La relación política y económica entre el país norteafricano y la potencia asiática es cada vez más estrecha

Marruecos: país clave para Japón en África

photo_camera PHOTO/PIXABAY - Bandera de Marruecos - Bandera de Marruecos

Japón es la tercera economía más importante del mundo por volumen de Producto Interior Bruto y considera a Marruecos un aliado estratégico como país referente en el continente africano debido a su posición política actual y su desarrollo económico.

Esto se demuestra con el dato de que el país norteafricano se constituye como el segundo mayor destino de las inversiones japonesas en África a través de la actividad de 75 empresas que emplean hasta a 50.000 personas en el país marroquí, un escenario que sitúa al reino alauí en una gran posición para poder atraer más inversiones procedentes del país asiático. 

Esta relación estrecha entre ambos socios quedó de manifiesto tras el último contacto que mantuvieron de manera telemática Nasser Bourita, ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, y su homólogo nipón Yoshimasa Hayashi en el que este último indicó que más empresas japonesas están interesadas en el país marroquí para subcontratar su propia producción en diversos sectores. 

Uno de los grandes atractivos marroquíes reside en su capacidad logística, con ejemplos como el puerto de Tánger Med, gran referente internacional en el tráfico comercial, y en su industria, especialmente la relativa a la automoción y la de componentes que es bastante apetecible para un país como el japonés que cuenta con empresas como Sumimoto, Fujikura Automotive y Yazaki que emplean a 30.000 en el mercado marroquí. 

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Japón también pone en valor a Marruecos para acceder con más fuerza al sector bancario africano. De esta forma, el banco japonés Mizhu Bank firmó un acuerdo con Attijariwafa Bank, mientras que el banco marroquí BCP rubricó un pacto con Sumitomo Mitsui Banking Corporation para colaborar conjuntamente en el mercado de África. Además, en el campo de la agricultura, Marruecos disfruta de un superávit comercial con Japón, que depende de las provisiones marroquíes para el 20% de sus importaciones de fertilizantes, como señaló el medio The North Africa Post. 

En la conversación mantenida entre los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, Yoshimasa Hayashi calificó a Marruecos como un "socio clave" y mostró bastante sintonía con su homólogo marroquí.

Todo ello a pesar de que Rabat no participó en el Foro de Cooperación Japón-África TICAD que se celebró en Túnez en protesta por la recepción que le hizo el presidente tunecino Kais Saied a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, que es el gran rival de Marruecos por la importante cuestión del Sáhara Occidental. 

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Marruecos decidió retirar a su embajador en Túnez tras este acto “hostil y perjudicial” y, posteriormente, el Gobierno tunecino decidió corresponder con el mismo movimiento político. Túnez mostró su sorpresa por este problema y justificó esta invitación a Brahim Ghali por ser algo que ya se había hecho en otras ocasiones, como informó la agencia Europa Press. Pero el Reino señaló en un comunicado oficial que el “intento de justificar el acto hostil” contiene “muchas aproximaciones y falsedades”. El comunicado marroquí indicó que solo los países que hubiesen recibido una invitación firmada por el primer ministro japonés y el presidente tunecino podrían participar en el TICAD. “Es en este marco, se enviaron 50 invitaciones a países africanos que tienen relaciones diplomáticas con Japón. Por lo tanto, Túnez no tenía derecho a establecer un proceso de invitación unilateral”, señaló Marruecos en la nota oficial. 

Aunque Rabat no participó en la conferencia TICAD celebrada en territorio tunecino, la relación entre Marruecos y Japón sigue siendo inmejorable. En esta línea, el ministro de Exteriores japonés afirmó que la posición de su país de no reconocer el Sáhara como país separado de Marruecos “no ha cambiado”. Por lo que Japón sigue dando muestras de respetar la integridad territorial del reino alauí. 

El ministro nipón subrayó que Japón no convocó al Frente Polisario a esta cumbre y expresó el deseo de su país de continuar trabajando con el Reino en el marco de TICAD.

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Por su parte, Nasser Bourita destacó el compromiso de Japón en la promoción un foro de asociación con África para promover el desarrollo del continente africano, la estabilidad y el bienestar de sus pueblos, recordando la necesidad de fortalecer la cumbre TICAD como un foro de asociación y desarrollo y elogiando "la firmeza de la posición mostrada por la delegación japonesa en Túnez".

Varios expertos ven en esta postura de Japón un apoyo más o menos claro a la propuesta de Marruecos para solucionar el asunto del Sáhara Occidental, en este sentido Nofal Bouamri, analista político, explicó al medio Al-Arab que "si hay un lado positivo en la crisis actual entre Túnez y Marruecos debido a la recepción del presidente tunecino Kais Saied al líder del Frente Polisario, es que Japón se ha reafirmado en su apoyo a la autonomía y el carácter marroquí del Sáhara y considera al Reino un aliado básico para penetrar en África”. Por lo tanto, la afirmación de Japón sobre la integridad territorial marroquí sigue siendo fija e inamovible. 

En este contexto, Mohamed Lakreni, profesor de Relaciones Internacionales y Derecho Internacional, confirmó que el último contacto entre los ministros de Asuntos Exteriores de Marruecos y Japón refrenda la colaboración económica y buena sintonía política entre ambas naciones, como señaló el medio Al-Arab. 

Esta postura conecta con la buena labor diplomática que lleva a cabo Marruecos. El reino alauí ha logrado bastante apoyo internacional de cara al asunto del Sáhara Occidental, que es muy importante para el país norteafricano. El Reino plantea una fórmula de amplia autonomía para el Sáhara Occidental bajo soberanía marroquí teniendo en cuenta las resoluciones de la ONU y esta proposición ha recibido el apoyo de importantes países sobre todo a raíz de que en diciembre de 2020 el pasado Gobierno estadounidense de Donald Trump reconociese la marroquinidad del Sáhara a cambio de que Marruecos estableciese relaciones diplomáticas con Israel siguiendo la estela de los famosos Acuerdos de Abraham, rubricados en septiembre de 2020 y por los que países árabes como Emiratos o Bahréin establecieron vínculos políticos con el Estado israelí con el objetivo de desarrollar social y económicamente Oriente Medio y pacificar la región haciendo frente a enemigos comunes que son hostiles como la República Islámica de Irán. Otras naciones como Alemania o España siguieron este ejemplo y mostraron su postura favorable a la propuesta de Marruecos como la más seria y creíble para el territorio del Sáhara. 

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Frente a este corriente, está la posición del Frente Polisario, que reclama un referéndum de independencia para la población saharaui. Una opción que cuenta con menos sustentos a favor en el plano internacional, entre los que se encuentra el de Argelia, gran rival político de Marruecos en el Magreb que rompió relaciones con el reino alauí el pasado mes de agosto por serias divergencias políticas a pesar de la mano tendida que ha dispuesto el país marroquí para su vecino argelino en diversas ocasiones, como la última protagonizada por el rey Mohamed VI en su discurso de la Fiesta del Trono de 2022. 

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