La tensa situación de Francia en el continente africano ha llevado al país galo a llevar a cabo nuevas políticas en donde sobresale la desmilitarización de las excolonias francesas

Macron sobre África: “Estamos en una posición que no va por buen camino y es en buena parte nuestra culpa”

photo_camera AFP/YOAN VALAT - El presidente francés Emmanuel Macron

El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, inaugura, durante su gira por África, una nueva etapa basada en el abandono de Francia como socio en el ámbito militar en las batallas contra el yihadismo. Asimismo, pide a los Gobiernos africanos que les sean leales y que sean un socio estratégico y no aceptar alianzas con países que puedan ocupar el vacío que deja esta retirada, como Rusia, China y Estados Unidos. Francia provocó una situación difícil, debido a su influencia histórica en África, cuando decidió marcharse de la guerra contra los grupos terroristas y pidió a las tropas locales que admitieran la tarea sin una preparación conveniente. Esta maniobra fundada en evadirse de las primeras filas empujaría los intereses de París a las últimas filas ante la gran competitividad con los otros tres Estados. 

Un asesor del gobernador francés dijo, al exponer la nueva estrategia a París: “Estamos saliendo de una etapa en la que Francia se vio obligada a estar en las primeras filas”, dialogando sobre un nuevo período ahora en el que París se encuentra “en la línea de fondo”, es decir, ayudar con los planes y la experiencia militar en la guerra sin ningún papel. En el Ejecutivo francés existen dudas de que Macron pueda convencer con esta estrategia durante su gira en cuatro países de África central: Gabón, Angola, Congo y República Democrática del Congo. Entre las preocupaciones de París están las respuestas de sus aliados africanos sobre el apoyo económico, como afirmó en su discurso del lunes, al hablar de “sus prioridades y su método para profundizar la asociación entre Francia, Europa y el continente africano”. 

“Construir una nueva relación equilibrada y recíproca” es el objetivo que plantea Macron en su discurso sobre la estrategia que va a seguir el país galo. El presidente admitió que su Administración debe mostrar “una profunda humildad ante lo que se está jugando en el continente africano”, el cual vive “una situación sin precedentes en la historia” con “una suma de desafíos vertiginosos”, rememorando los “desafíos de seguridad, climáticos y demográficos”. Además, el mandatario francés explicó que no permitirá que Francia sea el “chivo expiatorio ideal” en el continente. El plan militar de Macron establece una “reducción visible” en cuanto a la presencia de soldados franceses. En concreto, señaló que su país solo tendrá bases militares cogestionadas con países africanos. 

Un mensaje que ha estallado frente al sentimiento antifrancés que ha surgido en algunas naciones africanas y ante las críticas que ha recibido Francia por no haber detenido la militancia islamista radical, principalmente en el Sahel. En este sentido, empleó el ejemplo de Mali, donde las autoridades acabaron solicitando la salida de la fuerza especial francesa desplegada para combatir el yihadismo en el Sahel. Decisión pareja adoptó a inicios de este año Burkina Faso. “En efecto, hay una idea demasiado instalada de que Francia es culpable de todo y cuando hay un desencanto la gente viene y dice es vuestra culpa”. “No, no es nuestra culpa”, subrayó, sin dejar de precisar su “orgullo” por el papel preponderante que Francia acogió en la ofensiva contra el terrorismo desde 2013, algo que ninguna otra nación hizo. 

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La situación se ha desarrollado de forma deshonesta para los franceses, sobre todo desde que la gente se está manifestando para exigir la salida de Francia, y han aparecido consignas hostiles en sus áreas tradicionales de influencia como Chad, Mali y Burkina Faso. París brindó un precioso regalo a aquellos que buscan aprovechar su influencia histórica en África. En Mali, Francia acusa al consejo militar de recurrir a los servicios del Grupo Wagner, cercano al Kremlin y activo, además, en otra excolonia francesa, la República Centroafricana. En Burkina Faso, la junta militar se retiró de los acuerdos de defensa suscritos entre París y Uagadugú, por lo que los cerca de 400 efectivos franceses se retiraron de este país la pasada semana. 

En esa región y en todo el continente, la influencia de Francia y los países occidentales enfrenta una gran competencia de China y Rusia.Tres de los cuatro países que visitará el presidente francés, a saber, Gabón, Congo y Angola, se abstuvieron el jueves pasado de votar un plan de resolución en la Asamblea General de las Naciones Unidas que pide la retirada de las fuerzas rusas de Ucrania. “Hoy, los países africanos eligen a sus socios de manera libre y soberana, y eso es bueno”, indicó. También cree que el sentimiento antifrancés en el África francófona está obligando a París a cambiar su “postura hacia una mayor escucha y humildad”.

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Respecto a dos de los países que comparten una historia de colonialismo y guerra con Francia, Marruecos y Argelia, Macron recordó que la diáspora más grande del Magreb está precisamente en territorio francés. Evocando reuniones amistosas con el rey de Marruecos, Mohamed VI, y con el presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune; Macron dice querer concentrarse en lo que desean las nuevas generaciones: avances en los intercambios universitarios, en la economía, el comercio, la cultura y el deporte. También anunció un cambio en los programas de visas, que seguirá siendo una herramienta contra la inmigración ilegal, pero que reducirá el impacto en quienes desean entrar oficialmente a Francia y aportar algo positivo. “Vamos a organizarnos mejor. El momento no es el mejor, pero eso no me detendrá”, señaló Macron.

La voluntad de Macron, pese al mal momento que atraviesan las relaciones entre ambos países, es la de avanzar con Marruecos dialogando en la búsqueda de una solución conjunta que sea del agrado de ambos Estados. El mandatario francés se reafirma en que las relaciones con Marruecos son amistosas. Aclaró y desmintió que todas las polémicas recientes en el Parlamento Europeo respecto a Marruecos hayan sido impulsadas por Francia, por lo que critica duramente toda la polémica creada recientemente por los medios de comunicación. 

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Declarado amigo del presidente Abdelmadjid Tebboune, Macron tampoco pasa sus mejores momentos con Argel. Esto se ve reflejado cuando, en relación al país norteafricano, el mandatario francés ha abogado por el polémico retorno a Francia de una periodista franco-argelina de Túnez. Asimismo, afirmó que va a continuar con sus políticas hacia Argelia tanto en las económicas como las militares. Después de muchos años, ambos países han organizado una reunión entre los dos presidentes, ministros de Defensa y el jefe del Estado Mayor. En cuanto al tema de la movilización, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés se está ocupando del problema de los visados y de llevar a cabo una política más clara y concisa al respecto sin dejar de lado el control de la inmigración ilegal. Aun así, reconoce que el período que atraviesan las relaciones no es el mejor. 

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