Consuelo Hernández rinde homenaje a la ciudad del Estrecho y a Marruecos en la gran retrospectiva organizada en Casa de Vacas, en el Parque del Retiro de Madrid

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

photo_camera The painted dreams of Consuelo Hernández

Una valla historiada de piedra y metal pintado en rojo separa la calle del Teatro de Tánger. Aparece ahí atrás claramente cerrado, con la fecha de inauguración, 1913, labrada en su frontispicio como una herida de muerte. A un lado la realidad de la calle; del otro, el mundo dramatizado de los sueños. Hay un guardián que sorprende al curioso que se acerca a la valla. Por su ropa y su hieratismo podría ser de aquella época. Está vivo, y con gestos te invita a pasar. Apenas entran rayos de luz en el interior, la atmósfera está cargada y cuando los ojos se acomodan lo que descubren es la nada hecha pedazos. Butacas amontonadas, un escenario desvencijado, maderas levantadas. Solo queda la fachada del Gran Teatro Cervantes. Cuando la realidad arruina los sueños, cuando el tiempo devora el uso de los espacios solo nos quedan la resignación por lo perdido o el impulso para revitalizar la arqueología de un ideal.

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

Este es un empeño para personas con tesón, para creadores optimistas, para magos de las formas y el color capaces de dar nueva vida al pasado que nunca quisimos perder. Ahora que Consuelo Hernández, una enamorada del viejo Tánger, ha expuesto una amplia muestra de sus lienzos, los “retratos” del viejo teatro tangerino varado se presentan en la zona central de la exposición, emblema de una postura estética y vital de la artista. No hay nada irrecuperable, no hay sueño perdido que al arte no pueda recrear. 

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

Consuelo viene de un lugar y un tiempo en el que el esfuerzo y el cuidado del detalle eran las claves para poder andar recto en la vida. Su obra es así. Paisajes o espacios perfectamente definidos y delimitados. Un gusto por la disposición clásica informa sus composiciones. Los colores aplicados vibran, pero no chirrían. Un mundo reorganizado por el ojo del artista para insuflar clasicismo a las estampas urbanas. 

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

En medio de esos paisajes aparecen figuras humanas que parecen haberlo visto ya todo y acomodan su mirada a un infinito que al tiempo les aplaque y les sorprenda. Consuelo ha visto el cambio del mundo en este tránsito de dos siglos y sabe que en la perplejidad está el retrato de los seres contemporáneos. Ya antes de la pandemia, y con mucha más lógica ahora. En ocasiones, uno duda si están mirando o están soñando. Al fin y a la postre, nada como una obra claramente realista para rozar la frontera de lo surreal. El mundo ensoñado. 

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

Bajo el formalismo de las escenas, palpita el alma de la artista. Este podría ser su diario pintado. En Madrid, en Italia, en Asia y vuelta al Tánger de sus amores, los paisajes y los personajes le son cercanos. Son parte de un itinerario vital que adivina a partes iguales amarguras y satisfacciones, un fresco de los pasos de la vida. Esta exposición magna de Casa de Vacas en el gran parque de El Retiro de Madrid, con 60 obras colgadas, certifica los sueños cumplidos o los pintados para que se hagan realidad. Como el de reabrir el teatro tangerino en el que tanto empeño ha puesto con sus cuadros y sus escritos. Mientras llega la hora, tomamos un ‘petite’ taxi azul hasta el café Hafa. Mi cuadro preferido en la exposición. Una sombra encorvada junto a la puerta abierta del vehículo imprime inquietud a la escena. Los que lo conocen saben que, tras el muro blanco y la puerta poco prometedora junto al nombre del café, se abre un pasillo a una mirada de ensueño y de éxtasis: el mar, el estrecho, el continente… Los sueños pintados.

Los sueños pintados de Consuelo Hernández

Consuelo Hernández, pintora ligada a Tánger, a la que hace protagonista de su obra, luchadora por el mantenimiento y reapertura de la joya arquitectónica del Gran Teatro Cervantes tangerino- cuya propiedad acaba de ser transferida por el Estado español a Marruecos - rinde de nuevo homenaje a la ciudad del Estrecho y a Marruecos en la gran retrospectiva organizada en Casa de Vacas, en el Parque del Retiro de Madrid. "El mundo que habito" es el título dado a este gran despliegue de su obra, que también recorre geografías asiáticas y europeas. Javier Martin-Domínguez analiza su obra con especial referencia a los motivos tangerinos en la misma. 

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