Marruecos busca atraer empresarios israelíes para fomentar la industria de la alta tecnología
Nueva colaboración entre Marruecos e Israel. Los dos países continúan con el establecimiento de unas nuevas relaciones en las que se están dejando entrever grandes proyectos. Este mes de mayo, el reino alauí acogerá una nueva conferencia con Israel para fomentar la industria de la alta tecnología. En ella, varios empresarios e inversores relacionados con este sector participarán en el evento donde la nación norteafricana tiene como objetivo atraer la inversión internacional.
La industria de la alta tecnología marroquí se encuentra en un momento mejorable, en el que las ganancias de los trabajadores de este sector son poco favorables. Se trata de uno de los nuevos negocios en auge que se están instalando en el país alauí. Durante 2021, solo han logrado obtener unos 29 millones de dólares aproximadamente. Aunque esto es una tendencia, a pesar del dinero recaudado, ya que, en 2020, se consiguió obtener 11,2 millones de dólares.
Para ello, Marruecos pretenderá ofrecer las cualidades que tienen los trabajadores del país en este sistema. La mayoría de estos han obtenido sus estudios en universidades europeas y, por lo tanto, esto podría interesar a Israel para fomentar la industria. A su vez, el Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí va a lanzar un programa con una universidad alemana para fomentar la formación en la tecnología.
Asimismo, la posición de Marruecos sigue siendo una de sus indiscutibles estrategias. El país sirve de puerta para África, como también para Europa y para América, por lo que Israel se puede ver tentado para empezar a realizar inversiones y extender su marca por el mundo. Cabe destacar que el reino alauí es uno de los lugares que más apuestan por la inversión y muchas empresas internacionales ya han viajado hasta la región debido a los grandes beneficios que ofrece el Ejecutivo marroquí para poder instalarse. Por ejemplo, los inversores extranjeros se libran de pagar algunos incentivos fiscales durante sus cinco primeros años, por lo que esto suscita mucho el interés de las marcas.
Este mercado está mostrando un claro crecimiento a pesar de que no está totalmente desarrollado. Según un informe de TechCabal sobre este sector en África, la industria de la alta tecnología marroquí se enfrenta a una serie de problemas. Entre ellos, se destaca la dificultad por agilizar los términos burocráticos para empezar a formarse como empresa. Los procedimientos tardan bastante en llevarse a cabo y los negocios se retrasan para poder establecerse y crecer.
Además, se le añade que es muy difícil obtener servicios globales como Google y Facebook y a que las empresas de nueva creación están obligadas a pagar impuestos especiales si quieren acceder a estos servicios.
El informe también señala que las relaciones diplomáticas de Marruecos con los países de su alrededor dificultan el auge de este sector. Países como Argelia, Túnez, Mauritania y Libia mantienen una política de fronteras cerradas y, por ende, el comercio no funciona de la misma manera. Esto provoca que estas empresas no se puedan expandir de una manera correcta más allá de las fronteras.
Otra de las razones es la falta de confianza por parte de la industria tradicional a que estas empresas se instalen. En el norte de África, es raro ver que un banco o cualquier entidad financie y preste apoyo a estas empresas. Las instituciones no confían en estas firmas que acaban de surgir, además de que la estabilidad no es muy buena porque pueden quebrar en cualquier momento. Asimismo, al no tener inversores locales, los extranjeros rara vez se fijan en ellos.
La falta de innovación es otro de los problemas que refleja el poco crecimiento del sector. En la mayoría de los países africanos no consiguen crear proyectos innovadores, sino que se dedican a imitar los de fuera. Por último, la barrera lingüística también es otro de los factores para el desarrollo de los negocios. La mayoría de las empresas del mundo que trabajan en este sector son en su gran totalidad anglófonas. Marruecos, por su parte, es un país francófono por lo que la localización de inversores que compartan el mismo idioma se convierte en toda una dificultad.
