que materialicen una solución de dos Estados de conformidad con las resoluciones pertinente de la ONU, el derecho internacional y los acuerdos bilaterales”, agregó el portavoz en un comunicado.

El pacto entre los dos países ha sido visto como un jarro de agua fría para las autoridades palestinas. “El liderazgo palestino rechaza y denuncia el sorprendente anuncio trilateral de Emiratos Árabes Unidos, Israel y Estados Unidos”, anunció Nabil Abu Rudeineh, asesor principal del líder palestino Mahmoud Abbas.

Abu Rudeineh calificó el acuerdo como “una traición a Jerusalén, Al- Aqsa y a la causa palestina”.

La Autoridad Palestina pidió de manera inmediata una reunión de emergencia de la Liga Árabe, pero en los últimos días varios estados que conforman la organización han aplaudido el pacto.

La Liga Árabe, que nació el mismo año que la Organización de las Naciones Unidas, en 1945, pretendía ser la organización que uniera, coordinara y mediara ente los países árabes, en una zona especialmente sensible antes las luchas geopolíticas y de intereses.

La organización nació a la luz de la ideología panarabista, una especie de nacionalismo que busca la unidad política de los Estados árabes. 

Ha sido sobre todo el conflicto israelí que motivó la unión de los Estados árabes. El sionismo y la invasión judía a Palestina unió el sentimiento árabe frente a una lucha común: la liberación palestina de la injerencia hebrea.

Los países que conforman la Liga Árabe son 17: EAU, Marruecos, Egipto, Yemen, Túnez. Irak, Bahréin, Kuwait, Qatar, Comoras, Siria, Libia, Mauritania, Somalia, Argelia y Jordania. A pesar de que la mayoría de estos países no reconocen a Israel, estas han sido sus reacciones ante el pacto que abre una nueva senda en Oriente Medio.

Donald Trump anuncia un acuerdo entre Emiratos Árabes Unidos e Israel para normalizar las relaciones diplomáticas, la Casa Blanca, el 13 de agosto de 2020
Egipto y Jordania, aliados de EAU

Ambos Estados ya mantenían relaciones con Israel desde que, primero El Cairo y después Amán, firmaran acuerdos de paz. Egipto se convirtió en 1979 en ser el primer país a nivel regional en firmar un acuerdo de paz con el país hebreo, como parte de este acuerdo, Israel acordó devolver la península del Sinaí, que ocupó en 1967.

Jordania firmó el trato en 1994 y se centró en intereses económicos y comerciales. En palabras del ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, el acuerdo podrá impulsar las estancadas negociaciones de paz si EAU logra presionar a Israel para que acepte un Estado palestino. “Si Israel lo maneja como un incentivo para poner fin a la ocupación, moverá a la región hacia una paz justa”, dijo en un comunicado.

Las buenas relaciones entre El Cairo y Abu Dhabi se mostraron en el mensaje que Abdel Fattah al-Sisi, presidente egipcio, publicó en su cuenta de Twitter tras conocer el acuerdo: “Seguí con interés y aprecio la declaración conjunta entre Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos e Israel para detener la anexión israelí de tierras palestinas y tomar medidas para lograr la paz en Oriente Medio”.

Las fuerzas de seguridad israelíes se reúnen mientras los palestinos protestan contra la decisión de Emiratos Árabes Unidos de normalizar los vínculos con Israel, en la aldea de Turmus Aya, cerca de la ciudad ocupada de Ramallah en la Ribera Occidental, el 19 de agosto de 2020
El golfo Pérsico

El pequeño Estado de Bahréin, cercano a Arabia Saudí, acogió con satisfacción el acuerdo, según pudo saber la agencia estatal de noticias BNA. La apertura de los viajes y el comercio entre EAU e Israel permitirá un gran flujo de viajeros, a lo que Omán también lo vería con buenos ojos.

Por su parte, Kuwait ha declarado que su relación con Israel permanecerá “sin cambios” tras los acuerdos y, según fuentes del Gobierno kuwaití han asegurado que ellos serían los últimos en reconocer a Israel, según información el diario Al-Qabas.

Qatar también ha tenido desde la década de los 90 buenas relaciones con Israel. Esto tuvo lugar después de la Guerra del Golfo en 1991, donde Israel, EEUU y Qatar formaron una especie de triangulo.

Norte de África

Aunque ninguno de los países de la Liga Árabe del Norte de África tiene acuerdos de paz formales con Israel, tanto Marruecos como Túnez y Mauritania han mantenido relaciones relativamente estables. Por ejemplo, los israelíes pueden viajar a Marrakech o a Túnez con un pasaporte israelí. Por su parte, Argelia parece un país alejado de cualquier normalización con Tel Aviv.

Para Libia, dividida en dos facciones y sumida en una guerra civil, no entra dentro de sus planes, de momento, formalizar relaciones con Israel. 

Siria, Irak, Sudán y Yemen

Ni Damasco, Bagdad, Jartum ni Saná tienen lazos diplomáticos con Israel. Siria e Israel se han enfrentado en varias guerras de la zona. Israel, en 1967, anexionó los Altos del Golán después de ocuparlos, mientras Siria los mantenía en su domino de manera ilegal.

Si bien Irak e Israel no han tenido ningún lazo, la presencia de los kurdos, grandes enemigos de los israelíes, en el norte de Irak- en la región del Kurdistán- ha hecho que ambos países mantengan políticas de cooperación para el intercambio de inteligencia y han desarrollado silenciosas alianzas de conveniencia.

Por su parte, Sudán y Yemen, sumidos en importantes crisis, han mostrado interés en acercarse a Israel. La cercanía de Sudán con Egipto y la reunión entre Netanyahu con el presidente del Consejo Soberano sudanés, el general Abdel Fattah al-Burhan, desató una tormenta en Jartum y se entendió como una forma de “normalización de los lazos ente los países”. Esta reunión fue orquestada por EAU, con el propósito de que Sudán encontrara el apoyo de Tel Aviv para salir de la lista de Washington de países patrocinadores del terrorismo.

Mismo papel ha jugado el líder yemení, Hani Bin Breik, quien, respaldado también por Abu Dhabi, ha mostrado su interés por visitar Tel Aviv.

No cabe duda de que el acuerdo ha sacudido el tablero geoestratégico que conforma Oriente Medio y que las nuevas alianzas que puedan conformarse dibujarán un nuevo mapa.

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